SACRAMENTO— Casi tres docenas de sudamericanos recogidos en El Paso, Texas, y trasladados en avión privado en dos vuelos chárter durante la última semana a California —a petición del gobernador de Florida, Ron DeSantis— están siendo protegidos de los periodistas por grupos religiosos y de caridad local, sin que se den señales de su paradero desde que fueron dejados en la Diócesis Católica en Sacramento, cerca del Capitolio estatal.
«Se los llevaron a todos tan rápido que, de no ser por las noticias, no habríamos sabido qué estaban aquí», dijo a The Epoch Times María González, dependienta de una tienda local. «Pero mucha gente se pregunta si vendrán más autobuses y aviones».
Todos los intentos de ponerse en contacto con la Diócesis, incluidos correos electrónicos, llamadas telefónicas y visitas al edificio, fueron respondidos con remisiones a un director de comunicaciones, y no se recibió ninguna respuesta en el plazo previsto.
The Epoch Times investigó los alrededores del lugar donde los inmigrantes ilegales fueron vistos por última vez, y los trabajadores locales y los propietarios de los establecimientos cercanos —incluidos restaurantes, gasolineras y la oficina de correos al otro lado de la calle— no informaron de ninguna actividad desde que un autobús lleno de gente llegó en dos ocasiones desde el 2 de junio a la sede de la iglesia católica en Sacramento.
Las llamadas a los albergues locales para personas sin hogar no permitieron localizar a las familias, aunque algunos portavoces dijeron que no podían dar detalles porque los lugares son «refugios seguros».
El obispo de la diócesis de Sacramento, Jaime Soto, declaró a otro medio de comunicación que grupos benéficos se unieron en cuanto surgió la necesidad para proporcionar alojamiento temporal a los inmigrantes.
En lo que algunos residentes describen como un irónico giro del destino, un campamento de personas sin hogar con más de 25 tiendas de campaña reside justo enfrente de las instalaciones donde se descargó a los recién llegados.
Una persona que vive en la comunidad provisional, Frank Marshall, dijo que vio llegar el autobús y partir poco después en dirección sur, por lo que la rápida respuesta para ayudar a los recién llegados le preocupó.
«Lo que quiero saber es por qué esas personas recibieron ayuda tan rápido, pero nosotros llevamos aquí meses y a nadie le importa», dijo Marshall. «Tal vez necesitemos volar en un jet lujoso para hacernos notar».
El estatus de California como un autoproclamado santuario es una de las razones por las que DeSantis dijo que lo eligió como el destinatario más reciente de su campaña de reubicación de inmigrantes ilegales, tras vuelos similares a Martha’s Vineyard —aunque Massachusetts no es un estado santuario, el municipio sí lo es.
En una mesa redonda celebrada el 7 de junio en Sierra Vista, Arizona, en la frontera con México, con funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y legisladores de varios estados fronterizos, DeSantis reiteró su compromiso de enviar más vuelos de este tipo en respuesta a lo que, según él, es un fracaso del liderazgo del gobierno federal, con estados santuario que exacerban el dilema.
«Joe Biden es negligente en el desempeño de sus funciones y se niega a defender las fronteras de nuestra nación», dijo DeSantis en un comunicado de prensa el mismo día. «En Florida, estamos dando un paso adelante, incluso cuando el gobierno federal se cae en el trabajo».
Más de USD 24 millones fueron asignados del presupuesto de Florida para reubicar a quienes ingresan ilegalmente al país, según el comunicado de prensa.
«[California] tiene un gran déficit presupuestario, y [Florida] tiene un gran superávit presupuestario», dijo DeSantis a la mesa redonda. «Nosotros podemos ayudar a la policía y a Texas porque somos un estado bien administrado».
Según los expertos, las comunidades fronterizas se sienten desbordadas por el número de personas que cruzan a Estados Unidos desde México, con recursos limitados, generando repercusiones en toda la región.
El sheriff del condado de Collin, Texas, Jim Skinner, dijo en la mesa redonda que su condado ha visto un aumento del 1320% de muertes por fentanilo desde 2020, atribuyendo el repunte a la política de fronteras abiertas de la administración.
«Esto se debe al tsunami de muerte y destrucción que fluye sin obstáculos a través de nuestra frontera sur», dijo Skinner durante el debate. «También es porque el presidente Joe Biden y su administración han abdicado de su responsabilidad de asegurar nuestra frontera sur».
Un tema recurrente de la operación del gobernador de Florida es su creencia de que las ciudades y estados santuario están incentivando la entrada en el país de millones de inmigrantes ilegales.
«Uno puede ver por qué algunas personas que llegan ilegalmente quieren ir allí», dijo DeSantis durante el debate. «En California ellos otorgan beneficios. Ellos dan cheques de desempleo».
El objetivo de DeSantis es de «aliviar a las comunidades fronterizas invadidas y llevar la realidad de la crisis fronteriza a las comunidades que apoyan las políticas de fronteras abiertas de Biden», destacó el comunicado de prensa.
El gobernador de California, Gavin Newsom, respondió a la llegada de ilegales en los jets privados enviados por DeSantis con un ataque ad hominem, calificando a su rival republicano de «chico patético», en lo que algunos dicen que fue una indirecta a la estatura del gobernador de Florida, ya que el relato de la cinta muestra a DeSantis con 1,70 metros y 154 libras y a Newsom con 1,90 metros y 198 libras.
Posteriormente, Newsom amenazó con presentar cargos contra DeSantis y calificó su medida de «secuestro sancionado por el Estado», alegando que las personas eran reubicadas involuntariamente.
Las autoridades de Florida insistieron en que todos los individuos sabían que se dirigían a California.
«Nosotros estamos investigando las circunstancias en las que estas personas fueron llevadas a California», dijo el fiscal general del estado, Rob Bonta, en un comunicado de prensa el 3 de junio, después de que aterrizara el primer avión con migrantes. «También estamos evaluando posibles acciones penales o civiles contra quienes transportaron u organizaron el transporte de estos inmigrantes vulnerables».
Algunos legisladores de California se mostraron firmes en su creencia de que las políticas federales están debilitando la frontera y la seguridad nacional en el proceso y desestimaron las declaraciones del gobernador sobre el secuestro como una postura política.
«La Administración Biden fracasó por completo en asegurar nuestra frontera y los demócratas de California convirtieron nuestro estado en un santuario para cualquiera que esté aquí ilegalmente. Estos vuelos de inmigrantes son el resultado», dijo el asambleísta James Gallagher ( R-Yuba City) a The Epoch Times por correo electrónico el 8 de junio. «Es más que irresponsable que Gavin Newsom fabrique acusaciones de secuestro cuando los migrantes viajaron voluntariamente, pero eso es lo que hemos llegado a esperar de un gobernador más interesado en el foco nacional que en las personas para las que fue elegido para servir».
Newsom y Bonta no respondieron a las solicitudes de comentarios en la fecha límite.
Con las políticas fronterizas y la seguridad nacional como temas principales en las próximas elecciones presidenciales, algunos analistas políticos dicen que los dos gobernadores están compitiendo por una posición en el escenario nacional.
Newsom ha estado de gira por estados tradicionalmente rojos, mientras que DeSantis trabaja con funcionarios de todo el país en una operación oficial en la que participan varias agencias.
El gobernador de Florida ya anunció su candidatura presidencial. Respecto a Newson, se especula cada vez más con la posibilidad de que busque un cargo más alto cuando termine su mandato en 2027. ´Él ha expresado en repetidas ocasiones su apoyo a la administración Biden y ha reiterado que «en absoluto se presenta a la presidencia» este año.
Con aproximadamente 17 meses de campaña por delante, la campaña de DeSantis sugiere que está tratando de ganar adeptos entre los votantes preocupados por las políticas de fronteras abiertas y la crisis del fentanilo, que está matando a más de 1400 personas a la semana en todo el país, según los expertos.
DeSantis expuso su plan ante la audiencia de la mesa redonda con una declaración contundente que enfatizó la urgencia de iniciar acciones.
“Nosotros promulgamos una legislación fuerte para combatir la inmigración ilegal, enviamos equipos y agentes de la ley a la frontera, y dedicamos recursos para desviar a los migrantes a las jurisdicciones santuario”, dijo el gobernador. “Hoy estamos adoptando el enfoque sensato de Florida para el control fronterizo en todo el país”.
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