Los miembros del Ayuntamiento de Los Ángeles introdujeron el miércoles una medida que busca crear un mandato de vacunación para algunos espacios cerrados públicos, incluyendo cines y restaurantes, después de un mandato similar anunciado por la ciudad de Nueva York a principios de esta semana.
En un anuncio en Twitter, la presidenta del Ayuntamiento, Nury Martínez, escribió que «muchos angelinos dieron un paso adelante y cumplieron con su parte», y «no deberían ser penalizados con cierres debido a aquellos que no están dispuestos a cumplir con la suya».
El proyecto de ley le diría al fiscal de la ciudad que redacte una ordenanza que exija a los mayores de 16 años haber recibido al menos una dosis de la vacuna para poder acceder a los espacios cerrados públicos.
Los espacios cerrados incluyen, pero no están limitados a, «restaurantes, bares, establecimientos comerciales, gimnasios, spas y centros de entretenimiento, como estadios, salas de conciertos y cines», dice el texto de la medida.
Martinez, un demócrata, emitió una declaración junto a la propuesta y efectivamente culpó a las personas que no se han vacunado de exacerbar la pandemia de COVID-19. Él, junto con la mayoría de los otros funcionarios, no mencionó la «inmunidad natural» entre las personas que contrajeron y sobrevivieron al COVID-19.
«Tenemos tres vacunas que funcionan y están fácilmente disponibles, así que ¿qué hace falta? Nuestros niños están a punto de volver a la escuela, y los no vacunados están poniendo sus vidas en riesgo cada día. Pregunta, habla con tu médico y vacúnate. Dejemos esto atrás», dijo.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció a principios de esta semana que la ciudad aplicaría la obligación de vacunarse para gimnasios, restaurantes, teatros y otros lugares a partir de mediados de septiembre. Todavía no está claro cómo se aplicará en los miles y miles de restaurantes y cafés de la ciudad de Nueva York.
Algunos propietarios de restaurantes de la ciudad de Nueva York dijeron a los medios de comunicación locales que para ellos sería prácticamente imposible hacer cumplir ese mandato.
Seongmin Jun, gerente de Dear Han Cafe en Queens, se preguntó: «¿Se ofenderán los clientes por comprobar si se han vacunado contra el COVID? No sé cómo hacerlo, ni siquiera si tendré tiempo para hacerlo».
Además, este sistema y otros de tipo pasaporte de vacunas han sido señalados por grupos de libertades civiles como autoritarios y que crearían una sociedad segregada. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) escribió anteriormente este año que «hay muchas cosas que pueden salir mal» con los sistemas de pasaporte de vacunas.
«No nos oponemos en principio a la idea de exigir una prueba de vacunación en determinados contextos. Pero dada la enorme dificultad de crear un sistema de pasaporte digital, y los riesgos y fallos que probablemente se produzcan por el camino, somo recelosos de los efectos secundarios y las consecuencias a largo plazo que podría tener. Seguiremos de cerca la evolución de este asunto», dijo la ACLU.
Incluso algunos funcionarios demócratas han rechazado la exigencia de pasaportes de vacunación, como la alcaldesa interina de Boston, Kim Janey, que esta semana comparó los pasaportes de vacunación en la ciudad de Nueva York con los documentos de libertad de la época de la esclavitud y las leyes de Jim Crow.
“Hay una larga historia en este país de personas que necesitan mostrar sus papeles», dijo Janey a los medios locales. La alcaldesa enumeró entonces ejemplos «durante la esclavitud, después de la esclavitud, tan reciente como (…) por lo que la población inmigrante tiene que pasar aquí».
«Aquí queremos asegurarnos de que no estamos haciendo nada que cree una barrera más para los residentes de Boston o impacte de manera desproporcionada a las comunidades BIPOC”, agregó.
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