La fase uno del acuerdo reducirá los aranceles de ambas partes, aumentará las compras de China de productos estadounidenses y requerirá que China haga cambios estructurales en su economía.
«La estrategia del Presidente Trump fue exactamente correcta. Creo que los duros aranceles lo llevaron a la mesa de negociaciones. Creo que los fuertes aranceles dañaron su economía y los hicieron mucho más susceptibles a un buen trato», dijo Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de Estados Unidos.
«En última instancia, el martillo que Trump tiene sobre China si empiezan a hacer trampa en este acuerdo es que los aranceles volverán. Y esos aranceles, ya sabes, han perjudicado a la economía china y han perjudicado a Estados Unidos, pero también han perjudicado a China. Así que la única ventaja real que tiene Trump, en mi opinión, es la amenaza de que se vuelvan a imponer los aranceles», señaló Kudlow.
Otros se refieren al resultado final, la calma de una guerra comercial de 18 meses que ha ralentizado el crecimiento mundial.
«Como mínimo, esto es una tregua, y como mínimo significa que no habrá una escalada de aranceles en 2020. Y eso es una muy buena noticia para los inversionistas, para las empresas y para los trabajadores», dijo Stephen Moore, economista de la Fundación Heritage.
Moore dice que es poco probable que se llegue a una fase dos del acuerdo antes de las elecciones de noviembre. Asimismo, el presidente Trump ha dicho que gran parte del éxito de la fase dos dependerá del éxito de la fase uno, que será observada de cerca en los próximos meses.
Algunos negocios son cautelosamente optimistas.
«Trabajamos tanto con empresas chinas como con importadores estadounidenses. Es decir, exportadores chinos, importadores estadounidenses y también exportadores estadounidenses a China. Así que todos ellos están observando esto muy de cerca. Y ciertamente, la reducción de los aranceles ayuda a impulsar a los importadores estadounidenses porque tienen que pagar esos aranceles», dijo Mark Ludwikowski, líder de la Práctica de Comercio Internacional de Clark Hill.
«Somos optimistas en cuanto a que funcionará, y que China se toma en serio el hacer que funcione», dijo Ludwikowski.
«Definitivamente tendremos que estar atentos a lo que ocurra en el próximo, yo diría que en el próximo trimestre, en los próximos meses, porque si China no hace las compras, si la aplicación de la ley no es lo suficientemente fuerte, entonces podríamos empezar a escuchar algunas preocupaciones de las industrias de EE.UU.», comentó Ludwikowski.
Los críticos argumentan que el acuerdo no es lo suficientemente bueno.
«Así que este acuerdo de ‘fase uno’ es una gran decepción para mí y para millones y millones de estadounidenses que quieren vernos hacer que China juegue limpio», dijo el senador Chuck Schumer (D-N.Y.).
«Hemos visto esto una y otra vez. China pacta algo y luego no lo cumple», dijo Schumer.
Si China cumplirá o no con su palabra sigue siendo el interrogante más importante.
El acuerdo viene completo con un mecanismo de resolución de disputas y de aplicación de la ley, que tarda unos 90 días en completarse. Si China no cumple con el acuerdo, Estados Unidos puede reimponer los aranceles retirados.
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