Las repetidas promesas del presidente Joe Biden de que Estados Unidos acudiría en defensa de Taiwán en caso de un ataque chino —para que los funcionarios de la Casa Blanca se retracten siempre de sus declaraciones— dan la impresión a los adversarios de Estados Unidos de que la administración de Biden «no tiene las cosas claras», dijo un analista.
El 23 de mayo, Biden dijo que Washington se había «comprometido» a defender militarmente a Taiwán de una invasión —rompiendo con la antigua política de larga data de disuasión estratégica de Estados Unidos, según la cual la administración es deliberadamente imprecisa en cuanto a lo que haría en tal escenario. Es la tercera vez que hace una declaración de este tipo desde agosto de 2021. Cada vez, los funcionarios de la administración confirmaron más tarde que la política de Estados Unidos no había cambiado.
«Da la impresión de que hay confusión», dijo recientemente Grant Newsham, un miembro senior del Centro de Política de Seguridad, al programa «China Insider» de Epoch TV.
«No da la impresión de que la administración sepa realmente lo que está haciendo, o que tenga su política establecida», añadió.
El régimen chino considera que el autogobierno de Taiwán es parte de su territorio y que puede tomarlo por la fuerza, si es necesario. Estados Unidos, por su parte, es el mayor proveedor de armas de Taiwán y está obligado a proporcionar a la isla los medios para defenderse en virtud de la Ley de Relaciones con Taiwán.
James Fannell, exdirector de inteligencia y operaciones de información de la Flota del Pacífico de Estados Unidos, coincidió en señalar que Washington parece querer tenerlo todo.
«Ahora esta Administración de Biden parece estar tratando de decir que vamos a ser más claros en nuestra posición sobre Taiwán, pero no quieren dejar de decir que han terminado con la política de ambigüedad estratégica», dijo a China Insider.
Sin embargo, este enfoque es «muy peligroso», añadió Fannell.
«Te enfrentas a un adversario que cada día muestra los dientes, muestra las armas, muestra el ejército y utiliza las amenazas de que usará la violencia para conseguir lo que quiere», dijo.
Fannell se refirió a los recientes ejercicios conjuntos de las fuerzas aéreas de China y Rusia en el mar de Japón, el mar de China Oriental y el Pacífico occidental, cuando los líderes de la agrupación Quad —Australia, Japón, Estados Unidos e India— se reunieron en Tokio. El ejercicio, dijo, era para enviar una advertencia estratégica a la Quad, en particular a Japón y Estados Unidos, que podrían involucrarse en la defensa de Taiwán.
La Casa Blanca no devolvió la solicitud de comentarios.
Alejarse de la ambigüedad estratégica
Ante este panorama, ambos expertos instaron a que Estados Unidos se aleje de su política de ambigüedad estratégica hacia Taiwán y refuerce su apoyo para ayudar a la isla a contrarrestar el régimen.
Fanell señaló que el régimen chino ya no se atiene a los términos estipulados en la Ley de Relaciones con Taiwán, la legislación aprobada por los legisladores estadounidenses en 1979, que establece que a cambio de que Estados Unidos reconozca diplomáticamente a la República Popular China, la cuestión de Taiwán debe resolverse pacíficamente.
«Es China la que se ha alejado de los acuerdos. Así que no deberíamos sentirnos obligados a una política de ambigüedad estratégica que se construyó hace 50 años, cuando todo ha cambiado sobre el terreno», dijo.
Newsham repitió la opinión de Fanell, afirmando que «hace tiempo que China ha dejado claro que va a buscar una resolución violenta si es necesario. Eso hace que todo lo demás sea inoperante en este acuerdo».
Fanell enfatizó que Estados Unidos debería aumentar la capacidad militar de la nación insular «armándola hasta los dientes».
«Si no lo hacemos, las imágenes que estamos viendo en Ucrania: bebés muertos, mujeres asesinadas y edificios quemados y destrucción, todo eso ocurrirá en Taiwán», dijo.
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