Ahora hay más niños estadounidenses que nunca con autismo, según nuevos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Uno de cada 36, o el 2.8 por ciento, de los niños de 8 años tiene autismo en 11 comunidades del país, dijeron los investigadores en un estudio publicado en la cuasi revista de la agencia.
Eso es más que uno de cada 44 en 2018 y uno de cada 150 en 2002.
Las comunidades forman parte de la Red de Monitoreo de Autismo y Discapacidades del Desarrollo, un programa financiado por los CDC establecido en 2000 «para recopilar datos para comprender mejor el número y las características de los niños con trastorno del espectro autista y otras discapacidades del desarrollo que viven en diferentes áreas de los Estados Unidos».
El autismo, o trastorno del espectro autista, es una discapacidad del desarrollo que puede manifestarse de distintas formas, entre las que suele figurar la dificultad para comunicarse e interactuar con otras personas.
La red tiene centros en 11 estados, entre ellos Arkansas, Maryland y Tennessee.
Los investigadores consideraron que un niño tenía autismo tras revisar los historiales médicos y encontrar una declaración de diagnóstico de autismo en una evaluación, una clasificación de autismo en educación especial o un código médico de autismo.
Los niños tenían muchas más probabilidades de padecer autismo que las niñas.
Los CDC dicen que las comunidades «no son representativas de todo Estados Unidos». Otros programas federales que informan sobre la prevalencia del autismo pretenden ser representativos a nivel nacional. La última estimación a escala nacional entre los jóvenes, o niños de 3 a 17 años, fue del 2.9%.
Otro nuevo documento publicado por el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad de los CDC, que estudia a niños de 4 años en la misma red de monitoreo del autismo, encontró que más niños de 4 años estaban siendo diagnosticados con autismo desde 2016 hasta principios de 2020 en comparación con los cuatro años anteriores.
Ni los investigadores ni otros funcionarios de los CDC pudieron decir definitivamente qué estaba impulsando el aumento del autismo.
Algunos funcionarios y expertos creen que la tasa de autismo no está aumentando. Es un aumento en los diagnósticos, dicen.
«Nuestra mejor conjetura, coherente con el aumento general de las tasas de prevalencia del autismo, es que se trata de un acceso más equitativo a las evaluaciones y los diagnósticos», dijo a TODAY Kelly Shaw, epidemióloga de los CDC y una de las investigadoras.
Las causas del autismo aún se están investigando, pero incluyen la genética y factores de riesgo ambientales como la edad avanzada de los padres, según Autism Speaks, una organización sin ánimo de lucro dedicada a mejorar la vida de las personas autistas. Un trabajo reciente concluyó que la genética conlleva un riesgo significativo. Otros estudios han indicado que la exposición a ciertos materiales, como el aluminio, podría ser una causa.
Grupos externos reprocharon a los CDC que no investigaran las causas profundas del aumento en las estimaciones de prevalencia del autismo.
«Estos nuevos datos (…) son una profunda acusación contra los CDC», afirmó en un comunicado Mary Holland, presidenta y consejera general de Children’s Health Defense, que trabaja para acabar con lo que denomina «la epidemia de enfermedades crónicas infantiles». «Es una ceguera voluntaria mirar hacia otro lado a sabiendas e intencionadamente durante más de veinte años —durante los cuales las tasas han aumentado por encima del 300%— para descubrir las verdaderas causas del autismo es poco menos que criminal. El país y el mundo necesitan desesperadamente un nuevo liderazgo para defender la salud de los niños».
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