PORTO ALEGRE/CANOAS/SAO PAULO — El número de muertos por las fuertes lluvias que han causado inundaciones en el sureño estado brasileño de Rio Grande do Sul ha aumentado al menos a 78, según informaron el domingo las autoridades locales, y más de 115,000 personas están desplazadas.
El Presidente Luiz Inácio Lula da Silva llegó a Rio Grande do Sul el domingo por la mañana con la mayoría de los miembros de su gabinete para discutir con las autoridades locales las labores de rescate y reconstrucción.
«La burocracia no se interpondrá en nuestro camino, impidiéndonos recuperar la grandeza del Estado», dijo Lula en una rueda de prensa.
«Es un escenario de guerra, y necesitará medidas de posguerra», añadió el gobernador del estado, Eduardo Leite.
El número de muertos podría aumentar considerablemente, ya que el domingo se informó de la desaparición de 105 personas, frente a las 70 del día anterior, según la autoridad estatal de defensa civil. También dijo que estaba investigando si otras cuatro muertes estaban relacionadas con las tormentas.
Las inundaciones provocadas por las tormentas de los últimos días han afectado a más de dos tercios de las casi 500 ciudades del estado, fronterizo con Uruguay y Argentina, dejando a más de 115,000 personas desplazadas, según las autoridades.
Las inundaciones han destruido carreteras y puentes en varias ciudades. Las lluvias también provocaron corrimientos de tierra y el derrumbamiento parcial de una presa en una pequeña central hidroeléctrica.
Más de 400,000 personas estaban sin electricidad el domingo por la noche, mientras que casi un tercio de la población del estado carecía de agua, según las autoridades.
En Porto Alegre, la capital del estado, el lago Guaiba se desbordó, alcanzando el nivel de agua más alto registrado, según el servicio geológico nacional. El aeropuerto internacional de Porto Alegre suspendió todos sus vuelos desde el viernes.
En la ciudad de Canoas, cerca de Porto Alegre, Julio Manichesque, de 76 años, fue rescatado por voluntarios tras permanecer desde el viernes en el tejado de la casa donde vive desde hace 52 años.
«Nunca había visto tanta agua», dijo Manichesque.
Muchos voluntarios también han arriesgado su propia seguridad durante las labores de rescate, utilizando pequeñas embarcaciones, motos acuáticas y kayaks.
Fabiano Saldanha, de 30 años, dijo que él y tres amigos han utilizado motos acuáticas para rescatar a unas 50 personas desde el viernes en islas que forman parte de Porto Alegre.
«Lo único que oímos cuando entramos en una calle es “socorro”, “socorro”, dijo Saldanha.
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