El este de Alemania podría estar al borde de un importante cambio político, ya que los votantes del estado de Brandeburgo, acudirán este fin de semana a las urnas en una contienda política pareja entre la AfD y los socialdemócratas.
El último sondeo del Politbarómetro Extra de la ZDF sitúa al partido populista de derecha, Alternativa de Alemania (Alternative für Deutschland-AfD) con un 28%, ligeramente por delante, del 27% de los socialdemócratas (SPD), de centro-derecha, el partido gobernante, que desde hace tiempo consideran esta región como un centro neurálgico del país.
AfD-Brandeburgo espera repetir sus recientes éxitos en Sajonia y Turingia, donde se ha convertido en la primera fuerza política. El 1 de septiembre, el AfD obtuvo casi el 33% de los votos en Turingia y casi el 31% en Sajonia, sentando un nuevo precedente en el este de Alemania.
Olaf Scholz
Una victoria de la AfD en Brandeburgo, que rodea la capital nacional, Berlín, podría suponer un revés sin precedentes para los socialdemócratas, que han gobernado allí desde la caída del Muro de Berlín. Una victoria también amenazaría potencialmente al canciller Olaf Scholz, en su estado natal.
El estado alberga la primera fábrica de Tesla en Europa e incluye zonas prósperas dentro del cinturón de los suburbios de Berlín, pero muchos de sus pueblos rurales y tierras de cultivo llevan décadas en declive.
Hans-Christoph Berndt, el principal candidato de la AfD-Brandenburgo, está desafiando el dominio de los socialdemócratas aprovechando el descontento local.
«Surgen preguntas críticas: ¿Por qué hay que cubrir todo Brandeburgo de turbinas eólicas? ¿Por qué renunciamos al petróleo y al gas rusos, [y] en su lugar importamos gas licuado caro del otro lado del mundo? ¿Por qué los alquileres y los costos de construcción son cada vez más inasequibles? ¿Por qué mis hijos ya no aprenden a leer y escribir correctamente en la escuela? ¿Por qué aumentan los delitos violentos? ¿Y por qué nos sentimos cada vez más extranjeros en nuestra propia ciudad?», dice el manifiesto de Berndt.
«El dramático descenso de la calidad de la educación también puede verse como un intento de despojar a los brandenburgueses de su propio pensamiento crítico», afirma el manifiesto.
«Las medidas contra COVID-19, completamente exageradas y sin fundamento médico, demostraron a todo el mundo que el gobierno estatal no persigue los intereses de Brandeburgo, sino que sigue obedientemente las directrices de Berlín y Bruselas».
Enormes ramificaciones
Richard Schenk, investigador del equipo de analistas MCC Brussels, dijo a The Epoch Times que la AfD tiene profundas raíces en Brandenburgo, habiendo entrado por primera vez en el parlamento estatal en 2014, aunque el estado es históricamente un bastión socialdemócrata.
«Básicamente son el SPD y la AfD. Si el SPD pierde con un candidato popular, esto tendría enormes ramificaciones», dijo Schenk. «Esto significaría que la reputación negativa del gobierno federal es tan profunda ahora que incluso un candidato popular no puede ganar unas elecciones en su territorio base».
Schenk explicó que aunque la gente esté contenta en general con el gobierno estatal, el gobierno federal es visto como altamente impopular.
«Solo el 14% de la gente en toda Alemania dice que el gobierno está haciendo bien su trabajo».
También señaló que las cuestiones energéticas y la preocupación por la inmigración resuenan entre la población rural de Brandeburgo.
«Brandeburgo solía tener la mayor refinería de petróleo ruso de Alemania, y el gobierno federal dejó de importar petróleo ruso», dijo Schenk, añadiendo que la AfD ha sido el único partido que realmente ha capitalizado el descontento por la proliferación de parques eólicos en el estado.
Si el SPD flaquea en Brandeburgo, podría allanar el camino para que la Unión Cristianodemócrata (CDU) forme una coalición, potencialmente con el apoyo del partido nacionalista de izquierda, populista, euroescéptico y socialmente conservador Alianza Sahra Wagenknecht (BSW).
«Durante las tres últimas elecciones, ellos [la Alianza Sahra Wagenknecht] fueron los principales reyes electorales en dos estados. Y es muy probable que esto vuelva a ocurrir en Brandenburgo», dijo Schenk.
Incapaz de formar coalición
La frustración generalizada con la coalición liberal-izquierdista de Scholz, que incluye a los Verdes y al Partido Democrático Libre (FDP), ha ido en aumento, ya que muchos alemanes creen que la AfD aborda los problemas con mayor eficacia que los partidos establecidos.
A menudo se considera que estos partidos dan prioridad a las posiciones ideológicas frente a las soluciones racionales, lo que refleja una división cada vez más profunda entre el este y el oeste de Alemania.
Los servicios de seguridad nacionales consideran al AfD como un partido potencialmente extremista desde 2021, lo que otorga a los servicios de seguridad el derecho a mantenerlo bajo vigilancia. Sin embargo, el partido niega ser extremista.
En respuesta a que la AfD se convirta por primera vez en el partido más fuerte en un estado federal, Scholz instó a otros partidos a bloquear el gobierno de la AfD. Desde entonces, el partido ha sido incapaz de formar una coalición.
El SPD dijo a The Epoch Times que no podía hacer comentarios. The Epoch Times también se puso en contacto con la AfD para obtener una respuesta.
Reuters ha contribuido a este informe.
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