Si bien se sabe que eliminar los gérmenes puede ayudar a curar las heridas, puede resultar útil tener a la mano una bacteria: Alcaligenes faecalis (A. faecalis). Según un estudio publicado en Science Advances, se descubrió favorece el proceso de cicatrización de las heridas diabéticas difíciles de tratar.
El estudio, realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, demostró que la útil bacteria favorece los movimientos de las células cutáneas necesarios para el cierre de las heridas reduciendo la producción de ciertas enzimas que suelen estar sobresaturadas en las personas diabéticas.
Según los investigadores, entender cómo A. facecalis favorece la cicatrización podría ayudar a los científicos a encontrar nuevos tratamientos para las heridas diabéticas.
La relación de la bacteria con la diabetes
Las personas diabéticas pueden sufrir heridas crónicas, como úlceras, llagas y laceraciones. Estas heridas suelen tardar mucho en curarse o no curan del todo. Según el estudio, las heridas crónicas afectan cada año a más de 6 millones de personas en Estados Unidos, con un coste estimado de 96 mil millones de dólares para tratar las heridas que no cicatrizan. Además, las heridas que no cicatrizan pueden ser dolorosas, provocar otras enfermedades y problemas de movilidad, y aislar socialmente, reduciendo la calidad de vida.
«Esta investigación se basa en gran medida en nuestra investigación anterior en la que perfilamos las bacterias que se encuentran en las úlceras del pie diabético a lo largo del tiempo y estudiamos cómo estas bacterias influyen en los resultados de curación», dijo en un comunicado de prensa la profesora Elizabeth Grice, investigadora principal del estudio. «No esperábamos descubrir que una bacteria fuera capaz de favorecer la cicatrización, pero este sorprendente hallazgo motivó nuevos estudios sobre A. faecalis».
Según el estudio, A. faecalis suele encontrarse en el agua y el suelo y rara vez es la causa de la infección. De hecho, parece vivir en las heridas en lugar de infectarlas. Esta bacteria se encuentra en heridas de todo el mundo, lo que le otorga la etiqueta de «microbioma central» dentro de las úlceras del pie diabético.
El equipo de investigación realizó estudios con ratones diabéticos y sus células cutáneas, así como con muestras de piel humana diabética, para entender cómo afecta A. faecalis la cicatrización diabética. Descubrieron que inocular la bacteria a ratones diabéticos aceleraba la cicatrización de las heridas que presentaban.
Los investigadores también descubrieron que la bacteria hacía que los queratinocitos, el principal tipo de célula cicatrizante de la epidermis, crecieran y avanzaran hacia las heridas diabéticas. Este proceso aceleró la cicatrización de las heridas cutáneas en los ratones.
También se cultivaron con la bacteria muestras de piel tomadas de pacientes diabéticos. Al cabo de 10 días, las muestras presentaban un crecimiento de queratinocitos significativamente mayor que las muestras de pacientes diabéticos cultivadas sin A. faecalis.
Además, los investigadores descubrieron que la bacteria activaba células T específicas del sistema inmunitario. Con más células T activadas, las heridas cicatrizaban mejor. A. faecalis también reguló a la baja un gen que descompone el colágeno: las enzimas conocidas como metaloproteinasas de la matriz (MMP). Según los investigadores, la cicatrización de las heridas se suprime cuando alguien tiene demasiadas MMP.
«Las MMP son enzimas necesarias que rompen las conexiones entre las células para permitir que éstas se muevan. Pero en los pacientes con diabetes, se sabe que las MMP existen en niveles mucho más altos», afirma en el comunicado de prensa Ellen White, estudiante de doctorado y medicina en Penn y coautora del estudio.
«Nuestros hallazgos demuestran que A. faecalis reequilibra la expresión de MMP en las heridas, lo que permite un cierre más rápido de las mismas».
Futuro de la cicatrización de heridas
Según los investigadores, estos hallazgos podrían permitir a los científicos explorar nuevas terapias potenciales con microbios para la cicatrización de heridas.
«Las terapias bacterianas de las heridas constituyen una nueva y apasionante frontera», afirma Grice. «Hay muchas formas de aprovechar nuestros hallazgos y los futuros trabajos sobre el microbioma de las heridas. Tal vez sea posible aislar las moléculas favorables a la cicatrización secretadas por A. faecalis o dirigirse a las vías que están resguardadas de los efectos de la bacteria».
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