China desafiará la soberanía canadiense en la región del Ártico más pronto de lo que advirtió previamente el Jefe del Estado Mayor de Defensa, el general Wayne Eyre, dijo un experto en su testimonio al ministerio público ante un comité de la Cámara.
Robert Huebert, profesor asociado de la Universidad de Calgary, dijo el 25 de octubre ante el Comité Permanente de Defensa Nacional de Canadá que cree que China está aumentando sus capacidades militares y busca llevar submarinos nucleares a la región del Ártico para competir por el control. El plazo para que China desafíe a Canadá, indicó, será antes de los 20 años que predijo Eyre en la reunión anterior del comité el 18 de octubre.
“Los plazos son muy cortos, por lo que el problema no son 20 años. [Los chinos] están haciendo los estudios de capacidades en este momento”, declaró Huebert, agregando que el calendario más específico dependerá de cuándo Beijing decida lanzar una incursión militar en Taiwán.
“Yo estoy de acuerdo con el general Eyre: los chinos serán una amenaza. Yo no estoy de acuerdo con su calendario. Creo que será mucho más inmediato de lo que él espera. Reitero sobre la importante dependencia de lo de Taiwán”.
Huebert indicó que Canadá es cada vez más reacio a involucrarse con la comunidad internacional, lo cual se debería a la falsa creencia de que “la geografía nos protege” de las preocupaciones sobre los conflictos militares iniciados por Rusia y China. Pero Beijing ha estado desarrollando sus capacidades para competir en el Ártico con un cronograma moldeado con el plan del régimen de invadir Taiwán, la isla democrática y autónoma que China considera un territorio rebelde.
“Hay un gran debate sobre si los chinos planean o no que sus submarinos de crucero de propulsión nuclear entren en las aguas del Ártico, pero si lo hacen, y yo creo que se están preparando activamente para eso, un ataque con misiles de crucero desde el norte podría ejecutarse para tratar de tomarnos con la guardia baja”, declaró Huebert.
“Todos los observadores canadienses sobre este punto cambiarán de inmediato su punto de vista cuando comience la guerra en Taiwán porque cuando comience la guerra en Taiwán, nosotros veremos las ramificaciones internacionales junto con las capacidades militares chinas”, dijo a continuación.
“Luego haremos una reevaluación en la que la gente dirá —tal como lo estamos haciendo con la segunda fase de la guerra ruso-ucraniana— ‘Oh, supongo que deberíamos haberlo previsto’”.
Justin Massie, profesor de la Université du Québec à Montréal, quien también testificó ante el comité de defensa el 25 de octubre, compartió esta misma visión de que China plantea desafíos cada vez mayores para Occidente.
Massie dijo que el ambiente ártico, que alguna vez fue benigno, está cambiando debido al aumento de los conflictos de poder marcados por la Guerra Rusia-Ucrania y la creciente competencia estratégica entre Estados Unidos y China, así como el mayor uso de las fuerzas armadas para abordar los problemas ambientales en relación con el clima.
“Nosotros hemos visto estas tendencias en el horizonte durante un tiempo —la nueva militarización de las grandes potencias y el cambio climático. Pero en conjunto, ellos constituyen una amenaza que puede obligar a Canadá a centrar su atención estratégica, sus recursos y la concentración de esos recursos en su propio territorio”, dijo Massie.
Incertidumbres
El comité de defensa escuchó además el testimonio de Anessa Kimball, profesora de la Université Laval, quien también advirtió sobre las incertidumbres causadas por las ambiciones de China y Rusia en el Ártico.
“La incertidumbre sobre el comportamiento futuro de los actores tanto de Rusia como de China crea más problemas”, dijo Kimbell, señalando el intento de Beijing de crear una Ruta Polar de la Seda, una expansión de su Iniciativa de La Franja y la Ruta (BRI), que es una estrategia de desarrollo de infraestructura global presentada por el líder chino, Xi Jinping, en 2013.
“Para China, su interés está en el comercio marítimo, poder viajar a través de esa área, así como poder explorar los recursos. Los hemos visto intentarlo varias veces, ya sea tratando de comprar territorio o intereses de exploración minera en esta región, o celebrando acuerdos con empresas internacionales”, declaró la académica, agregando que si bien ninguno de esos planes tuvo éxito, Beijing todavía está intentando para “ganarse un espacio para sí mismos en la región”.
Kimbell señaló que el problema estratégico más apremiante para las partes interesadas es la incertidumbre sobre el estado futuro del mundo que sigue a lo que parece ser un lento declive de Estados Unidos en relación con China en términos de economía y política.
“La realidad es que Estados Unidos y muchos otros estados del Ártico tienen capacidades suficientes para proteger conjuntamente a la región en una crisis”, agregó señalando que esto intensificaría el conflicto.
“La configuración actual de los activos de defensa en la región ofrece un nivel de disuasión de la ambición, pero no es lo suficientemente fuerte como para disuadir las incursiones en los espacios aéreos y marítimos. Tales incursiones aumentan el riesgo de accidentes y malentendidos”.
Considerando las ambiciones de China en el Ártico, según la académica, el país debería integrarse en las «estructuras institucionales existentes» para codificar normas y reducir las externalidades.
“La gran competencia de poder está llegando a la región. Las perspectivas de cooperación pueden incrementarse mediante la identificación temprana de problemas y el diseño de estructuras institucionales apropiadas para regularizar el comportamiento”, dijo KImbell.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.