El alcalde de Nueva York, Eric Adams, reafirmó su anuncio de que quiere reformar la ley de santuario de la ciudad para permitir que la policía ayude a los agentes federales a deportar a los inmigrantes criminales.
También confirmó que se reunirá con el nuevo zar de fronteras, Tom Homan, a finales de esta semana o la próxima.
«Creo que tenemos que modificar nuestra ley actual, como ya he dicho», dijo Adams en una rueda de prensa el 3 de diciembre en el Ayuntamiento.
Las leyes santuario impiden a la policía y a los empleados municipales cooperar con las peticiones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) en la mayoría de los casos, protegiendo a los inmigrantes ilegales de la deportación.
El alcalde ha expresado su frustración por no poder deportar a los inmigrantes ilegales que cometen delitos.
«Estoy abierto a cualquier cosa para sacar a los delincuentes de nuestra ciudad», dijo.
Adams dijo que su reunión con Homan es parte de un esfuerzo para trabajar con la administración entrante de Trump.
«Sí, me puse en contacto con [Homan] y compartí que nos gustaría sentarnos y hablar con ellos para escuchar cuáles son sus ideas. Porque no quiero que la gente hable sin escuchar. Quiero que la gente hable entre sí», dijo Adams.
«Y dejé claro que no voy a estar en guerra con esta administración. Voy a estar trabajando con esta administración. El presidente Trump es el presidente electo, y sea quien sea a quien elija para dirigir sus agencias, estoy deseando sentarme y ver cómo mejoramos Nueva York».
Homan, exdirector en funciones del ICE, es conocido por sus duras políticas fronterizas y su defensa de la deportación de inmigrantes ilegales, especialmente criminales y aquellos sobre los que un juez federal ha emitido una orden de deportación.
A la pregunta de hasta qué punto cooperará la ciudad con el ICE, Adams respondió: «No voy a especular sobre cuáles son los planes…. Me gustaría hablar con nuestro zar de fronteras y averiguar cuáles son sus planes, dónde están nuestros puntos en común. Podemos trabajar juntos».
La ciudad de Nueva York ya ha gastado 6400 millones de dólares en sus 220,000 inmigrantes ilegales recién llegados.
«El impacto a largo plazo de esos 6400 millones de dólares aún no se ha materializado», dijo Adams.
Adams se ha opuesto a las deportaciones masivas que Trump y Homan han prometido. Señaló cierta ironía en la situación: La ciudad necesita más trabajadores y, sin embargo, los inmigrantes ilegales que quieren trabajar no pueden hacerlo porque no tienen permiso de trabajo.
«Migrantes, solicitantes de asilo y otros. Quieren trabajar», dijo Adams. «Quieren participar en el sueño americano. Y tenemos que encontrar la manera de que puedan hacerlo».
«El pueblo estadounidense no debería pasar por esto. Y los inmigrantes y solicitantes de asilo no deberían pasar por esto».
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