La decisión de transferir las autoridades del secretario de Defensa, Lloyd Austin, a su segundo al mando en enero fue tomada por asesores militares y no por el propio secretario, testificó Austin en una audiencia en el Congreso el jueves.
Las autoridades del Sr. Austin fueron transferidas a la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, mientras era trasladado a cuidados intensivos para una operación relacionada con un cáncer que padece.
El secretario aclaró durante la audiencia del 29 de febrero ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes que él no fue quien tomó esa decisión, porque no tenía acceso a comunicaciones seguras en la unidad de cuidados críticos.
«Los asistentes militares tomaron la decisión de iniciar el proceso», dijo Austin.
“La cuestión era, número 1, que no podían llegar hasta mí, y número 2, era el acceso a las comunicaciones seguras. No tenía nada que ver con mi estado físico en aquel momento”.
La revelación de que el Sr. Austin no fue quien inició formalmente el traspaso de autoridades durante su visita al hospital ha suscitado preocupación en el Congreso por la división entre civiles y militares, ya que fueron ayudantes militares y no personal civil quienes tomaron la decisión.
Austin también fue criticado por no informarle al presidente Joe Biden sobre la hospitalización hasta dos días después de la transferencia de autoridad, y por no informar a la Sra. Hicks del motivo de la transferencia.
En ese momento, la política del Departamento de Defensa no exigía que Austin hiciera ninguna de las dos cosas.
Sin embargo, el secretario pidió disculpas al Congreso por no haber sido más transparente sobre su diagnóstico de cáncer en diciembre.
«Debería haber informado rápidamente al presidente, a mi equipo, al Congreso y al pueblo estadounidense sobre mi diagnóstico de cáncer y su posterior tratamiento», dijo. «No manejamos esto bien y yo no lo manejé bien».
Sin intención de ocultar nada
El Sr. Austin agregó que en ningún momento ordenó a su personal que mantuviera la hospitalización en secreto. Asimismo, dijo, no había ninguna brecha en la capacidad ni de él ni de la Sra. Hicks para llevar a cabo las autoridades de su oficina.
“En todo momento, tanto yo como la vicesecretaria estuvimos en condiciones de llevar a cabo las tareas de mi oficina”.
La hospitalización del Sr. Austin y el proceso de notificación que siguió llevaron a una investigación por parte del inspector general del Pentágono.
En última instancia, el informe encontró que Austin actuó dentro de la política, pero el inspector general hizo ocho recomendaciones sobre cómo mejorar los procesos asociados en el futuro.
Austin dijo que había aprobado las ocho recomendaciones, dos de las cuales han sido promulgadas.
Añadió que era responsable del «fallo de notificación», aunque reafirmó que el traspaso de poderes a la Sra. Hicks se había llevado a cabo de acuerdo con la política, con notificación inmediata a los jefes de Estado Mayor Conjunto.
El presidente del comité, Mike Rogers (R-Ala.), dijo que la falta de transparencia era inaceptable y que se debería exigir mayor responsabilidad al Sr. Austin por no informar al presidente sobre su diagnóstico de cáncer.
«Es totalmente inaceptable que hayan sido necesario tres días para informarle al presidente de Estados Unidos que el secretario de Defensa estaba en el hospital y no tenía el control del Pentágono», dijo Rogers.
El congresista Adam Smith (D-Wash.) estuvo de acuerdo en que el presidente necesitaría ser informado en el futuro, pero subrayó que la transferencia de autoridades se realizó correctamente en este caso.
«El comandante en jefe debería tener toda la información sobre lo que está sucediendo en el Pentágono, aunque en este caso no había dudas sobre quién estaba a cargo en ese momento», dijo Smith. «La transferencia se realizó de acuerdo con la ley y de manera apropiada».
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