¿Quién es el loco?
Feng Shi del Estado Qin tenía un hijo, un niño dulce y listo. A medida que crecía, se tornó evidente que él era diferente de los demás. Mientras otros cantaban, él decía que lloraban. Donde otros veían blanco, él veía negro. Cuando otros olían una deliciosa fragancia, él olía un hedor asqueroso. Lo que para otros era comida amarga, para él era dulce. Él percibía el mundo mortal como algo completamente opuesto a lo que otros percibían.
Pronto, la gente comenzó a difundir rumores de que el hijo de Feng Shi estaba loco. Feng Shi estaba consumida de la preocupación por la enfermedad mental de su hijo. Ella escuchó que el Estado Lu era la tierra de la rectitud y la decencia. Había más nobles que en el Estado Qin, e incluso Confucio vivía allí. Con la esperanza de que alguien del Estado de Lu pudiera curar a su hijo, Feng Shi empacó sus maletas y partió hacia allá con su hijo.
En el camino, pasaron por la ciudad de Xiangyi, donde se encontraron con un misterioso hombre de cabellos blancos. El anciano era Lao Tse. Feng Shi contó al gran sabio sobre la enfermedad de su hijo y su búsqueda de un tratamiento en Lu. En respuesta, Lao Tse se rió a carcajadas.
«¿Cómo sabe usted que su hijo está loco?» cuestionó Lao Tse. «Nadie es capaz de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto hoy en día. La gente confunde el bien con el mal y el mal con el bien».
Lao Tse continuó: «El interés propio y el miedo a perder hacen que la gente perciba al mundo al revés. Esa es la verdadera locura. Dado que todos están locos, no son conscientes de su locura. Si, en cambio, la gente habla como su hijo, es considerada loca. Los tal llamados hombres nobles de Lu son los más confundidos. ¡Gobiernan apelando a los caprichos de la gente en vez de al sentido común! Su hijo tiene la mente clara, pero usted quiere que gente enferma lo trate. ¿No es eso gracioso? Lleve a su buen hijo de regreso al Estado Qin».
El reino de un cultivador
Hakuin Ekaku (1686-1769), conocido en chino como el Maestro Zen Baiyin, es una importante figura histórica del budismo Zen japonés.
Una vez, cuando Hakuin Ekaku salió a mendigar limosnas, el propietario de una casa se rehusó a darle comida. A Hakuin no le importó y siguió parado en la puerta. Esto hizo que el hombre se enojara mucho. En un ataque de ira, el propietario tomó una escoba y golpeó al maestro Zen, causando que se desmaye allí mismo.
Una familia que tenía una tienda cerca de donde Hakuin vivía, tenía una bella hija, pero ella era soltera y estaba embarazada. Sus padres se sentían humillados y exigían saber quién era el padre del bebé. La hija quería proteger la identidad del joven hombre. Ella sabía que su padre respetaba mucho a Hakuin, así que le dijo que el maestro Zen era el que la había embarazado. Sus padres la llevaron al templo y confrontaron a Hakuin, quien respondió gentilmente: «¿Es así?».
Luego de que naciera el bebé, lo llevaron al templo y dijeron a Hakuin «¡Aquí está su vil engendro!». La noticia se esparció rápidamente y todos fueron al templo a condenar al maestro Zen como un lobo con piel de cordero. Hakuin no se afligió y cuidó bien al niño.
Un año después, la joven ya no podía soportar el tormento mental de su mentira. Ella confesó la verdad a sus padres. Sus padres sintieron un profundo remordimiento. La familia entera se apuró a ir al templo para disculparse a fondo con Hakuin. Él devolvió al niño y únicamente dijo: «¿Es así?».
Todas estas experiencias fueron dolorosas, pero contaron como parte de la cultivación. Los cultivadores que alcanzan un reino como este tienen gran tolerancia.
Traducido del chino al inglés por Dora Li, estas historias fueron reimpresas con el permiso del libro «Atesoradas historias de China», Volumen 1, disponible en inglés en Amazon.
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