El propietario del gigante de la cosmética Avon se ha declarado en quiebra para intentar resolver las demandas masivas que alegan que el polvo de talco de sus productos contenía amianto cancerígeno.
Avon Products Inc. (API), holding estadounidense no operativo de la marca de belleza Avon, se acogió voluntariamente al procedimiento del Capítulo 11 en la Corte de Quiebras del Distrito de Delaware el 12 de agosto, según un comunicado de prensa.
Aunque API no vende productos en Estados Unidos desde que se desprendió de su negocio norteamericano en 2016, sigue siendo el holding de las entidades operativas no estadounidenses de la marca.
Según el comunicado de prensa, Natura, con sede en Brasil, que compró Avon en 2020, ha acordado comprar las participaciones en las operaciones no estadounidenses de Avon por 125 millones de dólares en una oferta de crédito que estará sujeta a un proceso de subasta supervisado por un tribunal.
También ha acordado aportar hasta 43 millones de dólares en financiación propuesta durante la quiebra.
En una declaración, el presidente de API, John Dubel, dijo que la declaración de quiebra y la venta propuesta de las operaciones no estadounidenses de Avon «maximizarán el valor de nuestros activos y nos permitirán hacer frente a nuestras obligaciones de forma ordenada».
Los negocios operativos de Avon fuera de Estados Unidos no forman parte del procedimiento de quiebra, según el comunicado de prensa, que señala que «todo sigue igual en los mercados internacionales de Avon».
Además, el comunicado de prensa señalaba que Avon Company, que es la marca Avon en Estados Unidos y actualmente está gestionada por LG Household & Health Care Ltd., no está afiliada a ninguna otra entidad de Avon y no forma parte del procedimiento de quiebra del Capítulo 11.
El director ejecutivo de Avon, Kristof Neirynck, declaró que el gigante de la belleza sigue «centrado en hacer avanzar nuestra estrategia empresarial a escala internacional, lo que incluye modernizar nuestro modelo de venta directa y reimpulsar la marca para acelerar el crecimiento».
Neirynck añadió que la empresa cuenta con casi dos millones de representantes en todo el mundo.
Avon, fundada en Nueva York en 1886, se convirtió en un nombre familiar gracias a sus legiones de vendedoras a domicilio, y la empresa vendía de todo, desde productos para el cuidado de la piel hasta perfumes.
Sin embargo, en 2010, el gigante de la cosmética se enfrentó a su primera demanda legal alegando que sus productos de talco estaban contaminados con amianto. En 2020 se presentaron cientos más.
Según documentos judiciales, la marca de belleza se enfrenta actualmente a 372 demandas relacionadas con el talco, a pesar de «un esfuerzo significativo» por resolver los casos.
La empresa ha manifestado que, aunque cree que las demandas por talco carecen de fundamento, no dispone de «liquidez suficiente para litigar y/o resolver cientos de casos», y prevé que el número de demandas presentadas contra ella «no hará sino aumentar a falta de una solución permanente».
Por otra parte, Avon declaró en documentos judiciales que sus deudas totales incluyen 1290 millones de dólares adeudados a prestamistas y obligacionistas.
La declaración de quiebra se produce después de que en 2022 un jurado de Los Ángeles ordenara a Avon pagar más de 50 millones de dólares a una mujer de Arizona que afirmaba que los productos de la empresa contenían amianto cancerígeno y eran los culpables de su mesotelioma, un cáncer del tejido fino que recubre los órganos internos del cuerpo.
En julio, se condenó a la empresa a pagar 24.4 millones de dólares a un hombre de Chicago al que también se diagnosticó mesotelioma tras haber utilizado supuestamente polvos de talco de la empresa.
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