El primer ministro australiano, Anthony Albanese, pidió este martes al líder chino, Xi Jinping, que use su influencia con Rusia, sobre todo en referencia a la amenaza del uso de armas nucleares en Ucrania, durante un encuentro en el marco del G20 en Bali (Indonesia).
La reunión de Xi y Albanese, quienes posaron sonrientes ante la prensa en los márgenes de la cumbre del G20 dándose un apretón de manos, es el primer encuentro oficial entre dos mandatarios de China y Australia desde 2016.
«Sobre Taiwán, ciertamente elevé el asunto. Expresé la posición de Australia, que es apoyar el ‘statu quo'», agregó Albanese en declaraciones a la cadena australiana ABC tras el encuentro con Xi en Nusa Dua, al sur de la isla de Bali.
El primer ministro australiano se refirió a la detención en China de la periodista Cheng Lei y el bloquero Yang Hengjun, ambos australianos, y a la situación en Xinjiang (China) en una cita que se celebró con el fin de «estabilizar» las relaciones diplomáticas entre ambos países.
«Hemos tenido nuestras diferencias… pero nuestra relación bilateral es importante», dijo Albanese en Nusa Dua, al sur de la isla, al inicio del encuentro, que fue transmitido en vivo por la cadena pública australiana ABC.
Albanese, que recordó que China es el principal socio comercial de Australia, también recalcó que las relaciones diplomáticas entre Canberra y Beijing, que se establecieron en 1972, se basaron en «la igualdad, el respeto, el beneficio mutuos y el compromiso de coexistir pacíficamente», principios que «siguen siendo importantes hoy en día».
«Presidente Xi, espero que hoy tengamos un intercambio y un diálogo constructivos», expresó Albanese al insistir en la necesidad de respetar el derecho internacional y trabajar en favor de una región indopacífica «estable, próspera y pacífica» en un momento de «gran incertidumbre mundial».
En un comunicado, Albanese señaló que «China es una gran potencia con intereses mundiales y fue interesante el intercambio de pareceres sobre desafíos a la seguridad y paz mundiales, incluida la invasión rusa de Ucrania».
En cuanto a las relaciones el gigante asiático y Australia, «hay muchos pasos que tomar. Cooperaremos en lo que podamos, discreparemos en lo que debamos y velaremos por nuestro interés nacional», precisó el mandatario australiano.
La entrada del laborista australiano al poder, que terminó con nueve años de gobierno conservador tras ganar las elecciones del pasado mayo, abrió la puerta a reuniones de los titulares de Defensa y Exteriores de ambos pases, las primeras reuniones de alto nivel desde 2020.
La relaciones diplomáticas comenzaron a congelarse entre ambos países a raíz de varios desacuerdos, entre ellos la exclusión en 2018 por motivos de seguridad de las compañías chinas Huawei y ZTE de participar en la red de 5G de Australia.
Desde entonces, las relaciones se han deteriorado por cuestiones como la militarización del gigante asiático o la aprobación en Australia de leyes contra la injerencia extranjera y el espionaje, tras conocerse donaciones chinas a políticos y ciberataques a organismos del Estado y universidades, atribuidos a China.
China, a quien disgustó especialmente la solicitud australiana para realizar una investigación independiente sobre el origen de la covid-19, respondió con la imposición de aranceles a la importación de varios productos australianos.
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