El asesor de seguridad nacional Robert O’Brien dijo el martes que el general iraní Qassem Soleimani estaba conspirando para atacar instalaciones, diplomáticos y soldados estadounidenses en «cantidades significativas».
«El presidente siempre ha hecho su primera prioridad proteger a los ciudadanos americanos, y la información que teníamos —que creemos era muy fuerte— mostraba que Soleimani y aquellos con los que estaba conspirando buscaban matar a diplomáticos y soldados americanos en cantidades significativas en los próximos días», dijo O’Brien a Fox News.
Hasta ahora, los funcionarios de la administración Trump no han proporcionado muchos detalles sobre las pruebas clasificadas que se obtuvieron antes del ataque aéreo para matar a Soleimani en Irak, que desencadenó las amenazas de Teherán.
O’Brien reiteró las posiciones del presidente Donald Trump y del secretario de Estado Mike Pompeo, y dijo que el general iraní «estaba en medio de ese complot» cuando un ataque con aviones no tripulados lo mató.
«Por eso él estaba viajando en la región de Damasco, Beirut y Bagdad: Para conspirar con la gente para atacar las instalaciones americanas que contenían diplomáticos, soldados, marineros, aviadores, marines, guardacostas», dijo O’Brien.
El Secretario de Defensa Mark Esper también comentó que «era sólo cuestión de días» antes de que se llevara a cabo un ataque.
«La amenaza estaba siendo orquestada por Soleimani», dijo Esper a los reporteros, añadiendo que «sólo era cuestión de días, ciertamente no más que semanas».
Esper explicó a los medios el lunes que había «una escalada de ataques por parte de los grupos de poder iraníes, siendo Kataeb Hezbollah el principal, atacante a nuestras fuerzas».
«Se recuperó; alcanzó su punto máximo. He hablado con todos ustedes sobre esto en octubre y noviembre, sobre casi una docena de ataques en dos meses, que aumentaron en tamaño y escala, y sobre el tipo de armas utilizadas. Y luego el del 27 o 29, no puedo recordar la fecha, es cuando mató a un estadounidense e hirió a soldados», agregó.
Mientras tanto, en Irán, una estampida estalló durante el funeral de Soleimani. Más temprano ese día, Hossein Salami, el nuevo líder de la Guardia Revolucionaria de Irán, prometió vengar la muerte de Soleimani mientras se dirigía a una multitud de seguidores reunidos ante el ataúd en una plaza central de Kerman.
«Le decimos a nuestros enemigos que tomaremos represalias, pero si toman otra acción, incendiaremos los lugares que les gustan y les apasionan», dijo Salami.
Soleimani era el jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica y fue culpado por la muerte de numerosos estadounidenses a lo largo de los años.
The Associated Press contribuyó a este informe.
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