Según un estudio reciente, el ayuno puede programar ciertas células inmunitarias del cuerpo para combatir mejor el cáncer y mejorar la capacidad de las células para sobrevivir en un entorno tumoral.
El estudio, publicado en la revista Immunity el 14 de junio, analizó cómo el ayuno afectaba a las células asesinas naturales (NK), un tipo de glóbulo blanco capaz de matar células dañadas o anormales como las cancerosas y las infectadas por un virus. La presencia de una mayor cantidad de células asesinas dentro de un tumor generalmente se considera beneficiosa para un paciente con cáncer. Los investigadores descubrieron que el ayuno puede reprogramar el metabolismo de las células asesinas naturales, mejorando su capacidad para combatir el cáncer y permitiendo que las células sobrevivan en el duro entorno dentro y alrededor de los tumores.
“Nuestros hallazgos identifican un vínculo entre la restricción dietética y las respuestas inmunes innatas optimizadas, con el potencial de mejorar las estrategias de inmunoterapia” de los pacientes con cáncer, afirma el artículo.
En el estudio, los investigadores analizaron ratones infectados con cáncer a los que no se les dio comida durante un período de 24 horas, dos veces por semana. Como los ratones pudieron comer libremente entre ayunos, no perdieron peso.
Durante el período de ayuno, los niveles de glucosa en los ratones disminuyeron, de manera similar a los humanos, junto con un aumento en los ácidos grasos libres. Mientras tanto, se observó que las células asesinas naturales habían sufrido un cambio importante.
“Durante cada uno de estos ciclos de ayuno, las células NK aprendieron a utilizar estos ácidos grasos como fuente de combustible alternativa a la glucosa”, dijo Rebecca Delconte, coautora del estudio.
“Esto realmente optimiza su respuesta anticancerígena porque el microambiente del tumor contiene una alta concentración de lípidos, y ahora pueden ingresar al tumor y sobrevivir mejor gracias a este entrenamiento metabólico”.
También se observó que el ayuno redistribuyó las células NK en el cuerpo. Algunas de las células viajaron hasta la médula ósea y quedaron expuestas a altos niveles de una proteína de señalización. Esto llevó a que las células NK produjeran más interferón gamma, un tipo de proteína que desempeña un papel clave en la respuesta antitumoral del cuerpo.
Las células NK del bazo experimentaron una programación separada que les permitió utilizar mejor los lípidos como fuente de combustible.
“Con ambos mecanismos juntos, encontramos que las células NK están preparadas previamente para producir más citoquinas dentro del tumor”, dijo la Sra. Delconte.
“Y con la reprogramación metabólica, son más capaces de sobrevivir en el entorno del tumor y se especializan para tener propiedades anticancerígenas mejoradas”.
La investigación se produce mientras se están llevando a cabo ensayos clínicos para estudiar la seguridad y eficacia del ayuno junto con los tratamientos estándar contra el cáncer.
El estudio fue financiado a través de múltiples fuentes, incluidos los Institutos Nacionales de Salud, el Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud de Australia y la Sociedad Estadounidense del Cáncer. Los autores no declararon conflictos de intereses en el estudio.
Riesgos del ayuno
Si bien el estudio del 14 de junio encontró vínculos positivos entre el ayuno y la lucha contra el cáncer, la dietista clínica Juhina Farooki dice que la seguridad del proceso solo debe determinarse caso por caso.
“Cada paciente es diferente, y lo que podría ser seguro para un paciente no necesariamente lo es para el otro”, dijo, según una publicación del 29 de enero en el MD Anderson Cancer Center.
La desnutrición es uno de los riesgos del ayuno durante el tratamiento del cáncer. La falta de nutrientes adecuados puede provocar pérdida de peso, ralentizar el proceso de curación y empeorar la fatiga, según la publicación. También puede agregar más estrés durante lo que ya es un período tenso para el individuo.
La Sra. Farooki aconseja a los pacientes con cáncer que deseen ayunar que solo lo hagan después de consultar con su médico. Esto asegura que el paciente reciba una nutrición suficiente.
Un estudio de febrero de 2023 que investigó el efecto de saltarse comidas en ratones encontró que había una diferencia en la cantidad de monocitos en las criaturas. Los monocitos son glóbulos blancos producidos en la médula ósea que combaten el cáncer.
A un grupo de ratones se le dio el desayuno mientras que al otro grupo se le negó. Después de cuatro horas de ayuno, se descubrió que el 90 por ciento de los monocitos de los ratones en ayunas habían desaparecido del torrente sanguíneo, que disminuyó aún más a las ocho horas. En los ratones que no ayunaron, los niveles de monocitos no se vieron afectados.
Mientras tanto, un estudio alemán reciente encontró que el ayuno intermitente tiene un efecto protector contra la inflamación y el cáncer de hígado. Los investigadores realizaron pruebas en ratones que ya padecían inflamación del hígado.
Después de que los ratones fueron sometidos a cuatro meses de ayuno intermitente, sus pruebas de función hepática mejoraron. Se descubrió que los ratones tenían menos probabilidades de desarrollar cáncer de hígado.
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