La respuesta del presidente Joe Biden al reciente conflicto entre Hamás e Israel lo ha colocado en una delicada posición política, con divisiones emergentes dentro de su propio Partido Demócrata.
Aunque su muestra inicial de apoyo a Israel coincide con la opinión pública estadounidense, la dinámica dentro del partido podría volverse cada vez más compleja si la guerra se prolonga.
Las primeras encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses simpatizan con Israel tras el devastador ataque de Hamás del 7 de octubre, que se cobró la vida de al menos 1500 civiles, entre ellos 32 estadounidenses.
El firme apoyo del presidente a Israel y su visita personal al país han reflejado en gran medida este sentimiento.
El presidente Biden está actuando «brillantemente» en un momento difícil y demostrando «liderazgo moral», según Ann Lewis, estratega demócrata que fue directora de comunicaciones de la Casa Blanca en la Administración Clinton.
«Espero que el presidente Biden continúe por el camino que ha iniciado. Este presidente, que llevó a su familia a ver los campos para comprender el Holocausto, no va a echarse atrás por las críticas políticas», declaró a The Epoch Times.
Sin embargo, Brian Seitchik, estratega republicano, apunta a un división cada vez mayor dentro del Partido Demócrata, debido a la postura antiisraelí de los progresistas de extrema izquierda.
«Los demócratas están ciertamente divididos sobre Israel. Existe una facción antisemita y antiisraelí muy fuerte en el Partido Demócrata», declaró Seitchik a The Epoch Times.
La reciente dimisión de Josh Paul, exfuncionario del Departamento de Estado, en protesta por la respuesta del presidente Biden al conflicto entre Hamás e Israel reflejó la frustración existente en algunos sectores de Washington.
Además, algunos miembros progresistas del Partido Demócrata, que forman parte del «Squad», han pedido el fin de la violencia y han instado al presidente a detener el envío de ayuda a Israel.
La representante Rashida Tlaib (D-Mich.), que es la única congresista estadounidense de origen palestino, ha criticado la respuesta de la administración al conflicto. El 18 de octubre pronunció un emotivo discurso ante sus partidarios frente al Capitolio, expresando su desacuerdo.
«Presidente Biden, no toda América está con usted en esto, y tiene que despertar y entender que estamos literalmente viendo a gente cometer a diario un genocidio, y seguimos sin decir nada», gritó en un micrófono.
La representante Cori Bush (D-Mo.) también criticó la política exterior estadounidense en un comunicado, abogando por el fin del «apoyo a la ocupación militar y el apartheid israelíes».
Ella lidera a los progresistas de la Cámara con la Resolución Alto el Fuego Ya, que pide la desescalada del conflicto y la ayuda humanitaria a Gaza.
¿Un partido unido?
Según Mark Mellman, encuestador y estratega demócrata, la gran mayoría del público y de los demócratas del Congreso respaldan al presidente Biden en lo que respecta a Israel, lo que hace que la oposición de algunos miembros progresistas sea irrelevante por el momento.
«Por ahora, al menos, el presidente tiene un partido unificado detrás de él. Están unificados en su apoyo a Israel y unificados en su comprensión de la necesidad de sacar a Hamás del poder. Y eso podría cambiar con el tiempo», declaró a The Epoch Times.
Según Mellman, la política exterior prácticamente nunca es un tema dominante en un ciclo electoral, especialmente cuando no hay estadounidenses en el campo de batalla.
«Esto es muy diferente de, por ejemplo, Irak o Vietnam. Esos son conflictos en los que Estados Unidos estuvo directamente implicado. Este no es un conflicto de este tipo en este momento», dijo.
La Casa Blanca no se anduvo con rodeos a la hora de responder a los legisladores progresistas que culparon a Israel tras los atentados de Hamás.
«Vamos a seguir siendo muy claros: creemos que están equivocados, creemos que son repugnantes y creemos que son vergonzosos», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, el 11 de octubre.
«Aquí no hay dos bandos», añadió.
El senador John Fetterman (D-Pa.) también sorprendió al romper con sus aliados progresistas y ponerse del lado del presidente. Rechazó los llamamientos a un alto el fuego.
«Ahora no es el momento de hablar de un alto el fuego. Debemos apoyar a Israel en sus esfuerzos por eliminar a los terroristas de Hamás», posteó el 18 de octubre en la plataforma social X.
También apuntó a los miembros progresistas de la Cámara por culpar a Israel del reciente bombardeo de un hospital en Gaza, calificando sus acciones de «verdaderamente inquietantes». Dijo que cree que los demócratas del Senado están unidos respecto a Israel.
«No conozco a ningún colega nuestro en el Senado que comparta ese tipo de opiniones de ciertos miembros del partido en la Cámara», dijo Fetterman a The Epoch Times cuando se le preguntó por las opiniones de sus aliados progresistas en la Cámara.
Según una nueva encuesta de la CNN, alrededor del 71% de los estadounidenses simpatizan con el pueblo israelí tras los atentados de Hamás del 7 de octubre y creen que la respuesta militar del gobierno israelí fue justificable.
La encuesta también reveló que los demócratas eran más propensos que los republicanos a expresar mucha simpatía por el pueblo palestino.
Algunos creen, sin embargo, que si el conflicto continúa, el apoyo a Israel podría disminuir rápidamente, especialmente entre los demócratas.
Apoyo a los palestinos
El estratega político republicano Ford O’Connell afirmó que el fuerte apoyo a los palestinos entre los votantes demócratas podría suponer un problema para el presidente Biden a largo plazo.
Los demócratas han simpatizado cada vez más con los palestinos durante la última década, dijo, citando una encuesta de Gallup en marzo que mostró que el 49 por ciento de los demócratas simpatizaba con los palestinos, en comparación con el 38 por ciento que simpatizaba con los israelíes.
En cambio, el 11% de los republicanos y el 32% de los independientes expresaron simpatía por los palestinos en la encuesta de marzo.
«Creo que parte de la razón por la que estamos en esta guerra es, por desgracia, lo ingenua que ha sido la Administración Biden con respecto a Irán», dijo O’Connell. «Es decir, el mundo está literalmente en llamas».
Si el conflicto entre Israel y Hamás no se resuelve rápidamente, añadió, el presidente Biden «tendrá un verdadero lío en sus manos políticamente».
El Sr. Seitchik coincidió, añadiendo que el sentimiento anti-Israel dentro del Partido Demócrata podría alienar a los votantes pro-Israel, incluidos los de los estados indecisos clave como Michigan, Arizona y Wisconsin, así como Florida, de tendencia republicana.
«Esta corriente antiisraelí que recorre tan agresivamente el Partido Demócrata podría causarles graves problemas», afirmó.
Otra encuesta de Wall Street Journal/Ipsos realizada tras el atentado de Hamás muestra un aumento del apoyo a Israel en sus conflictos de larga data con los palestinos.
Un considerable 42% de los encuestados cree que Estados Unidos debería ponerse del lado de Israel, marcando un récord que se remonta a 2002, mientras que sólo el 3% cree que debería ponerse del lado de los palestinos.
Las opiniones favorables tanto del pueblo israelí como de su gobierno han aumentado en esta última encuesta, aunque los estadounidenses más jóvenes, una parte crucial de la base demócrata, muestran menos apoyo a Israel en comparación con las generaciones mayores.
El actual conflicto entre Hamás e Israel plantea un reto político potencial para el presidente Biden.
Si la crisis persiste sin solución, podría enfrentarse a dificultades tanto dentro de su partido como para recabar el apoyo de ciertos segmentos del electorado, especialmente los que simpatizan con la causa palestina.
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