Los altavoces inteligentes podrían ser cruciales para detener la violencia doméstica al detectar gritos y alaridos, y proporcionar información instantánea en tiempo real sobre lo que ocurre en los hogares, según una nueva investigación.
Uno de cada cuatro hogares australianos tiene un altavoz inteligente con inteligencia artificial (IA), como Amazon Echo, Apple Homepod o Google Nest.
Robert Sparrow, investigador de la Universidad de Monash, señaló que los ingenieros de Google están considerando un futuro en el que los altavoces inteligentes, equipados con detectores de infrarrojos, micrófonos y cámaras, puedan recopilar información detallada sobre un hogar y utilizarla para predecir la violencia doméstica.
«Disparos, gritos, chillidos, llantos, ruidos de choques y golpes, o combinaciones particulares de los mismos, podrían considerarse indicadores de que se está produciendo un incidente violento», dijo.
«Sospechamos que, en un futuro no muy lejano, los sistemas de altavoces inteligentes podrán detectar un porcentaje significativo de agresiones en curso».
Dijo que un altavoz inteligente, al detectar violencia, podría alertar a la policía y a los servicios sociales, advertir a la víctima del peligro potencial y proporcionar información sobre opciones y apoyo.
Añadió que los altavoces inteligentes también podrían ser entrenados para reconocer el abuso emocional.
Sería posible que los altavoces inteligentes detectaran patrones de comportamiento en el hogar que constituyeran un «control coercitivo» o que estuvieran fuertemente marcados por el género hasta el punto de la injusticia de género: hay pruebas convincentes de que los primeros pueden estar asociados a la violencia mortal», explicó.
Además, mencionó que los datos de los altavoces inteligentes, incluidas las grabaciones, podrían utilizarse como prueba en casos penales para obtener órdenes de alejamiento o presentar cargos penales.
Según la Oficina Australiana de Estadística, uno de cada cinco hombres y mujeres (4.2 millones de adultos) ha sufrido violencia de pareja, abuso emocional o abuso financiero.
Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de sufrir malos tratos por parte de su pareja a partir de los 15 años.
Will Milne, Director de Delincuencia y Justicia de la ABS, declaró que algo más de una de cada cuatro mujeres y uno de cada siete hombres habían sufrido violencia o malos tratos por parte de su pareja.
Las buenas intenciones pueden convertirse en más control
Sin embargo, Sparrow señaló que la IA disminuye la responsabilidad política de hacer frente a la violencia y hace recaer en las mujeres una mayor responsabilidad sobre su seguridad.
«Desarrollar altavoces inteligentes para detectar la violencia de pareja podría representar una privatización de las respuestas políticas a la violencia de pareja», afirmó.
Además, señaló que las parejas maltratadoras podrían hacerse con el control de los dispositivos, por lo que es poco probable que las mujeres los utilicen para protegerse.
Añadió que la creación de tecnología para detectar la violencia doméstica necesitaría la aportación de los supervivientes, que podrían aportar valiosas ideas.
«Si se considera que la urgencia moral de la violencia de pareja justifica la exploración de las posibilidades que ofrece el desarrollo de esta tecnología, será imperativo que las víctimas supervivientes de diversos grupos demográficos participen en la elaboración de esta tecnología y de la legislación y las políticas necesarias para regularla», afirmó.
Los altavoces inteligentes tampoco son una solución milagrosa para combatir la violencia de pareja, sino que deben «coexistir con iniciativas que aborden las estructuras socioeconómicas que impulsan la violencia contra las mujeres», afirmó Sparrow.
Sin embargo, la profesora de criminología Robin Fitzgerald señaló que aumentar la vigilancia sobre los agresores también aumenta la vigilancia sobre las víctimas.
«Las víctimas no siempre quieren que la policía intervenga en sus vidas. En algunos casos, esta forma de vigilancia proactiva puede parecer una extensión del control más que una ayuda», dijo.
«¿Qué ocurre cuando la policía hace una visita y descubre que un agresor y una víctima de alto riesgo vuelven a vivir juntos?
«Las víctimas pueden temer que intervengan las autoridades de protección de menores y se sienten obligadas a ocultar que siguen con el agresor. Y una vez que la víctima ha sido presionada para mentir, puede ser reacia a llamar a la policía la próxima vez que necesite intervención policial».
El representante del Servicio de Policía de Queensland, Ben Martain, mencionó que la policía ha considerado reevaluar su participación en situaciones de violencia doméstica, sugiriendo que los trabajadores sociales podrían desempeñar un papel más importante en su lugar.
Aclaró que la policía no puede acusar a alguien a quien llama a la puerta por un presunto delito futuro detectado por la IA.
Preocupación por el aumento de los abusos basados en la tecnología
Mientras tanto, la comisionada de eSafety, Julie Inman Grant, dijo que la tecnología dio paso a numerosos textos de acoso, rastreo por GPS, despliegue de software espía en iPads entregados a niños y abuso a través de referencias de transacciones bancarias en línea en pagos de manutención infantil.
«En eSafety hemos visto cosas como la manipulación de termostatos domésticos, sistemas de iluminación y de televisión inteligente, drones que vigilan pisos francos y coches programados para detenerse en el momento en que circulan un kilómetro más allá de su domicilio», advirtió.
Para hacer frente a los abusos, es fundamental abordar la misoginia.
«Ejercidos a través de la tecnología, este tipo de ataques suelen estar profundamente arraigados en la misoginia e impulsados por los mismos comportamientos y actitudes que están alimentando los abusos en línea basados en el género y un aumento de los ataques amenazantes y sexualizados contra mujeres y niñas, en particular las que trabajan en la vida pública, que corren el riesgo de ser víctimas de difamaciones o informaciones deliberadamente engañosas», afirmó.
Entre los proyectos que previenen los abusos se encuentran herramientas digitales de disrupción añadidas por Esafety, programas informáticos contra el acoso, planes de intervención de agresores y una gran campaña nacional de sensibilización.
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