Dos estudiantes cristianos de la Universidad Estatal de Michigan demandaron a una exprofesora, alegando que a ellos y a cientos de otros estudiantes les obligó a pagar una cuota de 99 dólares por pertenecer a su propio grupo activista de izquierda como parte de los requisitos del curso.
En una demanda (pdf) presentada la semana pasada ante una corte federal de Grand Rapids, Michigan, los estudiantes de segundo curso de negocios, Nathan Barbieri y Nolan Randomski, afirman que se matricularon en un curso obligatorio de comunicación empresarial impartido por Amy Wisner esta primavera.
Wisner, que se describía a sí misma como «madre soltera por elección, conferenciante, autora, profesora rebelde y guerrera de la justicia social» con la misión de «cancelar el patriarcado», exigía que cada uno de sus aproximadamente 600 estudiantes pagara USD 99 para inscribirse en un grupo en línea llamado “The Rebellion Community» (La Comunidad de la Rebelión).
«Se trata de una comunidad global de aprendizaje social con un espacio privado dedicado a este curso», se lee en un programa del curso. «Ustedes participarán con contenidos en directo y grabados y se conectarán con sus compañeros, exalumnos y otras personas para dialogar sobre temas empresariales importantes».
«Sus cuotas de socio se utilizan para (1) pagar el uso de la tecnología y (2) pagar a los ponentes invitados, educadores y facilitadores», añadió Wisnar «Su profesora no recibe ninguna compensación económica de sus cuotas de socio, ya que eso supondría un conflicto de intereses».
Sin embargo, según Barbieri y Randomski, Wisner podría haberse limitado a subir el material del curso a la plataforma en línea de la universidad, «Desire to Learn», que proporciona todos los servicios relacionados con la clase y permite a todos los estudiantes utilizarla sin tener que pagar una cuota adicional.
Los dos estudiantes, representados por el grupo legal conservador Alliance Defending Freedom, también dijeron que pronto descubrieron que Wisner era la creadora y controladora de The Rebellion Community, y en su sitio web, ella habría dicho en diferentes contextos que el dinero se utilizaría para apoyar causas de izquierda, incluido el proveedor de abortos Planned Parenthood.
«La comunidad Rebelión es un lugar seguro para coordinar nuestros esfuerzos, para quemar todo hasta los cimientos [explícitos]. El 100% de las cuotas de los miembros se dona a Planned Parenthood», escribió la profesora en un posteo de Facebook.
Los estudiantes demandantes también afirmaron que tienen razones para creer que Wisner utilizó el dinero de las suscripciones recaudado de los estudiantes para financiar «The Rebellion RV», un proyecto activista de izquierda que ella describió como «un viaje en autocaravana [sic] por todo Estados Unidos para cocrear comunidades de rebeldes comprometidos con hacer el trabajo» y «encender la acción a nivel local».
El 1 de mayo, Wisner publicó un vídeo en Instagram en el que aparecía una casa rodante con la leyenda «¡Que empiecen los juegos!». También afirmaba que ese vehículo se había comprado con el dinero que sus alumnos debían pagar a The Rebellion Community.
Barbieri y Randomski, que se identifican como cristianos opuestos al aborto y a la interpretación izquierdista de conceptos como «rebelión», acusaron a Wisner y a otros dos administradores de la universidad de violar sus derechos de la Primera Enmienda al obligarles a financiar causas políticas que contradicen sus puntos de vista.
«Ellos no desean apoyar económicamente el discurso de otros que contradice sus puntos de vista, y no desean convertirse en miembros de grupos organizados con el propósito de promover mensajes que contradicen sus puntos de vista», afirma la denuncia.
A raíz de las quejas de los estudiantes, la Universidad Estatal de Michigan puso a Wisner en situación de excedencia y asignó a otro profesor para impartir la clase durante el resto del semestre, según un correo electrónico enviado a los estudiantes el 1 de marzo.
La universidad también ofreció un reembolso —aproximadamente USD 60,000 dólares en total— a los estudiantes que pagaron por su membresía en Rebellion Community ya que la plataforma «ya no era necesaria para el curso».
Sin embargo, Barbieri y Radomski, dijeron que el reembolso procedía de la universidad y que Wisner todavía tiene el dinero. Ellos pidieron que ella misma reembolse a sus estudiantes y proporcione una contabilidad completa de cómo se utilizaron sus cuotas de membresía.
«Un crédito de USD 99 dólares en la cuenta de los estudiantes de la Universidad no hace nada para borrar el daño constitucional que ya se ha producido, ni para impedir que la Sra. Wisner siga utilizando el dinero que extrajo ilegalmente de los demandantes para apoyar su propio activismo y la defensa de las organizaciones a las que se oponen los demandantes», dice la demanda.
También quieren que la MSU «instruya a todos los profesores de que su discreción para seleccionar los materiales del curso no incluye la autoridad para exigir a los estudiantes que paguen cuotas de afiliación a organizaciones externas o que apoyen financieramente cualquier expresión privada».
«Los profesores universitarios no pueden obligar a los estudiantes a financiar y apoyar a grupos de defensa política que expresan mensajes con los que no están de acuerdo», dijo Logan Spena, asesor jurídico de Alliance Defending Freedom. «Nathan y Nolan simplemente quieren obtener un título de negocios sin ser obligados a pagar cuotas de membresía que serán donadas a Planned Parenthood o apoyar un discurso que contradice directamente con sus creencias religiosas».
Un portavoz de la MSU confirmó que Wisner «no es actualmente empleada de la universidad» y que los reembolsos procedían de los fondos del Broad College of Business, pero declinó hacer comentarios sobre litigios pendientes.
No fue posible contactar inmediatamente con Wisner para que comente el caso o su despido. En un posteo de Facebook del 7 de abril visto por MLive.com antes de ser borrado, ella escribió que «MSU me despidió porque no querían que yo y mis profesores invitados enseñáramos diversidad, equidad e inclusión a los estudiantes en la clase principal de comunicación empresarial».
«La batalla por este asunto empezó en octubre de 2022 y terminó hace aproximadamente un mes, cuando me despidieron por insubordinación», escribió la maestra.
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