Un nuevo informe del Centro para la Tecnología Responsable del Instituto de Australia, de tendencia izquierdista, ha advertido a los gobiernos estatales que eviten cruzar las «nuevas fronteras» de la vigilancia ciudadana tras la creciente adopción en el país de apps para la cuarentena en casa.
Actualmente, Australia Meridional, Nueva Gales del Sur y Victoria están probando este tipo de apps, que utilizan tecnología de geolocalización y reconocimiento facial para ayudar a controlar el cumplimiento de las medidas de cuarentena por COVID-19. Por ejemplo, más de 97,000 residentes han utilizado ya la app de cuarentena en casa de Australia Occidental, el G2G pass.
El informe pide a los gobiernos estatales que «recuperen la confianza del público» después de que la policía (en Queensland y Australia Occidental) fuera sorprendida accediendo a los datos recogidos en las apps de rastreo de contactos de COVID-19 para ayudar en las investigaciones.
«Es importante aprender las lecciones de la historia reciente y no permitir que los momentos de crisis mundial, como la pandemia, modifiquen la forma en que se utiliza la tecnología de vigilancia», dijo Peter Lewis, director del Centro para la Tecnología Responsable, en un comunicado de prensa el 11 de octubre.
«Hace veinte años, el mundo respondió al 9/11 y a la amenaza del terrorismo obligando a las empresas tecnológicas a acceder al historial de búsqueda de sus usuarios, algo que nunca se había contemplado antes».
«Una vez que se normalizó este mayor grado de vigilancia, fue adoptado por empresas como Google y Facebook para rastrear a los usuarios y focalizar los anuncios, y por gobiernos de todo el mundo para controlar a sus ciudadanos».
«Aunque es importante acertar con los modelos de cuarentena, la idea de que la tecnología de reconocimiento facial sea la principal herramienta de control para la cuarentena en casa debe tratarse con verdadero escepticismo», dijo.
Lewis pidió a los gobiernos que reconocieran las deficiencias de la tecnología de reconocimiento facial y los riesgos que supone para el derecho a la privacidad.
El informe afirmaba que el creciente uso de la tecnología de vigilancia a nivel mundial para controlar el cumplimiento de las normas era una «tendencia preocupante» y advertía de la «normalización de la cultura de la vigilancia».
Señalaba que, aunque la cuarentena en casa era una opción preferible a la cuarentena en un hotel —que puede ser costosa y agotadora para las personas— no se sabe si los gobiernos habían considerado todas las implicaciones del uso de dicha tecnología, señalando preocupaciones similares con las apps de pasaportes para vacunas.
«El estudio de caso más destacado sobre el uso exitoso del reconocimiento facial para combatir la pandemia proviene de China, lo cual debe tomarse con reservas dado el historial de abusos de la privacidad en el país», decía el informe.
El centro recomendó que el reconocimiento facial se limite a un solo uso y que haya fechas de caducidad precisas para los datos recogidos. Además, el grupo pidió a los gobiernos estatales que actualizaran las leyes para que incluyan el reconocimiento facial y una mayor protección de los derechos humanos.
La app de cuarentena en casa de Australia Meridional, Quarantine SA, está destinada a convertirse en el modelo nacional una vez que las pruebas se consideren exitosas.
Los residentes que entren en cuarentena domiciliaria deberán descargar la app y tendrán que «registrarse» en ella a intervalos aleatorios durante su periodo de cuarentena de dos semanas.
Los usuarios tienen solo 15 minutos para responder a una notificación de registro aleatoria (en Australia Occidental, son solo cinco minutos) escaneando su rostro.
Si no realizan un escaneo, recibirán una llamada telefónica de seguimiento del equipo de Home Quarantine SA para explicar el motivo. Si la persona no responde a la llamada telefónica, es posible que se envíe a un agente de cumplimiento a la dirección aprobada para comprobar su situación.
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