Aumentos de impuestos superan los beneficios del plan de infraestructura de Biden, advierten expertos

Por Emel Akan
01 de abril de 2021 9:47 PM Actualizado: 01 de abril de 2021 9:47 PM

WASHINGTON—El presidente Joe Biden ha presentado su ambicioso paquete de infraestructura, que propone aumentos sustanciales de impuestos a las corporaciones estadounidenses para que paguen el precio del paquete de USD 2 billones. Sin embargo, los expertos dicen que el daño económico de un aumento en los impuestos corporativos desplazará los beneficios creados por la inversión en infraestructura, aumentando el escepticismo sobre el plan.

Biden describió su propuesta como «la mayor inversión en empleos estadounidenses desde la Segunda Guerra Mundial» en un discurso en Pittsburgh el 31 de marzo.

Al gastar en infraestructura, Biden se compromete a crear millones de empleos bien remunerados, expandir la economía, y hacer que Estados Unidos sea más competitivo frente a China.

El plan de infraestructura de ocho años se pagará en su totalidad mediante aumentos de impuestos sobre las empresas estadounidenses repartidos en 15 años. Aumentar la tasa impositiva corporativa federal del 21 por ciento al 28 por ciento es una de las varias formas propuestas en el plan de infraestructura de Biden.

Sin embargo, los estudios–incluidos los realizados por la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO)–muestran que aumentar los impuestos conduciría a una menor inversión, menor productividad, menor puestos de trabajo, y salarios más bajos.

La administración tiene que defender los aumentos de impuestos ya que «los beneficios del plan de infraestructura de Biden no compensarán el costo para la economía de los aumentos de impuestos», dijo Scott Hodge, presidente del think tank de tendencia conservadora Tax Foundation, en un reporte.

“La inversión federal financiada con deuda o impuestos podría hacer más daño económico que bien porque los préstamos y los impuestos federales desplazan a la inversión privada”, escribió Hodge.

Para evitar dañar la economía, dijo que las inversiones federales deben financiarse recortando el gasto en otros programas discrecionales.

Los modelos de la CBO, por ejemplo, muestran que la inversión federal financiada por un aumento de impuestos conduciría a una menor producción económica y consumo personal.

El aumento de la tasa impositiva corporativa al 28 por ciento elevaría la tasa impositiva combinada federal-estatal de Estados Unidos al 32,34 por ciento, según Tax Foundation. Este aumento hará que la tasa impositiva corporativa de EE. UU. sea la más alta de la OCDE, reduciendo la competitividad de EE. UU. La tasa impositiva corporativa promedio entre los países de la OCDE, sin incluir a Estados Unidos, es del 23,4 por ciento.

«De lo que estamos hablando es simplemente de aumentarlo a una tasa más baja de lo que ha sido en la gran mayoría de las veces–durante los últimos 70 años», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en una conferencia de prensa el 1 de abril.

Ella defendió los aumentos de impuestos corporativos diciendo que 91 de las compañías del Fortune 500 no pagaron impuestos federales en 2018.

“Eso no es algo que el pueblo estadounidense crea que es justo, que nosotros creemos que es justo, y de lo que estamos hablando aquí es de hacer ajustes al código tributario para hacerlo más justo”, dijo Psaki.

El plan de infraestructura impone un impuesto mínimo del 15 por ciento sobre los ingresos contables de las grandes corporaciones para garantizar que las grandes empresas como Amazon no eviten pagar impuestos federales estadounidenses. También elimina ciertas deducciones y créditos para la industria de combustibles fósiles.

“La tasa impositiva corporativa legal en los Estados Unidos hoy debe contextualizarse con el promedio en otros países, que ha caído en los últimos 30 años”, dijo Garrett Watson, analista de políticas senior de Tax Foundation, a The Epoch Times.

“La tasa que prevaleció hace 50 años no importaría en ese contexto”, agregó.

La Casa Blanca no solo propone aumentar la tasa de impuestos corporativos; también está lanzando entre USD 800,000 millones y USD 900,000 millones en impuestos adicionales a las empresas a través de otros métodos, dijo Watson.

La revisión del código tributario de 2017 redujo los ingresos fiscales corporativos en aproximadamente un 0.1 por ciento del producto bruto interno (PBI), dijo, pero el plan de infraestructura de Biden los eleva seis veces más, al 0.6 por ciento del PBI.

Los grupos empresariales, incluida la Cámara de Comercio de Estados Unidos, aplaudieron a la administración de Biden por hacer de la inversión en infraestructura una prioridad, pero se oponen firmemente a los aumentos de impuestos.

La Cámara declaró en Twitter: “La propuesta está peligrosamente equivocada cuando se trata de cómo pagar la infraestructura».

«Nos oponemos firmemente a los aumentos de impuestos generales propuestos por la administración, que frenarán la recuperación económica y harán que Estados Unidos sea menos competitivo a nivel mundial».

El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), denunció el 01 de abril la propuesta y se comprometió a luchar contra el plan «en cada paso del camino».

Los republicanos también criticaron el plan por no centrarse demasiado en la infraestructura.

“Menos del 6 por ciento de esta propuesta masiva se destina a carreteras y puentes. El plan gastaría más dinero solo en autos eléctricos que en las carreteras, puentes, puertos, aeropuertos, y vías fluviales de Estados Unidos combinados”, dijo McConnell en un comunicado el 31 de marzo.

El plan de infraestructura de Biden asigna solo USD 115,000 millones para reparar y reconstruir puentes, carreteras, y caminos.

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