¿Un cáncer maligno tratable con una cucharada de azúcar? Puede que no sea demasiado bueno para ser cierto.
Un reciente estudio publicado en eLife es el último en sugerir que la manosa, o D-manosa, un azúcar natural letal para las abejas y abundante en muchas frutas, mata de hambre a las células cancerosas humanas bloqueando su capacidad de construir ADN y crecer.
Una nueva forma (dulce) de combatir el cáncer
En los últimos años, las propiedades anticancerígenas de la manosa llamaron mucho la atención de los investigadores. Varios estudios demostraron que la manosa puede inhibir el crecimiento de varios tipos de cáncer, como el de pulmón, el colorrectal y el de próstata. El mecanismo de acción aún no se conoce del todo, pero se cree que implica la interrupción de los procesos de glicosilación en las células cancerosas, lo que impide el crecimiento celular y la síntesis de ADN. A continuación se enumeran algunas de las formas en que la manosa combate el cáncer:
-Cáncer de pulmón: Un estudio del 2020 descubrió que el azúcar manosa ralentizaba el crecimiento de tumores de cáncer de pulmón y ayudaba a que la quimioterapia fuera más eficaz para combatir la enfermedad en un modelo animal. «La manosa probablemente podría resolver el problema de la resistencia a los medicamentos durante la quimioterapia», escribieron los autores del estudio.
-Cáncer de próstata: Una investigación del 2022 descubrió que el azúcar manosa puede retrasar el crecimiento y estimular la muerte celular del cáncer de próstata en un modelo de ratón a través de su efecto sobre las mitocondrias de estas células cancerosas.
-Cáncer colorrectal: Un estudio del 2022 descubrió que el azúcar manosa puede detener el crecimiento tumoral en un modelo de ratón de cáncer colorrectal.
El posible papel de la manosa en la prevención del cáncer
Aunque todavía se están desentrañando los mecanismos exactos, algunos científicos plantean la hipótesis de que la manosa también puede ayudar a prevenir el cáncer al apoyar a las células sanas de las siguientes maneras:
-Activación del sistema inmunitario: Se sugirió que la manosa aumenta la actividad de las células inmunitarias, en particular de los macrófagos, que desempeñan un papel en la identificación y eliminación de las células cancerosas.
-Reducción de la inflamación: La inflamación crónica se asocia a un mayor riesgo de cáncer. La manosa puede tener propiedades antiinflamatorias que podrían ayudar a reducir la inflamación crónica.
-Inhibición del crecimiento tumoral: Un estudio del 2021 sugirió que la manosa puede impedir el crecimiento de tumores al interferir con vías metabólicas específicas de las que dependen las células cancerosas para obtener energía.
-Interrupción de la glicosilación: La manosa interviene en la glicosilación, un proceso en el que se añaden moléculas de azúcar a las proteínas. Algunas células cancerosas presentan patrones de glicosilación anormales. La teoría es que la suplementación con manosa puede interferir con esta glicosilación anormal, inhibiendo el crecimiento y la propagación de las células cancerosas.
Lo que dicen las últimas investigaciones
«Desde hace más de un siglo se sabe que la manosa es letal para las abejas melíferas porque no pueden procesarla como los humanos; es lo que se conoce como ‘síndrome de la abeja melífera'», explica en un comunicado Hudson Freeze, doctor en biología y director del Programa de Genética Humana del Sanford Burnham Prebys Medical Discovery Institute y coautor del estudio publicado recientemente en la revista eLife.
Su equipo se propuso investigar si este síndrome estaba relacionado con los efectos anticancerígenos de la manosa.
Los investigadores reprodujeron en el laboratorio el síndrome de la abeja melífera utilizando células cancerosas humanas de fibrosarcoma, un cáncer poco frecuente del tejido conjuntivo, modificadas genéticamente. Descubrieron que las células cancerosas tenían dificultades para generar ADN y replicarse sin la enzima que procesa la manosa, lo que las hacía más vulnerables a la quimioterapia.
Aunque prometedor, el método requiere más investigación para determinar qué tipos de cáncer responden mejor a este tratamiento.
«Si encontramos cánceres con una baja actividad de la enzima que procesa la manosa, tratarlos con manosa podría darles el empujón suficiente para que la quimioterapia fuera más eficaz», afirma Freeze, quien señala que este enfoque es una frontera inexplorada y puede representar un «tesoro sin explotar» de tratamientos potenciales a la espera de ser descubiertos.
La manosa ya se utiliza para tratar algunas enfermedades
La manosa es un azúcar simple presente de forma natural en frutas como los arándanos, las naranjas, las manzanas y los melocotones. Químicamente similar a la glucosa, es menos dulce y tiene un efecto diferente sobre el azúcar en sangre.
La manosa no se absorbe fácilmente, por lo que provoca una menor respuesta de la insulina, potencialmente beneficiosa para la diabetes, según explicó a The Epoch Times Emily Feivor, dietista diplomada del Northwell Long Island Jewish Forest Hills. También puede favorecer la salud intestinal.
Infecciones
«También ayuda a estimular el crecimiento de bacterias buenas en el intestino, a diferencia del azúcar de mesa normal», añadió. «Y puede tener propiedades preventivas para las infecciones del tracto urinario debido a que se metaboliza a través de los riñones y se excreta en forma de orina».
La manosa puede prevenir las ITU recurrentes, según descubrió un ensayo controlado aleatorizado del 2013. Un análisis sistemático de más de 32,000 estudios encontró que la manosa es un tratamiento eficaz y seguro para la cistitis y otras ITU, especialmente durante el embarazo.
Trastornos genéticos
El azúcar manosa también demostró su eficacia en el tratamiento de los trastornos congénitos de la glicosilación, un grupo de afecciones genéticas raras que afectan a la incorporación de bloques de construcción de azúcar.
La glicosilación es un proceso que consiste en añadir moléculas de azúcar a proteínas y lípidos para estabilizar su estructura y función. Los trastornos en este proceso pueden causar síntomas graves, como convulsiones y episodios similares a un ictus. Se descubrió que la manosa normaliza este proceso.
Los únicos efectos secundarios asociados a su uso fueron relativamente leves. Según un estudio, la reacción adversa más frecuente fue la diarrea.
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