La Asamblea de California adoptó el 20 de mayo una resolución que denuncia los abusos de derechos humanos del gobierno chino contra los uigures, una minoría religiosa y étnica perseguida.
El asambleísta Chad Mayes (I-Yucca Valley) es el autor de la Resolución 41 de la Cámara (HR 41), que exige «que la República Popular China libere a los aproximadamente 2,000,000 uigures encarcelados y conceda acceso a la prensa extranjera y a las Naciones Unidas a los campos de detención de Xinjiang».
Mayes dijo a la Asamblea que había oído hablar del mal trato que reciben los uigures en la región china de Xinjiang «pero no comprendía el impacto humano en ese momento». Entonces, hace dos años, conoció a alguien cuya historia hizo que su lucha pasara de las noticias a su vida.
«La pesadilla a la que se enfrentan los estadounidenses uigures es una de la que no pueden despertar. Separados de sus familias en casa, sus parientes y vecinos se desvanecen en la oscuridad de los campos de reeducación dirigidos por el gobierno chino», dijo.
«Los informes internacionales confirman el horror con casos documentados de tortura, violaciones sancionadas, separación de familias, sustracción de órganos, erradicación cultural y muerte. El tratamiento de estos dos millones de uigures es una mancha para toda la humanidad, que no debemos callar».
Mayes afirmó que la respuesta del Partido Comunista Chino (PCCh) al clamor internacional está «envuelta en mentiras y engaños, y la única verdad se esconde en vídeos de teléfonos móviles poco nítidos o en textos esporádicos. Pero incluso estos destellos de verdad provocan el pavor de muchas familias al darse cuenta de lo que están viviendo sus seres queridos».
El asambleísta Marc Levine (D- condado de Marin) hizo un apasionado llamado para que los demás asambleístas hagan valer sus votos y adopten una postura contra el genocidio.
«Debemos hacer más. No podemos dejar que esto continúe», dijo.
Levine, miembro del Grupo Judío, comparó las atrocidades de China con el Holocausto y comparó el plan de China de albergar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 con la Alemania nazi de Adolf Hitler, que organizó los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín.
Los estadounidenses conocen la persecución de los uigures por parte de China desde hace años, dijo.
«Tenemos imágenes de satélite que documentan la construcción de campos de concentración ya en 2017. Ahora, millones de mujeres y hombres están encarcelados en los campos de esclavos», dijo Levine. «Las mujeres han sido esterilizadas a la fuerza, [y] dos administraciones presidenciales han tenido secretarios de Estado que han advertido sobre el genocidio».
Levine señaló que existe una demanda mundial de cabello negro y que solo en julio pasado la Patrulla de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos detuvo 13 toneladas de este producto, «que se sospecha que proviene de las cabezas de uigures, [y] que llega a Estados Unidos en forma de tejidos y pelucas”.
El asambleísta Adrin Nazarian (D-Van Nuys) instó a la Asamblea a profundizar y descubrir la verdad sobre lo que ocurre en China antes de que sea demasiado tarde.
«Se han perdido demasiadas vidas. Lo sabemos por la historia. Sabemos que cuando desvelamos las cosas (…) ya es demasiado tarde», dijo.
«Así que si hay alguna esperanza de marcar la diferencia, ahora es el momento de que seamos ese faro de luz que empieza a tener un impacto para el resto del mundo».
El senador Jesse Gabriel (D-Woodland Hills) apoyó firmemente la resolución. «Hace poco leí un artículo en la BBC sobre la sistemática violación forzada de mujeres uigures detenidas. Es una de las cosas más terribles que he leído en mi vida», dijo.
La resolución cita «informes sobre la muerte en masa y la muerte de destacados líderes uigures condenados selectivamente a la muerte por ejecución o por encarcelamiento de larga duración”.
También afirma que en 2018, «las autoridades de Xinjiang comenzaron a construir una vasta y más permanente infraestructura de recintos de detención, incluyendo nuevas instalaciones diseñadas en forma de caverna para evitar la luz natural y rodeadas de muros de hormigón, torres de vigilancia y pesados alambres de púas. Los investigadores verificaron más de 380 centros de detención en todo Xinjiang que fueron construidos de nuevo o ampliados significativamente desde 2017».
Antes de aprobarse la resolución, 61 asambleístas votaron para convertirse en coautores.
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