Al menos cuatro personas murieron, entre ellos el atacante, y otras 15 resultaron heridas en un atentado suicida ocurrido este miércoles cerca de una sede del Ministerio de Defensa en el sur de Kabul, que hasta ahora no ha sido reivindicado.
El ataque tuvo lugar hacia las 8.00 hora local (3.30 GMT) en el área de Reshkhor, donde se encuentra la sede del Cuerpo de Operaciones Especiales del Ministerio de Defensa, informó el Ministerio del Interior, que indicó que el atacante se inmoló entre varios civiles.
«El atacante suicida detonó sus explosivos, adheridos a su cuerpo, entre los civiles, como resultado tres personas murieron y 15 de nuestros compatriotas civiles resultaron heridos», dijo el portavoz del Ministerio del Interior, Tariq Arian, en un comunicado.
El portavoz no responsabilizó a ningún grupo insurgente específico del ataque, pero apuntó a que fue perpetrado «por los enemigos del pueblo de Afganistán», término que los funcionarios del Gobierno de Kabul suelen utilizar para los talibanes y el grupo yihadista ISIS.
«Estos enemigos del pueblo no están sujetos a ningún valor islámico ni de humanidad. Llevaron a cabo el ataque en un momento en el que estamos en el mes sagrado del Ramadán, este acto es un crimen», dijo el portavoz sobre el primer ataque de este tipo en Kabul en las últimas semanas.
Los ataques en áreas urbanas han disminuido significativamente en los últimos dos meses después de que los talibanes firmaran un acuerdo de paz con Estados Unidos el 29 de febrero en Doha, con el que los norteamericanos se comprometieron al retiro total de sus tropas en 14 meses, tras casi 20 años de guerra.
Desde entonces las operaciones armadas del grupo insurgente en las ciudades se redujeron casi a cero, aunque continúan sus ataques armados en áreas rurales contra las fuerzas de seguridad afganas.
En este período, la capital afgana ha sido testigo de al menos dos ataques suicidas, reivindicados ambos por el ISIS.
El país se encuentra en un punto muerto tras la firma del acuerdo entre los talibanes y Estados Unidos en Catar, a la espera de que comiencen las conversaciones de paz entre Kabul y la formación insurgente, atascadas por la falta de acuerdo en un proceso de intercambio de prisioneros, iniciado por ambos de forma unilateral.
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