La Administración de Biden ha anunciado que ofrecerá 22,000 visados adicionales para trabajadores invitados temporales a los empleadores «que probablemente sufran un daño irreparable» en sus negocios sin esos empleados, con 6000 visados reservados para personas de Guatemala, Honduras y El Salvador, en un intento de «ampliar las vías legales de oportunidad en Estados Unidos».
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) dijo en un comunicado de prensa el martes que está tomando la acción en vista del aumento de la demanda de mano de obra y «para asegurar que las empresas estadounidenses estén equipadas con los recursos necesarios para recuperarse con éxito y contribuir a la salud económica de las comunidades locales».
El DHS dijo que los empleadores estadounidenses que dependen de los trabajadores invitados dijeron a los funcionarios durante un compromiso reciente que hay una necesidad urgente de trabajadores invitados temporales adicionales para este año fiscal. Los visados adicionales se suman a los 66,000 visados H-2B que el gobierno pone a disposición cada año para los empleadores estacionales en sectores no agrícolas.
«Las empresas de todo el país, a pesar de los intentos de reclutamiento y contratación de trabajadores estadounidenses, reportan vacantes críticas», dijo el DHS. «Esto deja a las empresas, ya vulnerables, en peligro de una importante pérdida potencial de ingresos».
La agencia dijo que solo los empleadores que certifiquen que es «probable que sufran un daño irreparable» si no reciben a los trabajadores bajo el aumento del límite podrán optar a los visados. Los empleadores tendrán que certificar que intentaron sin éxito contratar a trabajadores estadounidenses para los puestos y que el empleo de trabajadores invitados no reducirá los salarios de los trabajadores estadounidenses.
«El programa H-2B está diseñado para ayudar a los empleadores estadounidenses a cubrir los puestos de trabajo temporales, al tiempo que salvaguarda el sustento de los trabajadores estadounidenses», dijo el secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, en un comunicado. «Este aumento adicional también demuestra el compromiso del DHS para ampliar las vías legales de oportunidad en Estados Unidos a las personas del Triángulo Norte».
La exención de visados para los llamados países del Triángulo Norte, que son la principal fuente de inmigración ilegal a Estados Unidos, está motivada por la orden ejecutiva del presidente Joe Biden, que pretende ampliar «las vías a través de las cuales las personas que se enfrentan a condiciones difíciles o peligrosas en sus países de origen pueden encontrar estabilidad y seguridad en los países receptores de toda la región, no solo a través del asilo y el reasentamiento de refugiados, sino también a través de programas laborales y otros no relacionados con la protección».
Los 22,000 visados H-2B adicionales se pondrán a disposición de los empleadores en el actual año fiscal, que termina el 30 de septiembre, y la ampliación entrará en vigor en los próximos meses mediante una norma final temporal en el Registro Federal, dijo el DHS.
La medida fue aplaudida por algunos sectores empresariales, pero con la oposición de quienes sostienen que esos puestos de trabajo pertenecen a los estadounidenses y que el programa de trabajadores invitados hace bajar los salarios de los trabajadores de EE. UU.
New American Economy (NAE), una organización sin ánimo de lucro dedicada a la investigación y la defensa de la inmigración con sede en Nueva York, celebró la medida en un tuit, pero dijo que «para muchos en industrias como la pesca, los paisajistas y los centros turísticos, todavía no es suficiente».
Numbers USA, una autodenominada «organización para la reducción de la inmigración», denunció la medida en un tuit: «Estos visados para trabajadores invitados provocarán el desplazamiento de trabajadores estadounidenses y reducirán los salarios en las ocupaciones H-2B».
«Estos puestos de trabajo son los que no se pueden deslocalizar y, por lo tanto, el visado H-2B sirve para que los empleadores bajen los salarios y las condiciones de trabajo en Estados Unidos importando trabajadores del extranjero», escribió Numbers USA en una nota política, que rebatió el argumento de que los visados H-2B permiten a los empleadores cubrir puestos de trabajo que los estadounidenses no quieren hacer.
«Los grupos de presión empresariales que piden más trabajadores extranjeros ignoran a los estadounidenses que están sin trabajo, incluso los desprecian como vagos o indignos de tener la oportunidad de ganarse la vida en su propio país. Cuando los empresarios dicen que hay ‘trabajos que los estadounidenses no quieren hacer’, hay que cuestionar estas afirmaciones y exigir una respuesta sobre a qué estadounidenses se refieren», escribió el grupo.
«Ignorar la existencia de millones de desempleados estadounidenses, o denigrarlos como no aptos para trabajar, no solo es costoso, sino también perjudicial para nuestro tejido social», argumentó el grupo.
El Instituto Cato, un think tank libertario, dijo en un comunicado que el aumento del límite «es muy inferior a la demanda de visados, y provocará que muchas empresas tengan puestos sin cubrir», al tiempo que pidió al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) que proponga una norma permanente que regule los aumentos del límite adicional, quejándose de que las actuales normas temporales de la agencia imponen «una incertidumbre innecesaria a las empresas que buscan contratar trabajadores legalmente» y tienen problemas por la falta de transparencia en la determinación de los límites.
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