La amenaza de China y su formidable arsenal de misiles es uno de los mayores obstáculos para la defensa de Estados Unidos bajo el Tratado de Misiles Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), de acuerdo con un informe publicado recientemente por el Congreso.
China no es signataria del tratado. Sin embargo, «permanecer fuera del pacto ha permitido a China expandir rápidamente su arsenal de misiles como parte de una estrategia militar diseñada para contrarrestar el poderío militar de Estados Unidos y sus aliados en Asia», dijo la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China (USCC, por sus siglas en inglés) en un informe publicado el 28 de enero, en el que se analizan las implicaciones de la retirada de Estados Unidos del tratado, apenas cuatro días antes de que la administración Trump anunciara formalmente que suspendería sus obligaciones en virtud del tratado e iniciaría el proceso de retirada formal.
Con las restricciones del INF a Estados Unidos, Washington no puede defender sus intereses en la región asiática, según el informe.
El tratado INF fue firmado por el ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan y el secretario general soviético Mijaíl Gorbachov en 1978, prohibiendo a ambos países el despliegue de misiles balísticos y de crucero lanzados desde tierra con un alcance de entre 500 y 5500 kilómetros. Esta distancia impide que los misiles estadounidenses alcancen Asia.
El anuncio del 1 de febrero por parte de la administración Trump explicó que Estados Unidos decidió retirarse del tratado después de meses de negociaciones fallidas en las que solicitó a Rusia el desmantelamiento de sus misiles balísticos 9M729 que, según Estados Unidos, violan el pacto.
Aunque el presidente Donald Trump y otros funcionarios citaron inicialmente las capacidades de los misiles de China como una razón para retirarse del tratado -un punto que se planteó a lo largo del informe de la USCC- durante una llamada telefónica con los periodistas el 1 de febrero, un funcionario de la administración negó tal conexión, diciendo: «para Estados Unidos, esto realmente no tiene nada que ver con China. Se trata únicamente de la violación del tratado por parte de Rusia».
Al día siguiente, Rusia anunció que también suspendería su participación en el tratado.
Amenaza china bajo las restricciones del INF
El informe de la USCC señaló que el 95 por ciento del inventario de China de más de 2000 misiles balísticos y de crucero -que incluye alcance corto (entre 500 y 1000 kilómetros), alcance medio (1000 y 3000 kilómetros) y alcance intermedio (3000 y 5500 kilómetros)- violaría el Tratado INF, si China fuera signataria.
Mientras que la mayoría de estos misiles chinos están equipados con ojivas convencionales, algunos son ojivas nucleares y otros son de «doble capacidad», lo que significa que el misil puede ser montado tanto para una ojiva convencional como para una nuclear, de acuerdo con el informe.
Sin las restricciones del INF, Beijing acumuló misiles con la estrategia militar de mantener «amenazadas a las fuerzas estadounidenses si deciden intervenir en un conflicto regional», dice el informe.
La USCC describió una situación hipotética para Estados Unidos, con las restricciones del INF.
Si estallara un conflicto regional sobre Taiwán o islas disputadas en el este o el sur del mar de China, China podría prevenir o derrotar la intervención de Estados Unidos «apuntando a instalaciones militares regionales de Estados Unidos tan lejanas como Guam, junto con activos navales y aéreos que operen en alta mar».
El régimen chino considera a la isla autónoma de Taiwán como parte de su territorio y ha amenazado con el uso de la fuerza militar para unirla al continente.
El informe señala que si Estados Unidos no puede intervenir, los aliados de Estados Unidos en la región asiática se verán en desventaja durante un conflicto, debido a la «enorme cantidad de misiles chinos y a la velocidad con la que pueden ser disparados».
Además, China también podría evitar con éxito la intervención de Estados Unidos si los políticos estadounidenses «se muestran reacios a seguir luchando o a sufrir pérdidas adicionales» como resultado de los daños que los misiles chinos puedan provocar en un principio.
Cualquier señal de que Estados Unidos esté menos dispuesto a intervenir servirá al propósito final de Beijing: intimidar y coaccionar a los estados regionales, según el informe.
Respuesta de China
Al ser preguntado por los periodistas sobre la suspensión de Estados Unidos el 2 de febrero, Geng Shuang, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo que «China se opone a la retirada de Estados Unidos» y advirtió que la retirada «puede desencadenar una serie de consecuencias adversas».
Cuando se le preguntó si China aceptaría negociar un nuevo tratado multilateral sobre control de armas para reemplazar al INF, Geng dijo: «China se opone a la multilateralización de este tratado», añadiendo que el régimen chino cree que es imperativo «mantener e implementar el tratado existente en lugar de crear uno nuevo».
Las palabras de Geng fueron conservadoras en comparación con la crítica mordaz de los medios de comunicación estatales chinos para denunciar la decisión de Estados Unidos.
Xinhua, en una editorial publicada el 2 de febrero, equiparó la retirada de Estados Unidos a «abrir una caja de Pandora», ya que socavaría seriamente la paz y la seguridad del mundo.
«La retirada de Estados Unidos deja a toda la raza humana con una perspectiva negativa mientras se anticipa al siglo XXI», dijo el periódico estatal Global Times en una editorial el 2 de febrero. El artículo también reiteraba la oposición de Beijing a «cualquier forma de multilateralización bajo el INF, o cualquier otra forma de multilateralización exigida por Washington».
La razón detrás de la cautela de Beijing ante cualquier marco multilateral fue declarada en el informe de la USCC.
«Implícita en la posición oficial de China [sobre la oposición a la multilateralización en el marco del INF] está la evaluación de que la adhesión de Estados Unidos y Rusia al Tratado INF, mientras China permanece fuera del pacto, crea una asimetría en los regímenes de control de armamentos que Beijin aprovecha a su favor y por lo tanto, quiere mantener», dice el informe.
Ramificaciones
En última instancia, Estados Unidos tendría una ventaja importante si se retirara del INF: los planificadores de defensa de Estados Unidos contarían con la opción adicional de colocar misiles terrestres en el territorio de sus aliados y socios en Asia para disuadir las acciones agresivas de Beijín, según el informe.
«Obligaría a China a concentrarse en destruir más objetivos en un conflicto, diluyendo así la cantidad de potencia de fuego que el [Ejército de Liberación Popular] podría destinar a cualquier objetivo específico», dijo la USCC, y agregó que ello «complicaría la planificación militar china».
China ya representa una amenaza para los aliados de Estados Unidos en Asia. SD Pradhan, ex presidente del Comité Conjunto de Inteligencia de la India y ex asesor adjunto de seguridad nacional, escribió en una editorial publicada en el diario The Times of India, que China ya está colocando «sistemas de armas en su periferia y sus bases en el Océano Índico», en relación con su política exterior de la «Iniciativa de la Franja y la Ruta» (One Belt, One Road – OBOR, por su sigla en inglés).
Con la retirada de Estados Unidos del INF, China podría decidir acelerar ese proceso, dijo Pradhan.
Beijing puso en marcha OBOR en 2013, con el objetivo de construir rutas comerciales entre China, el sudeste asiático, África, Europa y América Latina mediante la financiación de proyectos de infraestructura en más de 60 países.
Pradhan también advirtió que la India debe seguir vigilando el despliegue de misiles de China en el Tíbet, así como la posibilidad de que China coloque nuevos misiles en territorios pakistaníes.
Independientemente de cómo responda China después de la retirada de Estados Unidos, China ya ha mostrado su voluntad de usar misiles para intimidar, según el informe de la USCC, como cuando disparó misiles a las aguas de Taiwán durante la crisis del Estrecho de Taiwán durante 1995-1996.
China disparó los misiles para intimidar a los ciudadanos taiwaneses justo antes de que la isla celebrara sus primeras elecciones presidenciales en 1996.
La revista bimensual estadounidense National Interest, en un artículo publicado el 4 de enero, identificó los misiles balísticos como una de las cinco armas que China podría usar en una guerra contra Taiwán. Uno de los misiles chinos, el DF-16, tiene un alcance de 1000 kilómetros; puede transportar una ojiva de 1500 kilogramos; y posee una capacidad de maniobra que puede eludir la interceptación mediante sistemas de misiles antibalísticos.
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