El alcalde de Nueva York, Eric Adams, apoyó el martes la eliminación de las políticas que impiden la cooperación con las autoridades federales de inmigración cuando un inmigrante ha sido acusado de un delito, un componente clave del estatus de «santuario» autoimpuesto por la ciudad.
Una de las políticas en cuestión era una ley promulgada en 2014 durante el mandato del predecesor de Adams, Bill de Blasio. Como parte del compromiso de garantizar que no se utilicen recursos municipales para ayudar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) con la deportación, la ley cerró las oficinas del ICE que habían operado en las instalaciones de la ciudad y ordena a la policía de la ciudad y a los departamentos de corrección que no acepten ninguna solicitud de detención del ICE que no esté específicamente acompañada por una orden firmada por un juez federal.
Una solicitud de retención es una notificación a las fuerzas de seguridad locales para que retengan a una persona determinada con el fin de deportarla en el futuro. Según la ley de 2014, las agencias de la ciudad de Nueva York ignorarán estas solicitudes, a menos que se trate de personas que figuren en la lista federal de vigilancia de terroristas o hayan sido condenadas por un delito grave o violento.
Otra política de la era de Blasio, emitida en 2018 en forma de orientación para toda la ciudad, va más allá al exigir que cualquier solicitud de ayuda de los funcionarios federales de inmigración debe ser revisada primero por «altos funcionarios de la agencia de la ciudad» para determinar que no se hicieron para ayudar a la deportación.
En su rueda de prensa semanal, Adams se quejó de que la versión actual de las leyes sobre «ciudades santuario» es tan laxa que resulta problemática en medio de la creciente preocupación por los delitos en los que están implicados inmigrantes ilegales.
«Deberíamos comunicarnos con el ICE. Y si el ICE toma la determinación de deportar, que lo haga», dijo.
El alcalde demócrata también indicó que prefiere las normas de la época de Michael Bloomberg y anteriores.
«Quiero volver a las normas de los alcaldes anteriores [que] creo que suscribieron mi creencia de que las personas sospechosas de cometer delitos graves en esta ciudad deben rendir cuentas», dijo a los periodistas.
La política de «santuario» de la ciudad de Nueva York se remonta a la alcaldía de Ed Koch, cuya orden ejecutiva de 1989 establece que ningún empleado municipal debe compartir información sobre inmigrantes ilegales con el ICE sin el permiso escrito del inmigrante o a menos que el inmigrante sea sospechoso —no condenado— de haber cometido un delito.
Esa orden fue reeditada por sucesivos alcaldes, entre ellos Rudy Guiliani, que ahora defiende una postura más dura en el tratamiento de quienes entraron ilegalmente en Estados Unidos.
En la sesión informativa del martes, Adams también se refirió a la reciente detención de una banda de ladrones de teléfonos en el Bronx. El grupo delictivo estaba formado supuestamente por inmigrantes y estaba dirigido por un ciudadano venezolano, que, según el alcalde, podría haber sido expulsado del país si se hubieran comunicado a los federales sus antecedentes penales.
«Esta persona era una amenaza», dijo Adams refiriéndose al presunto cabecilla de la banda de ladrones. «¿Quieres dejarlo aquí, que tenga dos años antes de que sea realmente condenado y que continúe con su conducta criminal? Simplemente estoy en desacuerdo filosóficamente con eso».
«El mero hecho de que no podamos compartir con el ICE que esta persona ha cometido tres robos, que esta persona forma parte de una banda organizada, [el] mero hecho de que no podamos decir eso, y no podamos comunicarlo, es problemático para mí», añadió.
El nuevo impulso del alcalde a favor de los cambios, que casi con toda seguridad enfadará a los progresistas del ayuntamiento, le valió raras ovaciones de voces conservadoras en las redes sociales.
«El alcalde Adams pide un cambio en la ley de ciudades santuario de Nueva York. Bien por él», escribió en X Charlie Kirk, de Turning Point USA. «Ahora necesita ir hasta el final y avanzar para abolirla».
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