Al menos cinco civiles murieron y otros 50 resultaron heridos este lunes tras un atentado talibán en Kabul con un camión cargado de explosivos cerca de un complejo residencial en el que suelen alojarse contratistas militares extranjeros.
«Cinco muertos y 50 heridos, todos ellos civiles, han sido evacuados desde el área a hospitales», informó en un comunicado el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Nasrat Rahimi, que agregó que se trata de cifras iniciales y las víctimas podrían aumentar.
La ONG italiana Emergency detalló en Twitter que en uno de sus centros habían recibido tras el atentado a 26 pacientes, entre ellos «dos niños que llegaron muertos».
Este atentado con un «camión bomba» tuvo lugar hacia las 21.45 hora local (17.15 GMT del lunes) cerca de Green Village, un complejo de alta seguridad en el este de la capital frecuentado por extranjeros, explicó Rahimi.
?? Atentado en el distrito de las embajadas de Kabul con algún tipo de detonador o coche bomba. El gobierno de una cifra aproximada de 30 muertos y casi 100 heridos. Los Talibán han reclamado la autoría. pic.twitter.com/Z6w9Kjnmh2
— Descifrando la Guerra (@descifraguerra) 2 de septiembre de 2019
El potente estallido se escuchó a una decena de kilómetros y causó daños a viviendas situadas en el radio de un kilómetro, reveló el portavoz, que añadió que la explosión desencadenó también una segunda detonación y un incendio en una gasolinera próxima.
Aunque se escucharon disparos, el portavoz aseguró que «no hay atacantes involucrados ni hay atacantes en el área».
El gerente del campamento Green Village, Baryalai Ghafoori, fue más allá y aseguró a Efe que no hubo ningún «ataque suicida» contra el complejo y que lo que sucedió fue que «un camión cisterna lleno de gasolina (…) explotó en el medio de la carretera».
La deflagración se produjo «a unos 15 metros de una de las siete puertas y muros de protección» del complejo, remarcó Ghafoori, que advirtió que «una investigación» aclarará cuál era el «destino del camión cisterna», al tiempo que subrayó que Green Village «no era el objetivo».
«No se ha producido ningún daño dentro del campamento, sólo cristales rotos. Nadie en el campamento resultó herido», sentenció el gerente.
Sin embargo, los talibanes dejaron claro que Green Village era el objetivo de un ataque en el que emplearon primero un «vehículo bomba para quitar las barreras de seguridad», lo que permitió la entrada de varios insurgentes suicidas fuertemente armados.
«Decenas de (extranjeros) murieron y resultaron heridos», aseguró en un comunicado el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, quien agregó que continúa el ataque en ese «nido de invasores extranjeros», perpetrado, anotaron, en reacción a las operaciones estadounidenses y del Ejército afgano contra civiles.
Este ataque de los talibanes sigue un patrón similar al anterior en el mismo lugar ocurrido el pasado enero, cuando también durante la noche de un lunes los insurgentes detonaron un coche bomba en el área residencial, causando al menos cuatro muertos y 113 heridos.
Los insurgentes se refirieron entonces también a esta zona como «el nido» de los servicios de inteligencia.
El ataque en la capital afgana tuvo lugar el mismo día que el representante especial de Estados Unidos para la Paz, Zalmay Khalilzad, presentó ante el Gobierno de Kabul el borrador de un acuerdo con los talibanes tras varios meses de negociaciones en Catar.
El borrador prevé la retirada de 5000 soldados de cinco bases en las que las fuerzas de la coalición permanecen instaladas, dentro de un plazo de 135 días.
A cambio, los talibanes se comprometen a reducir la violencia en Kabul y la provincia septentrional de Parwan, donde se encuentra la mayor base de las fuerzas internacionales, explicó Khalilzad.
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