El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un aviso de viaje instando a los ciudadanos estadounidenses a abandonar el Líbano ante la guerra en curso entre Israel y Hamás y mientras altos mandos de Hezbolá emitían advertencias sobre una escalada del conflicto.
“El [Departamento de Estado] recomienda que los ciudadanos estadounidenses en el Líbano abandonen el país ahora mientras los vuelos comerciales siguen disponibles debido a la impredecible situación de seguridad”, publicó el sábado el Departamento de Estado de Estados Unidos en X.
Actualmente, el Líbano se encuentra bajo una advertencia de nivel 4 del Departamento de Estado, lo que significa que los estadounidenses «no deben viajar» al país a causa de las crecientes tensiones en la región. La advertencia del Departamento de Estado se produce aproximadamente un día después de que el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, pronunció un discurso público y pronunció una variedad de amenazas contra Estados Unidos e Israel.
La agencia también sugirió el sábado que los estadounidenses que aún se encuentran en el Líbano, ubicado al norte de Israel, deberían «tener un plan de acción para situaciones de crisis que no dependa de la asistencia del gobierno de Estados Unidos», añadiendo que «son raras las evacuaciones a civiles asistidas por militares de un país extranjero».
«No hay garantía de que el gobierno de Estados Unidos evacue a ciudadanos estadounidenses privados y a sus familiares en una situación de crisis», continuó diciendo el departamento. No enumeró ninguna amenaza específica que podrían enfrentar los estadounidenses en el Líbano.
Otros países de la región bajo la designación de Nivel 4, o «no viajar», incluyen Irak, Siria, Yemen e Irán, así como las regiones de Cisjordania y Gaza.
El mes pasado, el Departamento de Estado emitió una alerta de «precaución mundial» para los estadounidenses, que pareció renovar el sábado. «Debido al aumento de las tensiones en varios lugares del mundo, al potencial de ataques terroristas, manifestaciones o acciones violentas contra ciudadanos e intereses estadounidenses, el Departamento de Estado aconseja a los ciudadanos estadounidenses en el extranjero que tengan mayor precaución», dice el boletín.
Amenazas
El gobierno de Estados Unidos, el mayor patrocinador de Israel, advirtió previamente a Hezbolá y a su patrocinador Irán que no entraran en la contienda y envió buques de guerra al Mediterráneo en octubre, una medida sobre la que Nasrallah dijo: “No nos asustará”.
«Algunos dicen que voy a anunciar que hemos entrado en la batalla», dijo Nasrallah el viernes 3 de noviembre. «Ya entramos en la batalla el 8 de octubre». Sostuvo que los ataques transfronterizos de Hezbolá han alejado a las fuerzas israelíes, que de otro modo se concentrarían en Hamás dentro de Gaza.
El intercambio de ataques ha ido en aumento a lo largo de la frontera entre Líbano e Israel tras la incursión del 7 de octubre por parte del grupo terrorista palestino Hamás en el que fueron asesinados más de 1400 civiles y soldados en el sur de Israel. Desde entonces, Israel ha lanzado un amplio ataque aéreo y terrestre contra Gaza, mientras que Hezbolá comenzó a atacar posiciones israelíes el 8 de octubre en la disputada zona de las Granjas de Chebaa a lo largo de los Altos del Golán y en cuestión de días los ataques se extendieron hasta cubrir toda la zona fronteriza.
Hezbolá está preparado para todas las opciones, declaró, “y podemos recurrir a ellas en cualquier momento”. Los combates «no se limitarán» a la escala vista hasta ahora, añadió. En las últimas semanas, Hezbolá ha disparado cohetes a través de la frontera diariamente, alcanzando principalmente objetivos militares en el norte de Israel, pero tiene un arsenal sustancial capaz de alcanzar cualquier lugar de Israel y miles de combatientes curtidos en la batalla.
Nasrallah elogió el ataque de Hamás del 7 de octubre en todo el sur de Israel. Los militantes atacaron aldeas agrícolas, ciudades y puestos militares, mataron a más de 1400 personas (la mayoría de ellas civiles) y llevaron a cientos de rehenes a Gaza mientras las fuerzas israelíes respondían.
Los ataques, dijo, fueron «una prueba de que Israel es más débil que una telaraña» y, un mes después de la guerra, «no ha podido alcanzar ningún logro».
El domingo, el principal diplomático del Departamento de Estado, el secretario de Estado Antony Blinken, se reunió con el jefe de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en Ramallah, Cisjordania, según un informe de la reunión.
Blinken y Abbas “discutieron los esfuerzos para restaurar la calma y la estabilidad en Cisjordania, incluida la necesidad de detener la violencia extremista contra los palestinos y hacer rendir cuentas a los responsables”, decía el informe.
Estados Unidos ha “reafirmado su compromiso con la entrega de asistencia humanitaria vital y la reanudación de servicios esenciales en Gaza y ha dejado en claro que los palestinos no deben ser desplazados por la fuerza”, agrega el informe.
Con información de Associated Press.
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