La controversia se está intensificando y lo que está en juego aumenta tras la reciente decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de emitir órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ex ministro de Defensa, Yoav Gallant.
La CPI, con sede en La Haya, Países Bajos, emitió el 21 de noviembre órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant por presuntos «crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra», incluyendo el hambre como método de guerra, dirigir intencionalmente ataques contra civiles, así como «asesinato, persecución y otros actos inhumanos».
La medida de la CPI ha provocado divisiones, ya que Estados Unidos ha denunciado las órdenes de arresto y algunos aliados estadounidenses se han comprometido a ejecutarlas. El sábado, el jefe de política exterior de la Unión Europea recordó a los estados miembros del bloque que están obligados a hacer cumplir las órdenes de arresto, mientras que el senador Lindsey Graham (R-S.C.) advirtió a los aliados el viernes que si intentaban hacerlas cumplir, Estados Unidos podría «aplastar» sus economías con sanciones.
La oficina de Netanyahu calificó las acusaciones y las órdenes de arresto de «absurdas y falsas», mientras que el presidente israelí, Isaac Herzog, acusó a la CPI de ponerse del lado del «terrorismo y el mal por sobre la democracia» y de actuar como escudo protector de los «crímenes contra la humanidad de Hamás».
El grupo terrorista Hamás desencadenó las acciones militares de Israel en Gaza con su ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, que mató a cientos de civiles israelíes, incluso mediante decapitaciones y otros medios bárbaros.
Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo a The Epoch Times que Estados Unidos «rechaza fundamentalmente» la decisión de la CPI de emitir las órdenes de arresto, agregando que la CPI carece de jurisdicción en el asunto y «no hay equivalencia —ninguna— entre Israel y Hamás».
Aun así, la medida de la CPI significa que sus 124 estados miembros ahora deben decidir si ejecutan las órdenes de arresto.
Si bien Israel y Estados Unidos, que no son miembros de la CPI, han expresado su firme oposición, algunos aliados de Estados Unidos, como Canadá, Bélgica y Francia, han expresado su disposición a cumplirla. Otros, como Alemania y Noruega, expresaron su apoyo general a la CPI y su papel en los asuntos internacionales, pero señalaron una posible renuencia a actuar en relación con las órdenes de arresto. Cabe destacar que el primer ministro húngaro, Viktor Orban, invitó a Netanyahu a Hungría, asegurándole que no correría ningún riesgo si lo hacía.
En lo que pareció ser un intento de reunir un frente unificado sobre el asunto, el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo que las órdenes de arresto de la CPI son vinculantes para todos los estados miembros de la UE y sus líderes no pueden elegir si las ejecutan o no.
«Los Estados que firmaron la Convención de Roma están obligados a aplicar la decisión del tribunal. No es una opción», dijo Borrell el 23 de noviembre durante una visita a Chipre para un taller de activistas por la paz israelíes y palestinos.
Mientras tanto, varios republicanos destacados han pedido que se sancione a la CPI, entre ellos el líder entrante de la mayoría del Senado, John Thune (R-S.D.) y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-La.). Graham fue más allá y advirtió sobre un plan de Estados Unidos para imponer sanciones a los países que cumplan con las órdenes judiciales.
«Israel está en una lucha por su propia vida», dijo Graham en el programa «Hannity» de Fox News el 22 de noviembre. «Y vivimos en un mundo al revés donde el primer ministro de Israel y el ministro de defensa de Israel están siendo procesados por un tribunal en Bélgica».
Graham dijo que está trabajando con el senador Tom Cotton (R-Ark.) en una legislación que sancionaría a cualquier país que colabore en el arresto de cualquier político israelí.
«Así que a cualquier aliado, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Francia, si intenta ayudar a la CPI, lo vamos a sancionar», dijo.
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