Las unidades del Grupo Wagner en África no se retirarán pronto, a pesar del reciente levantamiento abortado contra el Kremlin por su líder, Yevgeniy Prigozhin, y del llamamiento del presidente Vladimir Putin para que sean absorbidas por el ejército ruso.
Esa es la opinión de la mayoría de los analistas de seguridad y miembros de agencias de inteligencia contactados por The Epoch Times.
El Consejo de Relaciones Exteriores, think tank con sede en Washington DC, calcula que hay al menos 5000 mercenarios wagnerianos en el continente, en países como la República Centroafricana (RCA), Libia y Mali.
Extraoficialmente, según Jasmine Opperman, consultora de seguridad privada especializada en extremismo y violencia política en África, el Grupo Wagner está presente en toda África.
«Su Agencia de Investigación de Internet, que interfiere en las votaciones y otros procesos democráticos, está en todas partes, y dondequiera que haya recursos naturales, encontrarás empresas pantalla de Wagner, como en Sudán», declaró a The Epoch Times.
El profesor Hennie Strydom, del departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Johannesburgo, afirmó que la Unión Africana había «abierto la puerta» a Wagner al no actuar para impedir que sus mercenarios «ganaran un punto de apoyo para Moscú» en el continente.
«Las unidades de Wagner van por ahí matando africanos y robando recursos, pero la UA no hace ni dice nada. En este contexto, ¿por qué debería Putin retirar a Wagner de un continente cuyos dirigentes le dan la bienvenida?», declaró Strydom a The Epoch Times.
La sede de la UA en Addis Abeba no respondió a las peticiones de comentarios de The Epoch Times.
«Está bastante claro que la presencia del Grupo Wagner forma parte de un intento de Moscú de contrarrestar la implicación militar occidental en África, concretamente la estadounidense y la francesa. Sólo por esa razón, es poco probable que veamos una retirada masiva de estos mercenarios a corto plazo», afirmó Strydom.
Opperman afirmó que los mercenarios habían «atrincherado sus posiciones» tras el avance de Prighozhin sobre Moscú.
El líder de los Wagner describió sus acciones como una «protesta» contra la gestión de la guerra en Ucrania por parte de los generales del Kremlin. El presidente Vladimir Putin calificó la rebelión de «traición» y sugirió que se trataba de un intento de golpe de Estado.
«En este contexto, tiene sentido que los combatientes de Wagner se atrincheren donde están presentes en África», dijo Opperman, exagente del servicio de inteligencia sudafricano.
«Nadie está seguro ahora del futuro de Wagner, pero de lo que sí estoy seguro es de que, a menos que Moscú ofrezca mucho dinero a los batallones destacados en África, no van a abandonar todos los yacimientos de petróleo, minas de oro, minas de diamantes y otros recursos que han capturado desde que iniciaron sus operaciones en África hace unos seis años».
Prigozhin se encuentra actualmente en Bielorrusia, según el presidente de ese país, Alexander Lukashenko.
«Al parecer, Putin ha indultado a Prigozhin, pero él (Prigozhin) sabrá que el indulto de Putin no significa nada. ¿Y cómo puede Prigozhin permanecer exiliado en Bielorrusia, que está firmemente aliada con el Kremlin y todo lo que representa, y sentirse seguro? No me sorprendería que el comandante Wagner apareciera en África. Al fin y al cabo, fuera de Ucrania y Rusia, Wagner en África es la mayor fuerza rusa del mundo».
Wagner desplegó combatientes por primera vez en África en 2018, enviando «instructores militares» a la República Centroafricana y a Sudán. Estos «instructores» han estado apuntalando regímenes ilegítimos, como la junta militar de Malí, y saqueando recursos naturales.
Los grupos de derechos humanos también han acusado al grupo de cometer atrocidades generalizadas, como violaciones, torturas y ejecuciones masivas, en países como la RCA y Mozambique.
Actualmente, Wagner tiene una gran fuerza en la Libia sin ley, apoyando a los señores de la guerra a cambio de petróleo y otros recursos. Allí, el grupo también está presuntamente implicado en el tráfico de seres humanos.
«Hace cuatro años, Wagner tenía muchos miles de combatientes en Libia. Intentaron ayudar al líder rebelde (el general Jalifa) Haftar a arrebatar Trípoli al gobierno, pero no lo consiguieron. La mayoría de estos hombres de Wagner fueron redistribuidos a Ucrania, pero muchos permanecen en Libia», declaró.
Dada la importancia estratégica del país, afirmó que es probable que Putin mantenga a estos mercenarios en Libia.
«Puede que en algún momento opte incluso por reforzar la presencia militar rusa en Libia, porque permite a Moscú un punto de acceso fácil a Europa; permite a la marina rusa mantener una fuerte presencia en el Mediterráneo».
El Dr. Samuel Ramini, analista de conflictos del Royal United Services Institute de Londres, dijo a The Epoch Times que el interés de Putin en África era «puramente mercenario, por lo que tiene sentido que siga utilizando a Wagner» en el continente.
«Rusia, principalmente por medio de Wagner, sólo ha establecido una presencia en países africanos donde hay recursos que enriquecen a Prigozhin y a sus conexiones en el establishment ruso», dijo Ramini.
«Mali tiene mucho oro. La RCA, por ejemplo, tiene uranio, diamantes, oro y petróleo. Wagner se lleva una gran parte de este pastel a cambio de ayudar al presidente Faustin-Archange Touadéra a luchar contra diversos grupos rebeldes. Los mercenarios de Wagner también actúan como sus guardaespaldas personales».
Opperman dijo que los miembros de Wagner habían «sembrado el caos y el terrorismo» allá donde habían ido en África.
«En Libia colocaron trampas explosivas en casas de familias y mataron a niños. También ejecutaron a civiles. También lo hicieron en Mali, donde mataron a más de 500 personas en una semana en la ciudad de Moura».
El gobierno de Biden ha acusado a Wagner de «graves actividades criminales», incluidas «ejecuciones masivas, violaciones, secuestros de niños y abusos físicos» en la RCA y Mali.
El 27 de junio, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a cuatro empresas y a un individuo relacionados con el «violento grupo militar ruso PMC Wagner (Grupo Wagner)» y con Prigozhin.
En un comunicado de prensa, el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian Nelson, declaró: «El Grupo Wagner explota la inseguridad en todo el mundo, cometiendo atrocidades y actos delictivos que amenazan la seguridad, el buen gobierno, la prosperidad y los derechos humanos de las naciones, además de explotar sus recursos naturales. Las entidades seleccionadas en la República Centroafricana (RCA), Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia han participado en transacciones ilícitas de oro para financiar al Grupo Wagner con el fin de sostener y expandir sus fuerzas armadas, incluso en Ucrania y África, mientras que el individuo seleccionado ha sido fundamental para las actividades de las unidades del Grupo Wagner en Mali».
El «individuo objetivo» al que se refiere Nelson es Andrey Nikolayevich Ivanov.
Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Ivanov ha facilitado acuerdos sobre armas y minería con altos cargos del gobierno maliense. Opperman dijo que Ivanov también dirigía Africa Politology, una empresa que es una «rama» de Wagner PMC.
«Esta empresa es muy turbia y está expandiendo su huella por África», afirmó el analista.
«Africa Politology es básicamente un brazo propagandístico de Wagner. Utiliza agentes africanos, como líderes comunitarios cooptados, por ejemplo, para lanzar mensajes contra Occidente y específicamente contra las Naciones Unidas a través de las redes sociales y en otras plataformas públicas».
Opperman afirmó que la empresa de Ivanov había instigado recientes protestas públicas en Malí exigiendo que la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, compuesta por 13,000 efectivos, se retirara del país y fuera sustituida por tropas rusas.
Muchos de los manifestantes llevaban banderas rusas y pancartas de apoyo a Putin.
El viernes pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU votó por unanimidad poner fin a su misión de una década en Malí.
Washington afirmó que el Grupo Wagner había «maquinado» la decisión.
«Se trata de un gran éxito de Wagner y Putin lo sabe. Ésta es sólo una de las razones por las que Wagner va a permanecer en África durante mucho tiempo», afirmó Opperman. «Putin ansía el éxito, especialmente en este momento».
Strydom afirmó que Moscú suministraba armas y municiones a los miembros de Wagner en África, mientras que un holding de Prigozhin se encargaba de pagarles.
«Es imposible que Putin vaya a cortar el suministro de armas, munición y dinero a Wagner de África, porque, al fin y al cabo, son mercenarios. Entonces serán agentes libres y simplemente se unirán a quien les ponga armas en las manos y les pague. La mayoría no son leales a Putin ni a nadie; son leales al dinero. Así que van a permanecer en el redil del Kremlin, por el momento», dijo Strydom.
Putin ha dicho que los miembros de Wagner deberían alistarse en el ejército ruso, «irse a casa» o unirse a Prigozhin en Bielorrusia.
Pero Opperman y Strydom coincidieron en que esto no se aplicaría a las fuerzas de Wagner en África.
«Moscú ha invertido demasiado en África como para tirarlo todo por la borda. Supongo que se llegará a algún tipo de compromiso con respecto a África», dijo Strydom.
Ramini dijo que era importante recordar que el Grupo Wagner no había invadido África.
«Está en países africanos porque esos gobiernos han acogido a los mercenarios rusos».
Pero añadió: «También es cierto que a veces esos gobiernos obtienen mucho más de lo que esperaban, y no en el buen sentido. En la República Centroafricana, por ejemplo, Wagner tiene el control de las empresas de servicios públicos. Es una verdadera infiltración en un país, una estrategia real y decidida para capturar estados enteros.
«Una vez que están en un país, aunque sólo sea un pequeño número de ellos, dado su material militar, organización, entrenamiento y recursos, es difícil para los gobiernos hacerlos retroceder. Sobre todo porque al aceptar esta ayuda mercenaria rusa, eso significa generalmente que Occidente abandona estos países, por lo que no está ahí para ayudarlos cuando Wagner empiece a tomar el poder. Francia cortó la ayuda militar a la RCA, ¿verdad? Significa que estos países no tienen a nadie más a quien recurrir y tienen que seguir con Rusia, tanto si Rusia les da lo que quieren como si no».
A corto plazo, dijo Ramini, Wagner no cambiará su forma de actuar en África.
«(El ministro de Asuntos Exteriores ruso) Serguéi Lavrov también lo ha dejado claro. Quizá más adelante, creo, se produzca una transición hacia un enfoque más oligopolístico de las empresas rusas de seguridad privada, o mercenarias, que operan en África».
En otras palabras, dijo, Wagner no monopolizaría el campo de la seguridad militar privada en África; otras empresas mercenarias rusas entrarían en la esfera, todas cooperando para favorecer los intereses de Moscú.
«También es muy posible que Gazprom (la corporación energética estatal rusa) empiece a desplegar contratistas de seguridad privada», dijo Ramini. «Gazprom ha dicho que va a invertir mucho más en África en el futuro, en petróleo y gas, así que podrías ver a Wagner vigilando las instalaciones energéticas rusas en África en el futuro».
Pero Strydom dijo que era poco probable que los miembros de Wagner se conformaran con funciones como ésa, porque en general disfrutaban con las operaciones de combate.
«Les gusta apoderarse y controlar. Si no se están enfrentando activamente a los yihadistas, por ejemplo, en tiroteos, se están apoderando de minas y asaltando pueblos y ciudades y aterrorizando a los ciudadanos. No se trata de guardias de seguridad corrientes a los que les gusta sentarse en garitas o patrullar por las vallas del perímetro. Son veteranos de combate y disfrutan con la violencia y con apoderarse de lo que no es suyo. De hecho, son delincuentes empedernidos».
Strydom afirmó que la reacción de la UA ante el Grupo Wagner sería «fundamental» para su futuro en África.
«En África existe una larga historia de oposición a los mercenarios, sobre todo a los mercenarios blancos que se benefician del dolor y el sufrimiento de los africanos negros. Sin embargo, hay una falta de acción decisiva por parte de la UA y de los diversos bloques regionales, en lo que respecta a la presencia de Wagner. Dada la oscura historia de los mercenarios en África, y la desestabilización de la democracia que causan, mediante su apoyo a gobiernos y políticos deshonestos, y sus violaciones de los derechos humanos, cabría pensar que la UA habría reaccionado enérgicamente contra Wagner. Pero hay silencio».
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