Los analistas están observando cuán bien informado está el presidente ruso, Vladimir Putin, de la situación real en Ucrania a medida que la información se filtra a través de sus filas por la preocupación de que podría estar tomando decisiones de combate sin actualizaciones precisas, dijo Volodymyr Dubovyk, un profesor con sede en Odessa asociado al Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Nacional Mechnikov de Ucrania.
«Es posible que piense que los rusos están ganando, que tienen ventaja en Ucrania», dijo Dubovyk sobre la visión del conflicto que tiene Putin desde Moscú.
Pero ellos no están ganando, dijo Dubovyk al referirse a las fuerzas armadas rusas, añadiendo que no está claro si hay alguien que asesore a Putin sobre la situación real en el terreno.
«La gente tiene miedo [de que] no haya nadie que le comunique a él la noticia de que, ‘Señor Presidente (…) nosotros necesitamos retirarnos, necesitamos alguna rampa de salida'», dijo el académico. «También Putin, por supuesto, no es conocido [por ser] alguien que se rinda. Él se subió a esa escalada del árbol y no sabe muy bien cómo bajar».
«Pero él tendrá que aprender a hacerlo porque no va a conseguir sus objetivos aquí en Ucrania», dijo Dubovyk a NTD News el 11 de marzo.
Rusia dijo que su «operación militar especial» en Ucrania es para desarmar al ejército ucraniano y derrocar a su gobierno «neonazi» con el fin de proteger a los rusos que viven en las partes prorrusas del este de Ucrania del «abuso y el genocidio».
«Una vez más, me dirijo a los soldados ucranianos», dijo Putin en su discurso en que anunció la invasión. «No permitan que los neonazis y los banderistas utilicen a vuestros hijos, a vuestras esposas y a los ancianos como escudo humano. Tomen el poder en sus manos. Parece que será más fácil para nosotros llegar a un acuerdo que con esta banda de drogadictos y neonazis».
El Kremlin exige a Ucrania que firme un acuerdo de neutralidad que le prohíba entrar en la OTAN y que reconozca a Crimea como rusa, que reconozca a las regiones de Luhansk y Donetsk como independientes y que cese toda acción militar.
A pesar de las dificultades a las que se enfrentan las tropas rusas en su misión de desmilitarizar Ucrania, Dubovyk cree que los dirigentes rusos todavía quieren seguir luchando en la guerra.
«Creo que [Rusia] todavía cree que podría traer algunos refuerzos y proporcionar más gasolina y alimentos a las tropas que están encerradas en varios lugares de Ucrania. Creo que podrían estar tratando de proceder de esa manera», dijo el académico.
Aunque Rusia atacó y destruyó gran parte de los activos militares ucranianos en las primeras 48 horas de la invasión, Dubovyk afirmó que el pueblo ucraniano se ha mantenido firme en su resistencia a las fuerzas de ocupación, apoyándose en la ayuda extranjera que recibe su ejército y en las sanciones de países occidentales, como los aliados de la OTAN y países del este, como Corea del Sur, Japón y Taiwán.
Los ucranianos también tienen la ventaja de una moral más alta, porque el pueblo lucha por defender su tierra y su libertad, dijo Dubovyk.
«Muchos de ellos dejaron a sus familias y a sus hijos en los pueblos y ciudades a sus espaldas. Así que no es un conflicto abstracto para ellos; ellos saben exactamente lo que están defendiendo, saben lo que les va a pasar a esos pueblos», agregó.
Mientras tanto, en el lado ruso, según la versión de los hechos de los investigadores ucranianos, «la moral está realmente baja», dijo el académico.
Los investigadores, al escuchar a algunos de los 2000 prisioneros de guerra rusos, han informado de que muchos soldados rusos están cuestionando la guerra.
Algunos temas comunes reportados en las conversaciones con los prisioneros de guerra han sido: «¿Por qué estamos aquí? ¿Qué estamos haciendo? Aquí no hay fascistas (…) estas personas son solo civiles y los militares ucranianos luchan valientemente contra nosotros porque nos ven como invasores», dijo a continuación.
«Nuestros oficiales nos dijeron que nos verían como liberadores, que la gente saldría a nuestro encuentro con flores y que nos felicitarían como [personas] que les trajimos la libertad», dijo Dubovyk al referirse a lo que algunos prisioneros de guerra pensaban.
Pero pronto ellos se han dado cuenta de que los ucranianos han estado luchando por su libertad contra las fuerzas de ocupación, añadió.
«Algunos de los que forman parte de las tropas que trajeron los rusos son profesionales con mucha experiencia, pero muchos de ellos no lo son, son chicos de 18, 19, 20 años, novatos, que han sido traídos [a Ucrania] sin ninguna experiencia y están aterrorizados», dijo Dubovyk. «Están dejando sus armas y están desertando, están destruyendo su propio equipo, sus tanques, y están tratando de escapar hacia la frontera con Rusia y volver a Rusia».
Los avances de Rusia han sido variados en toda Ucrania. Algunas ciudades del este, cerca de la región de Donbás, territorio en disputa desde hace tiempo, como Mariupol, se encuentran ahora en una situación terrible tras días de bombardeos y escasez de alimentos y electricidad.
Las fuerzas armadas gubernamentales ucranianas y las fuerzas armadas separatistas respaldadas por Rusia están en guerra en el Donbás desde 2014. Más de 14,000 personas ya han muerto en el conflicto armado antes de la invasión rusa del 24 de febrero, con unos 75,000 soldados luchando en una guerra de trincheras a lo largo de una línea de contacto de 260 millas que atraviesa algunas zonas densamente pobladas.
Ante la prolongación del conflicto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en repetidas ocasiones que Estados Unidos no enviará tropas a luchar en Ucrania y que Estados Unidos y la OTAN «no librarán una guerra contra Rusia en Ucrania» porque un «conflicto directo entre la OTAN y Rusia es la Tercera Guerra Mundial, algo que debemos tratar de evitar».
En la actual escalada de la guerra, las ciudades ucranianas del norte, el oeste y algunas del sur, como Odessa, permanecen en su mayoría intactas.
El académico atribuyó el lento avance de Rusia a la fuerte resistencia civil ucraniana, sin la cual los militares ucranianos no podrían resistir la ofensiva rusa.
Hay decenas de miles de ucranianos de a pie que colaboran con los militares en la defensa del país realizando importantes tareas como la evacuación de personas, la distribución de alimentos y agua, y el desvío de los grupos de sabotaje rusos que fueron enviados a Ucrania antes de la invasión, dijo a continuación.
La invasión se prolonga ya una tercera semana. Durante días las fuerzas armadas rusas se han alineado a decenas de kilómetros de la capital ucraniana, Kiev. No está claro por qué se han detenido, aunque Dubovyk dijo que podría ser que las fuerzas rusas ahora se están dando cuenta de lo difícil que sería tomar y mantener Kiev, dada la fuerte resistencia presentada por los ucranianos en defensa de sus hogares y de su tierra.
«[Los rusos] tienen mucho miedo de entrar en la ciudad porque temen la guerra urbana. Saben que la ciudad está muy fortificada, que la gente tiene todas esas jabalinas y ametralladoras de ataque y demás. Además esperan que les disparen desde cada ventana y desde cualquier esquina», añadió.
A diferencia de lo que se vio en Afganistán, Ucrania «no es un estado fallido».
«En [el] caso de Ucrania, el gobierno está trabajando bajo las bombas, en los refugios, todo el mundo se presenta a trabajar, incluido el personal médico, incluso los profesores de las universidades, incluso hacemos nuestras clases en línea estos días. Así que Ucrania está muy unida».
Si el conflicto continúa sin resolverse, Dubovyk advierte que Rusia podría «intentar forzar más concesiones e infligir más dolor a Ucrania bombardeando objetivos civiles».
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