RIVERSIDE, California – Más de cuatro años después de la muerte a tiros de siete trabajadores laosianos en una granja ilegal de marihuana en el sur de California, las autoridades revelaron el viernes que creen que los asesinatos fueron llevados a cabo por miembros de pandillas y suplicó a la gente que denuncie cualquier información.
Los investigadores creen que los sospechosos eran miembros de una banda de ascendencia laosiana de la zona de San Diego. El sheriff del condado de Riverside, Chad Bianco, dijo que la agencia se enfrenta a un «gran obstáculo» para obtener información porque al menos algunos testigos y víctimas entraron ilegalmente en Estados Unidos y pueden haber sido víctimas del tráfico de personas.
Los inmigrantes que trabajaban en la granja pueden temer represalias y desconfiar de las fuerzas policiales, dijo Bianco. Muchos proceden de países donde las fuerzas policiales son «corruptas y castigan aún más a las víctimas», añadió.
«Cuando estos inmigrantes llegan a nuestro país, ese miedo a las fuerzas policiales los convierte en objetivos fáciles de la delincuencia, porque los sospechosos saben que las víctimas serán reacias a cooperar con la investigación criminal, o puede que ni siquiera denuncien el delito. Este caso ha sido un ejemplo de ello», declaró Bianco.
«Sabemos que hay personas que tienen información adicional sobre estos asesinatos y sobre la identidad de los sospechosos», añadió.
Los investigadores han identificado un todoterreno de tamaño medio y color oscuro que se cree que fue utilizado durante los asesinatos en la remota comunidad de Aguanga, dijo el departamento del sheriff en un comunicado de prensa.
Bianco describió los asesinatos como parte de un «robo con allanamiento de morada» llevado a cabo para obtener dinero. Señaló que se había dejado una importante cantidad de marihuana.
Seis personas fueron encontradas muertas en la propiedad, y una mujer que recibió un disparo allí murió más tarde en un hospital.
Más de 20 personas vivían en la propiedad, que tenía viviendas improvisadas y un vivero. Las autoridades encontraron más de 1000 plantas de marihuana y varios cientos de kilos de marihuana procesada.
El estado legalizó ampliamente la venta recreativa de marihuana en enero de 2018. Pero el mercado ilícito continuó, en parte porque los fuertes impuestos legales a la marihuana hicieron que los consumidores buscaran mejores ofertas en la economía ilegal.
Aguanga es una pequeña comunidad montañosa a unos 80 kilómetros al noreste de San Diego con ranchos de caballos a lo largo de caminos de tierra.
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