Los resultados de un reciente estudio de un caso médico muestran que los cambios personalizados en el estilo de vida y el entorno revirtieron con éxito los síntomas del autismo en niñas gemelas diagnosticadas de Trastorno del Espectro Autista. El estudio se publicó en la revista Journal of Personalized Medicine.
El estudio también revisó la literatura existente sobre el impacto del estilo de vida y las modificaciones ambientales en el Trastorno del Espectro Autista (TEA), apoyando los hallazgos con evidencia de otros casos y estudios similares.
Detalles del estudio
El estudio se centró en unas gemelas dicigóticas de 4 años a las que se diagnosticó un trastorno del espectro autista de «nivel 3 de gravedad». El estudio describe que este nivel «requiere un apoyo muy importante». Las gemelas fueron diagnosticadas aproximadamente a los veinte meses de edad.
Los gemelos dicigóticos o mellizos son el resultado de la fecundación de dos óvulos distintos por dos espermatozoides distintos. Estos gemelos son genéticamente similares a los hermanos típicos, pero pueden ser tan diferentes entre sí como hermanos nacidos en épocas diferentes. No comparten exactamente el mismo material genético y, por tanto, pueden tener un aspecto y unas características diferentes.
El estudio del caso médico muestra que un enfoque no farmacológico y personalizado por parte de un equipo de clínicos multidisciplinares redujo con éxito el número y la gravedad de los síntomas del TEA de las gemelas utilizando diversos métodos.
Concepción
Las gemelas fueron concebidas mediante fecundación in vitro con una donante de óvulos y gestados por una madre de alquiler. Su padre tenía 51 años en el momento de la concepción. Ellas nacieron dos meses prematuras y pasaron varias semanas en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Las gemelas fueron vacunadas a los tres y seis meses, pero no volvieron a ser vacunadas hasta los catorce meses. Las niñas recibieron paracetamol antes y después de la vacunación.
Síntomas iniciales
Los padres de las niñas observaron algunos síntomas iniciales. Una de las gemelas presentaba sensibilidad a los cambios, eczema y problemas digestivos, y la otra tenía problemas para establecer contacto visual, balbucear la comunicación, dificultad para mamar y disminución del tono muscular (hipotonía).
Ambas gemelas recibieron leche materna (de la madre de alquiler y de su madre biológica) durante doce meses y no tuvieron problemas para comer o dormir.
A los doce meses, las niñas dejaron de tomar leche materna, y la introducción de la leche de vaca provocó problemas digestivos y de comportamiento y lenguaje en ambas.
En marzo de 2021, las niñas recibieron la serie de vacunas que se habían retrasado debido a la pandemia COVID-19. Después de esta ronda de vacunas, sus padres notaron un empeoramiento de algunos síntomas, incluida una «pérdida significativa del lenguaje» para una de las niñas, que comenzó a comunicarse utilizando sólo palabras sueltas.
Diagnóstico de TEA
Debido al empeoramiento de los síntomas, las gemelas fueron evaluadas por el trastorno del espectro autista (TEA), y ambas cumplieron posteriormente los criterios para el diagnóstico de trastorno del espectro autista del DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición).
Estilo de vida e intervenciones ambientales
Tras el diagnóstico, los padres de las gemelas iniciaron un enfoque integral y personalizado para tratar el trastorno de sus hijas. Su enfoque fue holístico y no farmacológico y tenía en cuenta una serie de posibles factores ambientales y biológicos que influían en el TEA de las gemelas.
Las intervenciones y el apoyo tanto a las gemelas como a sus padres comenzaron tras el diagnóstico de las gemelas, aproximadamente a los veinte meses de edad, y continuaron durante los dos años siguientes. A continuación se resumen las intervenciones y el apoyo:
*Los padres trabajaron con un tutor para ayudarles a comprender el diagnóstico de las gemelas y ganar confianza.
*Los padres conocieron el concepto de «carga alostática total», que relaciona los factores estresantes crónicos con la enfermedad, y utilizaron algunos recursos, como seminarios web y foros a través de la plataforma Epidemic Answers.
*Los padres completaron una encuesta Inventario de Salud Infantil para la Resiliencia y la Prevención (Child Health Inventory for Resilience and Prevention) —»una evaluación exhaustiva de la carga alostática total (los efectos acumulativos del estrés crónico sobre la salud mental y física) en las menores».
*Realizaron cambios dietéticos— Ellos siguieron la Dieta Inflamatoria Excitatoria Reducida, eliminando el glutamato, el gluten, la caseína, el azúcar, los colorantes artificiales y los alimentos procesados, y se centraron en comidas orgánicas, frescas y caseras de fuentes locales.
*Incorporaron suplementos dietéticos —las niñas tomaron suplementos que incluían ácidos grasos omega-3, vitaminas y remedios homeopáticos.
*Diferenciaron las necesidades de las gemelas —Las variantes genéticas revelaron que cada gemela tenía necesidades diferentes; por ejemplo, una gemela necesitaba más vitamina D, mientras que la otra necesitaba apoyo para la neuroinflamación y la desintoxicación.
*Las gemelas recibieron diversas terapias, incluyendo el análisis conductual aplicado, logopedia y terapia ocupacional centrada en la integración de reflejos motores neurosensoriales.
*La familia se ocupó de las toxinas de su casa y recurrió a un asesor medioambiental para evaluar la calidad del aire, los niveles de humedad y los daños causados por el agua.
*Una de las gemelas recibió atención osteopática por recomendación de un optometrista especializado en el desarrollo, lo que dio lugar a notables mejoras en la comunicación y la disposición general.
A lo largo del estudio, los padres de las niñas compartieron sus impresiones sobre su proceso. «Las estadísticas convencionales han puesto las probabilidades en contra de la capacidad de recuperar a un niño de un diagnóstico de TEA. Por lo tanto, nuestro enfoque se centró en seguir una comprensión holística no convencional de las necesidades bioindividuales de cada hija, explorar la causa raíz y diseñar un apoyo personalizado», dijeron los genitores.
«Nosotros elegimos a profesionales que coincidían con nuestra creencia en la capacidad intrínseca de nuestras hijas para curarse si recibían el apoyo adecuado».
Resultados
Debido principalmente a la aplicación de cambios en el estilo de vida y el entorno a lo largo de dos años, las gemelas consiguieron revertir sus diagnósticos de trastorno del espectro autista de nivel 3. Se observaron mejoras significativas en su desarrollo físico y mental. Se observaron mejoras significativas en sus interacciones sociales, habilidades de comunicación y patrones de comportamiento.
También se produjeron mejoras espectaculares en las puntuaciones obtenidas con la Autism Treatment Evaluation Checklist, una herramienta de evaluación de 77 preguntas utilizada para evaluar la eficacia del tratamiento del TEA, en la que las puntuaciones más bajas indican una mejora de los síntomas.
Ambas gemelas «mejoraron espectacularmente»: una pasó de una puntuación de 76 a 36 en siete meses, y la otra de 43 a 4 en el mismo período.
El estudio señala que las mejoras fueron tan profundas que el pediatra exclamó que una de las niñas había sufrido «una especie de milagro».
Las intervenciones combinadas, junto con el compromiso de los padres de las niñas, condujeron a una «mejora espectacular y a la inversión de los diagnósticos de TEA» de las gemelas.
Beth Lambert es fundadora y directora ejecutiva de Epidemic Answers, un sitio web formado por padres, médicos, investigadores, autores y expertos en bienestar dedicado a ayudar a los niños a curarse de problemas de salud. También es una de las autoras del estudio.
La Sra. Lambert habló con The Epoch Times y explicó que hay esperanza para los niños con TEA y otras afecciones, así como recursos para que los padres les apoyen durante el proceso.
«Nosotros estamos investigando para intentar reunir pruebas de que muchas de estas afecciones son reversibles. Pero también intentamos crear una plataforma en la que podamos dar soluciones a los padres: intentamos educarles y tenemos una comunidad en línea [Healing Together] en la que les enseñamos a hacer este trabajo por sí mismos», explicó la Sra. lambert.
Prevalencia del autismo
Según el estudio, la prevalencia del autismo está creciendo a una velocidad cada vez mayor. A principios de los años 90, el número de niños diagnosticados de autismo en Estados Unidos era de 1 en 2000. A lo largo de la década de 1990, los criterios de diagnóstico del autismo se ampliaron para incluir una gama más amplia de síntomas y comportamientos. Esta ampliación se refleja en las ediciones actualizadas del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
Por ejemplo, en el DSM-IV, publicado en 1994, se ampliaron los criterios diagnósticos y se dividieron en subtipos como trastorno de Asperger, trastorno autista y trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
Hubo una nueva ampliación de los criterios en el DSM-5 publicado en 2013, que fusionó los subtipos anteriores en un diagnóstico unificado de trastorno del espectro autista, o TEA.
Estos cambios contribuyeron a un aumento significativo de los diagnósticos de autismo en los años posteriores; sin embargo, algunos médicos creen que estos factores por sí solos no son suficientes para explicar el dramático aumento de los diagnósticos de TEA.
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en 2000, 1 de cada 150 niños tenía un diagnóstico de TEA, pero sus datos más recientes afirman que en 2020, 1 de cada 36 niños tenía un diagnóstico de TEA, lo que representa un aumento de más del 300% en las últimas dos décadas.
El estudio afirma que «las proyecciones publicadas estiman que incluso si la prevalencia futura del TEA se mantuviera sin cambios durante la próxima década, habría aproximadamente 1 millón de casos nuevos, lo que supondría un costo social adicional de 4 billones de dólares a lo largo de toda la vida en Estados Unidos. Además, si se mantiene el ritmo actual de aumento de la prevalencia, los costos podrían alcanzar casi los 15 billones de dólares de costos de por vida en 2029.»
«La vida moderna está enfermando a nuestros hijos, pero también nos está enfermando a todos nosotros, y nuestros hijos son los canarios en la mina de carbón», afirmó la Sra. Lambert.
Reflexiones finales
Los resultados del estudio sugieren que los factores ambientales y de estilo de vida desempeñan un papel importante en la manifestación de los síntomas del TEA y que las intervenciones específicas en estas áreas pueden conducir a mejoras sustanciales y duraderas, incluida la reversión de los síntomas.
Los autores del estudio señalan que el compromiso de los padres o cuidadores es vital para el proceso.
«El compromiso y liderazgo de padres o tutores bien informados es un componente esencial de la personalización efectiva que parece necesaria para la viabilidad de tales mejoras».
Lo que el estudio aclara es que el tratamiento del TEA requiere un enfoque personalizado y polifacético en lugar de una solución única para todos, ya que los diagnósticos de TEA son tan únicos y complejos como los individuos a los que afectan.
Los padres de las gemelas están de acuerdo, según una sección del estudio que recoge sus puntos de vista.
«Tener dos hijas gemelas a las que se diagnosticó un trastorno del espectro autista a los 20 meses nos ha permitido apreciar profundamente la presentación altamente individual del autismo».
«Ustedes no están solos», dijo la Sra. Lambert a las familias que se enfrentan a un diagnóstico de TEA.
«Yo quiero que la gente sepa que existe apoyo para ellos. Nosotros tenemos una conferencia [Documenting Hope] para poder invitar a los padres y entonces ellos pueden formar parte de nuestra comunidad. Nosotros podemos hacer esto juntos, es decir, trabajar para curar a nuestros hijos juntos».
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