El primer ministro Scott Morrison anunció este lunes que las autoridades australianas han decidido retrasar la reapertura de las fronteras internacionales al menos dos semanas luego de que se detectaran varios casos de la variante ómicron del virus del PCCh en el país.
«La pausa temporal garantizará que Australia pueda reunir la información que necesitamos para comprender mejor la variante ómicron, incluida la eficacia de la vacuna, el alcance de la enfermedad, incluso si puede generar síntomas más leves, y el nivel de transmisión», dijo Morrison en un comunicado.
A principios de este mes, tras casi 600 días de fronteras cerrada, Australia dio la bienvenida a sus primeros vuelos internacionales en cuarentena.
El país tenía previsto continuar con su reapertura por fases el 1 de diciembre, permitiendo a los titulares de visas extranjeros cruzar sus fronteras, los últimos pasos para reanudar los viajes internacionales. La frontera australiana se cerró en mayo de 2020 y solo se permitió la entrada a un número restringido de ciudadanos y residentes permanentes.
Hasta ahora, Australia ha detectado cinco casos de la variante del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) llamada ómicron, que se descubrió por primera vez en Sudáfrica previamente este mes.
La mayor parte de los casos se han detectado en el estado más poblado de Australia, Nueva Gales del Sur, mientras que otra persona que llegó al Territorio del Norte procedente de Sudáfrica también ha dado positivo. Las autoridades ordenaron el 28 de noviembre una cuarentena de 14 días para los ciudadanos que regresen de nueve países africanos.
Empresas, expertos en salud y líderes políticos han instado a los australianos a mantener la calma después de que algunos medios de comunicación se centraran en la nueva variante ómicron del virus del PCCh, alimentando los temores de que el país pudiera regresar a las duras restricciones.
«Lo peor que podemos hacer es entrar en pánico», dijo Jennifer Westacott, directora ejecutiva del Consejo Empresarial de Australia, a la radio 3AW el 28 de noviembre. «Lo peor que podemos hacer es detener el impulso económico, en particular para las pequeñas empresas».
El retraso en el plan de reapertura por fases de Australia es un golpe para la economía del país, que asciende a 2 billones de dólares australianos (1.4 billones de dólares estadounidenses), y los empresarios llevan tiempo pidiendo que se reanude la llegada de estudiantes y emigrantes cualificados para aliviar la escasez de trabajadores. Solo el retorno de los estudiantes extranjeros supone unos 35,000 millones de dólares australianos al año para la economía australiana.
La vecina Nueva Zelanda, que ha cerrado sus fronteras desde principios de 2020, dijo que seguiría adelante con una relajación prevista de las restricciones de movilidad en el interior del país a partir de esta semana, independientemente de ómicron.
Además de Australia, también se han detectado casos de la nueva variante del virus del PCCh en diversas zonas, como Bélgica, Canadá, Hong Kong, Israel y el Reino Unido. No se ha detectado ningún caso en Estados Unidos, pero los funcionarios de salud del gobierno están divididos en cuanto a si ómicron ha llegado ya.
Con información de Reuters
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