El aumento de los protocolos de seguridad en el club Mar-a-Lago del expresidente Donald Trump y sus alrededores llevó a las autoridades de Palm Beach (Florida) a plantearse su cierre.
El Servicio Secreto de EE.UU. reforzó la protección a la finca del expresidente, junto con sus otras propiedades, después del atentado del 13 de julio contra su vida.
Uno de los cambios fue el cierre de una parte de South Ocean Boulevard, que bordea el club.
Se espera que el cierre, que comenzó el 20 de julio, dure como mínimo hasta la jornada electoral del 5 de noviembre, pero las autoridades ya están recibiendo quejas.
“Nuestros residentes no se sienten seguros ahora mismo”, dijo Julie Araskog, miembro del consejo municipal de Palm Beach, en la reunión del consejo del 13 de agosto.
“Es difícil que pase un camión de bomberos, es difícil salir de sus casas, es difícil que entre un cuidador. La otra noche tuve un problema y no podía entrar una enfermera”.
A pesar del cierre de la carretera, se espera que el club Mar-a-Lago reabra para el inicio de la temporada social de Palm Beach en otoño.
Pero la alcaldesa Danielle Moore dijo: “Si se cierra la carretera, se cierra el Club Mar-a-Lago”.
“No hay forma en la tierra verde de Dios de que puedan meter a 350 personas en ese club”, dijo Moore. “Es completamente ilógico que tengas una carretera cerrada y luego vayas a dejar entrar a 350 extraños en tu club”.
Aunque la alcaldesa se mostró de acuerdo con la necesidad de asegurar la residencia principal de Trump, dijo: “No pueden tener las dos cosas, chicos y chicas. O el club está abierto o no”.
Otros miembros del consejo expresaron su acuerdo y pidieron al personal que investigara las opciones legales de la ciudad.
Durante el mandato presidencial de Trump, el Servicio Secreto cerró la carretera junto a Mar-a-Lago cuando estuvo presente en Palm Beach.
El último cierre es efectivo indefinidamente, a todas horas del día, incluso en su ausencia.
El nuevo protocolo es solo una de las medidas que el Servicio Secreto ha tomado para aumentar la protección de las personas a su cargo tras el intento de asesinato a Trump, incluyendo la maximización del personal, el aumento del uso de drones y una aprobación más rápida de las solicitudes de personal.
Mientras tanto, la abogada de Palm Beach Joanne O’Connor sigue esperando una respuesta de la agencia que esboce la autoridad bajo la cual se mantiene cerrado South Ocean Boulevard.
Aunque los residentes pueden acceder a la carretera con la debida identificación, O’Connor señaló en una carta del 22 de julio al consejero jefe del Servicio Secreto, Thomas Huse, que el cierre “corta efectivamente la ciudad en dos”.
El Jefe de Policía de Palm Beach, Nicholas Caristo, dijo que el Servicio Secreto y la policía local estaban trabajando juntos para dirigir el tráfico en la zona y mejorar la señalización para disminuir la congestión.
Caristo también aconsejó que limitar las aperturas del puente a sólo una vez por hora podría ayudar a agilizar el tráfico.
Sin embargo, para que eso ocurra, el Servicio Secreto tendría que reactivar la zona de seguridad marítima que estuvo en vigor alrededor de Mar-a-Lago durante la presidencia de Trump.
Trump empezó a operar Mar-a-Lago como club social en 1993 en virtud de un acuerdo de declaración de uso con Palm Beach. El incumplimiento de ese acuerdo podría permitir a la ciudad revocar la licencia ocupacional del club.
El Epoch Times se ha puesto en contacto tanto con la Organización Trump como con la campaña de Trump en busca de comentarios.
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