Estados Unidos tiene solo 25 días de suministro de diésel, el más bajo desde 2008, según datos recientes de la Administración de Información de Energía (EIA). Esto es inferior a los 34.2 días de reserva de hace un mes.
Las reservas nacionales totales se sitúan en 106,187 millones de barriles, aproximadamente un 34 por ciento menos desde que Biden asumió el cargo. Los números de la EIA confirman que la demanda disminuyó la semana pasada, llegando a 4072 millones de barriles. Pero el consumo sigue aumentando casi un 20 por ciento en comparación con el mes anterior.
La Casa Blanca anunció la semana pasada que el presidente Joe Biden está preparado para liberar más petróleo crudo de la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR) nacional buscando estabilizar los precios de la gasolina y el diésel antes de las elecciones intermedias de noviembre. Esto se suma a la iniciativa de seis meses de la administración para liberar 180 millones de barriles que comenzó a principios de este año.
«Sin embargo, esto no está ayudando a los diferenciales del crack del diésel, que se dispararon una vez más. Los suministros de diésel para calefacción y destilados son escasos en todo el mundo, y mientras la agitación económica sigue manteniendo al petróleo bloqueado en un rango de cotización, quizá sea cuestión de tiempo que los precios del petróleo griten al alza», escribió Phil Flynn, analista de energía y autor de The Energy Report.
En el noreste de Estados Unidos, una parte del país que generalmente quema más combustible para calefacción que cualquier otra parte del país, las reservas se encuentran en sus niveles más bajos desde abril de 1992.
El director del Consejo Económico Nacional, Brian Deese, le dijo recientemente a Bloomberg TV que la administración Biden podría aprovechar las reservas de diésel de emergencia del noreste si los inventarios no aumentan lo suficientemente rápido.
La Casa Blanca también ha dejado la puerta abierta a una prohibición de exportación de gasolina, diésel y otros productos refinados del petróleo. Pero la propuesta ha recibido críticas de los líderes de la industria del petróleo y el gas.
“Prohibir o limitar la exportación de productos refinados probablemente disminuiría los niveles de inventario, reduciría la capacidad de refinación nacional, presionaría al alza los precios del combustible al consumidor y alienaría a los aliados de EE.UU. durante una época de guerra”, escribió Mike Sommers, presidente del American Petroleum Institute (API) y CEO, en una carta a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
Mientras tanto, podría haber algo de alivio ya que está previsto que dos barcos que transportan unas 90,000 toneladas de diésel y combustible para aviones lleguen a Nueva York después de haber sido desviados de sus destinos europeos originales. Además, la refinería Trainer de Delta Air Line, en Pensilvania, está lista para regresar del mantenimiento estacional, lo que ayudará a expandir la producción regional de diésel.
Desde 2020, Estados Unidos ha perdido alrededor de 1 millón de barriles por día en capacidad de refinación operativa. Durante la última década, el número de refinerías se ha desplomado, a 129. En el noreste, solo quedan siete refinerías.
En general, se trata de un hecho preocupante para el sector del transporte por carretera, ya que el diésel es el segundo coste más elevado para las empresas de transporte, por detrás de la mano de obra. La American Trucking Association (ATA) informa de una escasez de 80,000 conductores y el aumento de los precios del diésel afecta a la cuenta de resultados de las empresas, por lo que podría ser un momento preocupante de cara a uno de los períodos de mayor actividad del año.
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