Arqueólogos alemanes descubrieron un raro hallazgo en una excavación en Nördlingen, en Baviera: una espada de bronce de más de 3000 años de antigüedad que se conserva en un estado extraordinario.
La espada tiene una empuñadura octogonal ornamentada de bronce puro y está «tan extraordinariamente bien conservada que casi sigue brillando», señaló la Oficina Estatal de Conservación de Monumentos de Baviera en un comunicado de prensa del 14 de junio, traducido del alemán. El jefe de la oficina y conservador general, el profesor Mathias Pfeil, añadió que un hallazgo como éste es «muy raro».
Los expertos han datado provisionalmente la espada a finales del siglo XIV a.C., durante la Edad del Bronce Medio. La mayoría de los ejemplos anteriores de esta época fueron desenterrados de túmulos abiertos deliberadamente durante el siglo XIX o aparecieron como hallazgos aislados de «presuntos sacrificios».
La espada de Nördlingen procedía de una tumba que contenía los restos de tres personas —un hombre, una mujer y un adolescente— que se cree que fueron enterrados juntos en «rápida sucesión» junto a un conjunto de «ricos objetos de bronce». Aún no está claro si las tres personas estaban relacionadas, pero los expertos han determinado que la espada se fabricó en Baviera, en lo que hoy es el sureste de Alemania.
Las espadas de bronce con empuñaduras octogonales como ésta se distribuían desde dos zonas principales: el sur de Alemania y lo que hoy es el norte de Alemania y Dinamarca. Comparando técnicas de fundición y decoraciones, los arqueólogos creen que algunas de las espadas distribuidas en el norte eran réplicas de espadas del sur de Alemania, mientras que otras podrían haber sido importaciones genuinas o el producto de «artesanos errantes».
La espada de Nördlingen, aún reluciente, presenta un diseño complejo, ya que la empuñadura está fundida sobre la hoja en un proceso conocido como «fundición superpuesta», y la decoración está cuidadosamente incrustada. Quedan dos remaches reales, mientras que otro par de remaches son «implícitos».
A pesar de los esfuerzos de fabricación y de la falta de pruebas de que la hoja se utilizara alguna vez, la Oficina Estatal de Baviera cree que la espada era un arma «real». Los arqueólogos tienen previsto seguir examinando la espada y el lugar de enterramiento para clasificar con mayor precisión este emocionante hallazgo.
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