Estados Unidos y Alemania anunciaron este miércoles un acuerdo por el que Washington permitirá que se complete el gasoducto Nord Stream 2, a cambio de ayuda de Berlín para proteger el suministro energético de Ucrania.
El pacto resuelve la mayor fuente de tensión en la relación entre los dos países: la rotunda oposición estadounidense a ese gasoducto, que unirá Rusia y Alemania por el mar Báltico y que ya está casi terminado.
En un comunicado conjunto, Estados Unidos y Alemania se comprometieron a «asegurar que Rusia no usará de forma inadecuada ningún gasoducto, incluido Nord Stream 2, para lograr fines políticos agresivos mediante el uso de la energía como un arma».
Aunque el Departamento de Estado subrayó que sigue «oponiéndose» a ese gasoducto por considerarlo un plan de Rusia para «extender su influencia maligna en Europa», en la práctica ha decidido aceptar que se complete ese proyecto, que ya está terminado en más de un 90 %.
El punto más importante del acuerdo es el compromiso de Alemania de promover la aprobación de sanciones contra Rusia en el marco de la Unión Europea (UE), en caso de que Moscú intentara «usar la energía como un arma» o cometiera «nuevos actos agresivos contra Ucrania».
En ese caso, el Ejecutivo alemán buscaría impulsar medidas «efectivas» contra Moscú, lo que podría afectar a las capacidades exportadoras rusas hacia la UE en materia energética, en relación con el gas, pero también «en otros sectores económicos relevantes», señala el comunicado.
La oposición de Estados Unidos al gasoducto se debía principalmente a las preocupaciones de sus aliados en el este de Europa, en especial Ucrania, que teme que ese proyecto permita a Rusia desechar la ruta de tránsito de gas a través del territorio ucraniano.
Para hacer frente a ese temor, Alemania se compromete además a ayudar a Ucrania a negociar «una extensión de hasta 10 años» de sus contratos para el tránsito de gas con Rusia, que expiran en 2024.
El Gobierno alemán nombrará incluso un enviado especial para llevar a cabo esas negociaciones, que empezarán «lo antes posible y no más tarde del 1 de septiembre», señala la nota conjunta.
El ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, confirmó en un comunicado que Berlín se asegurará «de que quede garantizado el tránsito de gas a través de Ucrania durante la próxima década».
Alemania apoyará la economía ucraniana «con ayuda de las energías renovables, para que esté orientada al futuro y sea más independiente», lo que ayudará a «desarrollar una arquitectura energética europea más verde», agregó Maas.
En concreto, según el acuerdo, Berlín se compromete a «establecer y administrar un Fondo Verde para Ucrania» que apoyará la transición energética a fuentes más limpias en el país europeo.
Alemania donará inicialmente al fondo al menos 175 millones de dólares (casi 150 millones de euros) y tanto Washington como Berlín se comprometen a promover inversiones en ese proyecto de «al menos 1000 millones de dólares» (847 millones de euros), incluidas algunas del sector privado.
La canciller alemana, Angela Merkel, conversó este miércoles sobre el tema con el presidente ruso, Vladimir Putin, en una llamada en la que hablaron de Nord Stream 2 y del «tránsito de gas a través de Ucrania», informó el Gobierno alemán, sin dar más detalles.
Dado que Merkel abandonará la política alemana después de las elecciones de septiembre en ese país, Washington tendrá que asegurarse de que quien le suceda al frente del Gobierno de Alemania cumpla con los términos del acuerdo.
«Buscaremos que cualquier futuro Gobierno alemán se atenga a los compromisos que han hecho» en el marco del acuerdo, dijo una alta funcionaria del Departamento de Estado, que pidió el anonimato, en una rueda de prensa telefónica.
El acuerdo suscitó fuertes críticas de ambos partidos en el Congreso estadounidense, entre ellos el senador demócrata Ben Cardin, que consideró un «error» permitir que se complete la construcción del gasoducto.
El Departamento de Estado replicó que no tenía muchas alternativas a este acuerdo, dado que el Gobierno anterior, el del expresidente Donald Trump, «no aplicó sanciones relacionadas con el oleoducto hasta su último día en el poder», cuando el proyecto ya estaba muy avanzado.
«Esta es una mala situación y un mal gasoducto. Pero necesitamos ayuda para proteger a Ucrania, y este acuerdo supone pasos significativos para ello», afirmó este miércoles la subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, en una audiencia ante el Senado.
La Casa Blanca reveló además este miércoles que Biden recibirá el próximo 30 de agosto en la Casa Blanca a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, pero aseguró que ese anuncio no estaba relacionado con su acuerdo con Alemania.
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