Una medida controvertida que incluye 15 millones de dólares para el seguimiento electrónico del ganado ha sido aprobada por el Congreso a través del proyecto de ley general recientemente aprobado, lo que genera temores entre los críticos respecto a que el gobierno pueda utilizar el nuevo sistema como arma para limitar el consumo de carne vacuna.
El ganadero estadounidense Shad Sullivan le dijo a The Epoch Times que teme que las etiquetas electrónicas sean el fin del pequeño ganadero.
«Lo van a utilizar como un mecanismo impositivo para eventualmente controlar el ganado», dijo el Sr. Sullivan. «En la Unión Europea utilizaron estas medidas bajo el pretexto de mentiras sobre el cambio climático para limitar el suministro de ganado y si lo hacen aquí destruirán nuestra industria».
«Si se implementa el mandato de la etiqueta, será la clave para abrir la puerta a la cámara de gas a la ganadería independiente», añadió.
El representante Thomas Massie (R-Ky.), propietario de ganado, también hizo sonar la alarma respecto a que la medida podría provocar la erosión de la industria.
«La izquierda quiere prohibir el ganado y antes de poder prohibir cualquier cosa necesitas un registro, necesitas saber dónde está y quién es el propietario, y es por eso que quieren etiquetar el ganado», dijo Massie en una publicación hecha el 23 de marzo en X. «Lo hemos visto suceder en Europa».
En una publicación anterior, Massie dijo que, si se aprueba, el seguimiento electrónico “será utilizado por la agenda VERDE para limitar la producción de carne vacuna y por el oligopolio corporativo de la carne para DOMINAR a los pequeños ganaderos”.
El proyecto de ley general, que fue aprobado el viernes, combina seis proyectos de ley de gastos esenciales en uno e incluye un texto que asigna 15 millones de dólares a la “infraestructura relacionada” necesaria para el programa.
El texto completo de la disposición establece: “El acuerdo ordena al Departamento que continúe proporcionando la etiqueta y la infraestructura relacionada necesaria para cumplir con la regla federal de trazabilidad de enfermedades animales, incluidos no menos de USD 15,000,000 para etiquetas de identificación electrónica (EID) y la infraestructura relacionada necesaria para que las partes interesadas cumplan con la regla propuesta, ‘Uso de etiquetas de identificación electrónica como identificación oficial en ganado vacuno y bisonte’, en caso de que se finalice esa regla”.
Desde su propuesta inicial el año pasado, el mandato de marcas auriculares electrónicas para el ganado y los bisontes que cruzan las fronteras estatales ha generado controversia, particularmente entre los pequeños ganaderos. Temen que los costos adicionales, que las grandes corporaciones ganaderas pueden sobrellevar, dirijan a la quiebra a muchas empresas más pequeñas.
Actualmente, la mayoría del ganado se rastrea mediante etiquetas que muestran números de 11 dígitos, que son visibles y rastreables. El 19 de enero de 2023, el Registro Federal publicó regulaciones propuestas para exigir la inclusión de identificación por radiofrecuencia en las etiquetas auriculares. Estas etiquetas mejoradas deben ser “legibles tanto visual como electrónicamente” para ser reconocidas como válidas a la hora de detectar el movimiento interestatal de ganado y bisontes.
El ganado bajo la regulación del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de EE.UU. incluye todo el ganado y bisontes sexualmente intactos de 18 meses de edad o más, todo el ganado lechero hembra de cualquier edad, todo el ganado lechero macho nacido después del 11 de marzo de 2013, el ganado y los bisontes de cualquier edad utilizados para rodeos o eventos recreativos, y el ganado y los bisontes de cualquier edad utilizados para espectáculos o exposiciones, según la propuesta.
Desde 2003, tras el descubrimiento del primer caso de encefalopatía espongiforme bovina, también conocida como enfermedad de las vacas locas, en Estados Unidos, se ha instado a los ganaderos a adoptar etiquetas de identificación electrónica para el movimiento del ganado. Desde entonces, la industria ganadera ha ido avanzando gradualmente hacia reglas y tecnología de trazabilidad mejoradas.
Sin embargo, la exigencia federal de etiquetas electrónicas impondría costos innecesarios y punitivos a los ganaderos estadounidenses y al mismo tiempo aumentaría aún más el precio de la carne, según Justin Tupper, presidente de la Asociación de Ganaderos de Estados Unidos.
“Es otro ejemplo de gasto ridículo”, le dijo Tupper a The Epoch Times. «Si van a utilizar estos fondos para repartir etiquetas gratuitas a quienes las quieran, entonces no habría ningún daño real, pero eso no es lo que parece que están haciendo aquí».
«En lugar de eso, se los van a dar a las grandes empresas de etiquetas para que nos los metan en la garganta y así exigirlo, lo cual es algo completamente diferente».
Además, un nuevo mandato sobre la ganadería solo agregaría otro obstáculo a una industria ya diezmada por las regulaciones y la sequía.
La oferta de ganado vacuno ya ha caído a su punto más bajo en décadas, elevando el precio de la carne a otro máximo histórico y renovando las preocupaciones sobre la salud a largo plazo de la comunidad agrícola del país. Según Tupper, una serie de sequías graves, junto con políticas gubernamentales que siguen favoreciendo a los grandes procesadores industriales de alimentos, han reducido la oferta nacional de ganado vacuno a un nivel no visto desde principios de la década de 1950.
Los legisladores metieron la financiación a la infraestructura de etiquetas electrónicas en un único párrafo del proyecto de ley general, lo que permitió a los legisladores aprobar la legislación sin el escrutinio que se produciría normalmente y es otro ejemplo del papel cada vez más intrusivo que el gobierno federal tiene en la vida de los ganaderos independientes, añadió.
“Rechazaremos con mucha fuerza cualquier cosa que sea obligatoria”, dijo Tupper. «Siempre tenemos que ser conscientes de quién controla los datos».
«Somos muy conscientes del hecho de que los datos pueden ejercer un enorme control sobre el ganado del país», añadió.
Según Sullivan, esta disposición también podría ser el principio del fin para el ganadero independiente estadounidense.
«La industria de la carne de vacuno es el último bastión de la libertad», afirmó Sullivan. “Los ganaderos de todo el país tienen que ponerse de pie. Si no, estas etiquetas serán el fin del pequeño ganadero”.
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