El entorno inflacionista que se apoderó de la economía estadounidense y mundial fue impulsado por los bancos centrales de todo el mundo, quienes distorsionaron la economía mediante la expansión del crédito fiduciario, lo que provocó una inflación desorbitada y burbujas financieras, afirmó David Stockman, exdirector de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) bajo la presidencia de Ronald Reagan.
Durante la pandemia de coronavirus de 2020 y 2021, los gobiernos y los bancos centrales desencadenaron inmensos paquetes de estímulo y alivio fiscal y monetario, inundando el mercado con billones en liquideces. Después, tras afirmar que la elevada inflación era transitoria, los responsables políticos abandonaron esta opinión, dieron marcha atrás y subieron las tasas de interés desde unos niveles que se encontraban históricamente bajos.
«Así que hay que entender que el gran problema del mundo actual es la Fed, los bancos centrales, todos ellos se han subido a una especie de convoy de grandes impresores de dinero», declaró Stockman al programa American Thought Leaders de EpochTV.
La Reserva Federal ha incrementado el índice de referencia de los fondos federales en 500 puntos básicos desde marzo de 2022, desde casi cero. El ciclo de endurecimiento elevó el rango objetivo a su nivel más alto desde la crisis financiera mundial de 2008. Otros bancos centrales, desde el Banco de Canadá hasta el Banco Central Europeo, adoptaron mecanismos de endurecimiento similares.
Debido a todo lo ocurrido antes, durante y después de la pandemia, Stockman recomendó una «limpieza de arriba abajo» en la Fed y otros bancos centrales.
«También tenemos que reconocer que [fue] todo este dinero fácil, estas tasas de interés ultra bajas las que permitieron al Congreso gastar como si no hubiera mañana, para acumular la deuda nacional», afirmó el economista.
Insostenible
Mientras que estas medidas de la era de la pandemia han erosionado los salarios y el poder adquisitivo de los estadounidenses, las políticas expansivas también facilitaron la acumulación de una enorme cantidad de deuda por parte del gobierno federal, lo que ha llevado a los actuales desafíos del límite de la deuda, según Stockman.
«Nada de esto era realmente sostenible», afirmó. «No representaba lo que yo llamaría una economía sana, ni un dinero sano, ni unas finanzas públicas sanas. Todo era una especie de fantasía y ahora habrá que atenerse a las consecuencias».
Desde que comenzó la crisis de salud pública por COVID-19, la deuda nacional se disparó unos USD 8 billones, y se añadieron aproximadamente USD 7 billones a la masa monetaria nacional.
La Cámara de Representantes aprobó el acuerdo bipartidista sobre el techo de la deuda elaborado por el presidente Joe Biden, el presidente de la Cámara Kevin McCarthy ( R- Calif.), y sus equipos de negociadores. Este acuerdo suspende el límite de deuda hasta el 1 de enero de 2025.
Setenta y un republicanos y 46 demócratas se opusieron al paquete Biden-McCarthy. Los miembros de la bancada republicana argumentaron que no iba lo suficientemente lejos, y el ala progresista del Partido Demócrata cree que iba demasiado lejos.
Stockman, el autor superventas del libro «La Gran Deformación» y «La Gran Burbuja Monetaria», describió el plan como «un juego de caparazones» y «una estafa total».
«Ellos no ahorraron nada. En realidad, gastaron mucho más dinero para ahorrar un poco», dijo el economista. «Pero en neto, en términos del panorama general del que estamos hablando aquí, es una estafa total. Esto es de lo que está plagado el proyecto de ley: estafas. Una estafa tras otra. Eso es todo lo que hay aquí».
A pesar de las críticas de un coro de republicanos, la dirección del GOP ha declarado que esto no es más que el principio de los esfuerzos más amplios del partido por restaurar la responsabilidad fiscal en Washington. Los líderes republicanos han alabado el último informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), que estima que los límites legales de financiación discrecional para los ejercicios fiscales de 2024 y 2025 equivaldrían a USD 1.59 y 1.606 billones, respectivamente.
Pero Stockman no cree que este paquete aborde los factores fundamentales que contribuyen a largo plazo al presupuesto y que impulsan la deuda nacional: defensa, prestaciones e intereses.
El gasto en defensa en el año fiscal 2024 se limitó a USD 886,000 millones. La propuesta presupuestaria de Biden para 2024 prevé que los déficits acumulados ascenderán a unos USD 3.1 billones en 2033, pero la CBO prevé que el acuerdo reducirá los pagos de intereses federales en USD 188,000 millones. El gasto en prestaciones sociales se mantiene intacto.
«Eso supone más del 85% de todo el flujo de gasto previsto de USD 80 billones en los próximos 10 años», señaló Stockman, añadiendo que estas medidas «logran un error de redondeo en el mejor de los casos».
Reiterando la reciente afirmación del excongresista libertario Justin Amash, Stockman cree que la Ley de Responsabilidad Fiscal simplemente «da una patada a la lata en otros dos años».
Se necesitan cambios radicales
Al final, Washington tendrá que hacer cambios radicales y utilizar nuevas herramientas para abordar la política presupuestaria. El techo de la deuda es la única palanca que les queda a los funcionarios estadounidenses, señaló Stockman, pero ninguna de las partes hará nada drástico mientras los medios de comunicación del establishment adviertan repetidamente del «monstruo del impago de la deuda» que desencadenaría una crisis financiera.
Esto también sería difícil debido al «cono de helado que se lame a sí mismo», ya que los funcionarios seguirán justificando el gasto de dinero para apoyar una causa, que es «el problema que tenemos hoy», dijo el economista. La única forma de rectificarlo es mediante una revolución política de base y la imposición de límites a los mandatos (Stockman propone seis años en la Cámara, un solo mandato en el Senado y seis años para un presidente sin reelección).
«Este es un cambio radical», declaró Stockman. «Es un cambio en el ritmo y la estructura básicos del funcionamiento de nuestro sistema político. Puede sonar un poco radical e imposible, pero a menos que hagamos algo así, el sistema no va a cambiar».
El proyecto de ley sobre el límite de la deuda se dirigirá ahora al Senado, y los líderes instan a la cámara alta a aprobar el acuerdo lo antes posible.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, prevé que la fecha límite para llegar a un acuerdo es el 5 de junio, ya que será entonces cuando el departamento no disponga de recursos suficientes para cubrir las obligaciones del Gobierno. El Boletín Diario del Tesoro destaca que el saldo de caja del Tesoro cayó por debajo de los USD 38,000 millones el 30 de mayo.
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