“El apego no es sinónimo de amor”, explica el Dr. Rafael Guerrero

El Dr. Rafael Guerrero se presentó en el Congreso Internacional de las Familias (CIFAM) en Guadalajara, México, y habló de los distintos tipos de apego y el riesgo de generar malos vínculos con los hijos.

Existen cuatro tipos de apego, explicó el Dr. Guerrero en su conferencia presentada el fin de semana pasado en la capital jaliciense: el apego seguro, el apego evitativo, el ambivalente y el desorganizado, estos tres últimos entran en una categoría de “apego inseguro” que afecta de manera negativa a los niños.

Citando a Mary Main, el Dr. Guerrero subraya que “apego no es sinónimo de amor. Apego es un recurso, es un mecanismo instintivo que aumenta nuestras cualidades de sobrevivencia”. Un neonato, un bebé, agregó, no necesita a un adulto para ser feliz, lo necesita para sobrevivir.

El Dr. Guerrero es licenciado en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Doctor en Educación y experto en Psicoterapia Breve con niños y adolescentes, entre otras especialidades.

Frente a un público atento, habló de dos grandes características del apego seguro, que es la autonomía y la protección. El Dr. dice que lo importante es que el adulto pueda brindar ese lugar seguro donde el niño se sienta protegido, pero que también le permita explorar. Lo plantea como un “baile constante”, oscilar entre la protección a la autonomía y de la autonomía a la protección, atendiendo las necesidades del pequeño.

“Si soy capaz de dar protección y autonomía en su justa medida, desarrollamos un apego seguro, y si no soy capaz se convierte en apego inseguro”, detalló.

Por otro lado, en el grupo de los apegos inseguros, está el apego evitativo, el experto señala que este tipo de apego se desarrolla cuando los padres no permiten a sus hijos sentir sus emociones, padres que no conectan con su lado emocional.

“Son papás tremendamente racionales, muy ejecutivos, pero que no conectan con su mundo emocional, no permiten que sus hijos sientan emociones”, son papás autoritarios, agregó.

Los papás que aplican el “apego ambivalente” o “ansioso ambivalente”, son papás muy emocionales, donde “la emoción desregula completamente al papá o a la mamá”, son padres que sobreprotegen. Y por último, está el apego desorientado o desorganizado, que se desarrolla en familias desestructuradas, papás con trastornos psiquiátricos y con una incapacidad para conectar con las necesidades de los niños, asegura el Dr. Guerrero.

“Los estudios científicos y la práctica clínica nos llevan a la conclusión de que aquellos bebés y niños que han tenido unas figuras de apego que les han cubierto sus necesidades son más seguros de sí mismos, más autónomos», detalló el también psicólogo para ABC familia y, además, «tienen una buena capacidad de resolución de conflictos, son más resilientes, mejor autoestima, son valorados como más capaces en el trabajo, en las relaciones de pareja y con los amigos, en definitiva, son más felices”.

En entrevista para The Epoch Times Español, el Dr. dijo que “el primer paso [para aplicar el apego seguro] es la formación, el adquirir el conocimiento, ese es el ‘qué’, y ahora lo que falta es el ‘cómo’. Entonces, muchas veces lo que hacemos es aprender también mediante la acción, mediante el error, pero también desde la consciencia. Tener conocimiento, ser consciente, cuál es el objetivo que perseguimos, y a partir de ahí, mucho diálogo en la familia, mucho diálogo con nuestros hijos y mucho diálogo con nuestra pareja”.

Sobre los vínculos, el Dr. asegura que “es imposible encontrarnos con un ser humano que no tenga vínculos. Puede tener un vínculo más sano o menos sano. Puede tener más vínculos o menos vínculos. Puede ser más sociable o menos social. Pero en los mamíferos, en los primates y en el ser humano no existe la ausencia de vínculos. Somos una especie que venimos a este mundo con esa predisposición de apegarnos y de relacionarnos con nuestros protectores, que son nuestros padres y nuestras madres”.

Hablando del vínculo padres-hijos, el Dr. Guerrero detalló que “en el día a día nos vamos encontrando con que nuestros niños tienen dificultades igual que las tenemos nosotros. Pero la experiencia nos demuestra que lo que cura es sanar a nuestros niños».

Es por eso que la familia es tan importante, afirma, «por eso papá es muy importante, por eso mamá es tan importante, por eso los adultos que rodeamos a un menor somos tan importantes».

Gracias al cariño de los padres, que representa «las grandes gasolinas del ser humano», como el amor, la empatía y la dedicación, «yo voy a hacer que este obstáculo que mi hijo se encontró en el camino, se pueda enfrentar a él», así, si se sabe que lo que cura es el vínculo, «también me atrevo a decir que lo que trastorna es el mal vínculo”.

Hay mamás y papás que tratan de hacer lo mejor, pero que no llegan a vincularse de manera sana con sus hijos, explicó el Dr Guerrero, y esto implica sufrimiento, dolor, y en muchas ocasiones psicopatología, esto quiere decir «que la salud mental está tocada».

«En la manera en la que yo me vinculo con mi hijo le puedo sanar, le puedo salvar. Pero si yo no me vinculo de una manera sana con él, le estoy metiendo en problemas”.

Los niños, explicó el especialista, los seres humanos, necesitan no solo sentir curiosidad, «sino que mi mamá y mi papá me permitan sentir curiosidad. Por eso lo que sana es el vínculo y lo que trastorna es el mal vínculo. Si se da cuenta, en ningún momento estoy hablando de ausencia de vínculo.

El Dr. Guerrero aseguró que es imposible que haya un ser humano sin vínculos. Dice que pueden tener vínculos sanos o menos sanos, más o menos en cantidad. Pero que los seres humanos siempre tienen vínculos.

“Somos una especie que venimos a este mundo con esa predisposición… de apegarnos y de relacionarnos con nuestros protectores, que son nuestros padres y nuestras madres”.

Y si bien hay familias que no generaron vínculos positivos, el Dr. Guerrero dice que siempre hay esperanza para que las familias sanen, sin embargo, asegura que va a ser más costoso.

“Esto es como un árbol que en vez de crecer de manera más o menos recta, crece torcido, siempre hay esperanza para poder reconducir la situación, pero eso va a ser más difícil, evidentemente. A lo mejor necesitaremos ayuda profesional y otros recursos, pero siempre se puede reconducir. Siempre se puede”, reflexionó el Dr. Guerrero.

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