El expresidente de Bolivia Evo Morales, quien tiene una orden de detención en su país, recibió la confirmación de su estatus de «refugiado» en Argentina, lo que, según el Gobierno, imposibilita «cualquier posibilidad de extradicción», informaron este miércoles a Efe fuentes oficiales.
Morales llegó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza (Buenos Aires) el pasado 12 de diciembre y allí cursó la solicitud, que fue resuelta positivamente según añadieron brevemente las fuentes de la Dirección Nacional de Migraciones.
Hasta ahora, el estado de la solicitud del expresidente no había sido detallado públicamente de forma oficial por ninguna institución del Gobierno argentino.
El jueves pasado, el canciller del país argentino, Felipe Solá, aseguró que para la concesión de ese estatus, Morales debería fijar un domicilio en el país y declaró que desde el momento en que alguien solicita ser refugiado se imposibilita «cualquier posibilidad de extradicción».
Justo este miércoles, la Fiscalía boliviana dictó una orden de aprehensión contra el exmandatario por «terrorismo» y «sedición».
El Gobierno interino de Bolivia presentó en noviembre pasado contra él una denuncia en la fiscalía en La Paz por delitos como terrorismo, al acusarle de incitar a la violencia contra el Ejecutivo provisional desde su asilo en México.
La llegada de Evo Morales a Argentina se produjo dos días después de la asunción del nuevo presidente, el peronista Alberto Fernández, con el que mantiene simpatías políticas y con quien cenó este domingo, en compañía de la vicepresidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
Durante los últimos días, Morales mantuvo una ajetreada agenda de reuniones con dirigentes políticos de Argentina y Bolivia y concedió entrevistas a algunos medios de comunicación del país.
Junto a Evo Morales, llegaron al país el exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera y el excanciller Diego Pary.
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