La Asociación Americana de Bibliotecas (ALA, por sus siglas en inglés) eliminó una página web que enseñaba a los bibliotecarios cómo promover secretamente los mensajes pro-LGBT.
La página original, escrita por la bibliotecaria de Maryland Tess Goldwasser, decía a los bibliotecarios cómo introducir a escondidas libros pro-LGBT en los pueblos que no los quieren.
«¿Trabajas en una biblioteca de una comunidad pequeña, rural y conservadora? ¿Es usted un empleado de primera línea, sin autoridad directiva o administrativa? ¿Le gustaría poder hacer más para que su biblioteca sea más inclusiva con la comunidad LGBTQIA++, pero te encuentras con resistencia?», decía el posteo sobre el mes del libro LGBT. «¡Espero que no sea solo yo!».
Ahora, el enlace a la página conduce a un mensaje de error. Una búsqueda en el sitio web de ALA no muestra la página original, aunque sí la antigua entrada de la página en los resultados de búsqueda.
The Epoch Times se puso en contacto con la ALA pero aún no ha recibido respuesta.
Artículos eliminados
Según Dan Kleinman, líder del grupo de vigilancia de bibliotecas Safe Libraries, la ALA tiene un largo historial de acciones como estas.
«Se trata de un patrón establecido por la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos de ocultar cosas al público», dijo. «Cuando el público ve lo que están haciendo y se da cuenta de lo vergonzoso que parece, lo retiran».
Kleinman añadió que en numerosas ocasiones ha visto a la ALA retirar artículos de su sitio web.
En una ocasión, Kleinman publicó una página de la ALA que insistía en que los bibliotecarios no pueden determinar si algo es pornografía infantil porque no son jueces.
Entonces la ALA cambió la página, dijo. Después de que la controvertida afirmación desapareciera, el director de la Oficina para la Libertad Intelectual de la ALA, Jamie LaRue, se burló de él por decir que estaba ahí sin pruebas, dijo Kleinman.
Los intentos de la ALA de hacer una hora de cuentos con la drag queen comenzaron con la bibliotecaria de San Francisco Michelle Tea, dijo Kleinman. A partir de ahí, se convirtió en un fenómeno global.
En su prisa por popularizar el activismo de género radical, la ALA puso la seguridad a un lado, dijo Kleinman. En un caso, se permitió que drag queens delincuentes sexuales leyeran a los niños en una biblioteca de Houston (Texas).
«La razón por la que no siguieron su política de investigar a las personas antes de permitirles ir a ver a los niños es porque los bibliotecarios consideraron que habría sido una microagresión asumir que la drag queen tenía antecedentes penales», dijo Kleinman.
Ideología de extrema izquierda sobre el género
La ALA comenzó a promover la ideología de género de extrema izquierda hace cinco décadas bajo el liderazgo de Judith Krug, la directora de la Oficina para la Libertad Intelectual de la Asociación Americana de Bibliotecas, dijo Kleinman.
Krug hizo que las bibliotecas se opusieran a censurar la información a los niños, dijo.
«Ya no les impedirían el acceso a material inapropiado. Ahora, se asegurarían de que recibieran ese material inapropiado. Y dejarían que los padres decidieran detenerlo», dijo Kleinman. «Y al mismo tiempo, engañaban a los padres para que no pudieran parar o no fueran conscientes de que debían hacerlo».
Para oponerse a esta difusión de material sexual radical a los niños pequeños, los padres deben informarse y presentarse como candidatos a los consejos escolares y de las bibliotecas, dijo Kleinman.
«Hay mucha gente que simplemente no es consciente de este problema. Por eso continúa. Por eso estos bibliotecarios consiguen perjudicar a la gente», dijo.
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