Distintos proyectos de agricultura ecológica desarrollados en México, Nicaragua, Cuba y España han sido elegidos por un grupo de expertos internacionales para demostrar que un modelo alternativo es posible.
El autor principal del último informe del Panel internacional de expertos en sistemas alimentarios sostenibles (IPES Food), Steve Gliessman, dijo hoy a Efe que han elegido casos con una «larga trayectoria» en los que había una transición y se podía conectar directamente con sus protagonistas para documentar los cambios.
En las zonas de San Ramón (Nicaragua) y Veracruz (México), la ONG Red de Agroecología Comunitaria se unió a comunidades cafeteras en 2011 e iniciaron un proceso de transición para reducir su dependencia de la producción industrial orientada a las exportaciones.
«Mejoraron la producción con la agricultura ecológica y diversificaron las prácticas. El café sigue siendo una fuente de ingreso, pero no la única», explicó Gliessman, que añadió que las cooperativas lograron negociar mejores precios y el dinero obtenido ahora se destina a proyectos que decide la comunidad.
El ejemplo de Cuba surge en la década de 1990, tras la desintegración de la Unión Soviética y el desplome del comercio exterior cubano, agravado por el bloqueo estadounidense, que llevó a los pequeños agricultores a ser más ecológicos ante la falta de insumos externos.
Actualmente se calcula que la mayoría de esas explotaciones se cultivan sin químicos, lo mismo que sucede en general con la agricultura urbana, que proporciona hasta un 70 % del consumo de hortalizas y verduras frescas en las mayores ciudades.
«Eso demuestra que algunas crisis pueden servir para los cambios», afirmó el experto.
El informe también recoge la experiencia de los productores ecológicos de la comarca de La Vega de Granada (sur de España), donde en 2002 se fundó un centro de entrenamiento de agricultura orgánica que cerró años más tarde al quedarse sin apoyo del Gobierno regional.
La idea, no obstante, echó raíces y fueron los propios agricultores y consumidores de la zona quienes mantuvieron ese modelo en el tiempo, creando asociaciones, mercados y comedores escolares en los que se ofrecen productos orgánicos.
Gliessman consideró que existen paralelismos entre la situación actual de la agroecología y la que él mismo se encontró en la década de 1980 en California (Estados Unidos), cuando colaboró en un proyecto de investigación que siguió durante tres décadas y demostró que el cultivo de fresas orgánicas podía ser un «éxito».
«Fue importante tener un precio ‘premium’. Cuando el mercado orgánico lo tomaron las grandes empresas, los pequeños productores ya no pudieron competir con el precio y buscaron un mercado más directo con los consumidores, sin intermediarios», indicó el especialista, que sigue viendo un «apoyo desproporcionado» para la agricultura industrial, pese a que «no está funcionando».
Mira a continuación
Fue arrollado por un tanque… y sobrevivió
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.