Alemania retirará dos aviones del tipo A340 utilizados por miembros del gobierno en sus viajes oficiales tras la doble avería sufrida en uno de esos aparatos en el que viajaba la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, quien ha debido suspender su gira a Australia.
Un portavoz de las fuerzas aéreas alemanas informó hoy de la pronta retirada de ambos aparatos, que se materializará «lo antes posible», lo que previsiblemente deberá ocurrir en las próximas semanas.
La decisión sigue a la aparatosa avería sufrida por el avión que debía trasladar a Baerbock y su delegación, incluidos periodistas, a Australia, pero que quedó por dos veces varado en Abu Dhabi.
«Lo hemos intentado todo. Pero por desgracia no es posible seguir mi viaje por una avería en el avión. Esto es más que enojoso», escribió la ministra, a través de su cuenta en la red social X, antes twitter.
La suspensión del viaje sigue a las anomalías registradas ya este lunes tras una primera escala en Abu Dhabi, que obligaron a la ministra y su delegación a regresar a ese aeropuerto.
El Ministerio de Exteriores informó entonces de ese contratiempo, aunque la idea era poder reanudar el viaje al día siguiente o seguir en un vuelo regular, lo que aparentemente tampoco ha sido posible.
Los problemas en el aparato, un A340-300, se habían detectado el lunes y, según fuentes de Exteriores, consistían en un defecto en una compuerta de una de las alas.
El avión gubernamental regresó a Abu Dhabi, pero antes de hacerlo tuvo que seguir volando durante unas dos horas para soltar unas 80 toneladas de queroseno, puesto que de otro modo era peligroso el aterrizaje.
La operación fue profusamente difundida por los medios alemanes, incluido el momento en que el capitán comunica a los pasajeros la interrupción del vuelo y sus motivos.
Tras unas 14 horas de escala se consideró que podía seguir el viaje, pero el segundo intento también resultó fallido, por lo que suspendió la gira que debía llevar a Baerbock a Australia, Nueva Zelanda y las islas Fiyi.
La avería en el avión gubernamental de Baerbock sigue a una serie de aparatosos problemas en los vuelos oficiales de los miembros del gobierno alemán.
El más llamativo de estos incidentes se produjo en 2018, cuando la entonces canciller Angela Merkel y su ministro de Finanzas, el ahora jefe del gobierno Olaf Scholz, no pudieron viajar en el aparato previsto a la cumbre del G20 en Buenos Aires.
El avión tuvo que aterrizar en el aeropuerto de Bonn-Colonia poco después de despegar y, tras revelarse que no se podía subsanar el problema, la canciller siguió viaje hasta Madrid en otro avión de las fuerzas áreas para continuar luego en un vuelo regular de Iberia hasta la capital argentina.
A ese contratiempo se han sumado otros en circunstancias asimismo aparatosas ya con Scholz al frente del Gobierno, una de las cuales afectó un vuelo de Baerbock a Mali.
Cada uno de esos casos ha levantado un notable revuelo mediático en Alemania, entre dudas sobre el correcto mantenimiento de esos aparatos, con más de veinte años en servicio.
El viceportavoz del gobierno de Scholz, Wolfgang Büchner, afirmó ayer, tras la primera avería que retuvo a la ministra en Abu Dhabi, que los aviones gubernamentales se someten con toda regularidad a estrictas revisiones y que los más de veinte años de servicio no tienen por qué ser la razón del problema.
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