El fiscal general William Barr dijo el miércoles que el uso de los poderes ejecutivos para imponer cierres relacionados con la pandemia equivalía a la «mayor intrusión en las libertades civiles» de la historia de Estados Unidos, «con excepción de la esclavitud».
Barr habló en un evento con motivo del «Día de la Constitución» organizado por el Hillsdale College (una institución conservadora de Michigan), durante el cual mencionó los cierres obligatorios durante el brote del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
«Saben, poner un cierre nacional, órdenes de confinamiento, es como un arresto domiciliario. Con excepción de la esclavitud, que era un tipo de restricción diferente, esta es la mayor intrusión en las libertades civiles en la historia de Estados Unidos», dijo Barr, según CNN.
El fiscal general pronunció un discurso en el evento, centrándose en el papel de la Constitución y de la Carta de Derechos como garantes de la igualdad de trato ante la ley y baluartes contra la opresión del Estado.
«Las grandes garantías de la Carta de Derechos —libertad de expresión, libertad religiosa y el derecho a poseer y llevar armas, por nombrar solo las primeras— son salvaguardias críticas de la libertad», dijo.
«El Estado de derecho es el eje de la libertad estadounidense. Y la garantía esencial del Estado de derecho emana de la estructura de la Constitución basada en la separación de poderes. Los autores de la Constitución reconocieron que al dividir los poderes legislativo, ejecutivo y judicial —cada uno relevante, pero cada uno limitado— se minimizaría el riesgo de cualquier forma de tiranía», añadió.
A continuación, Barr criticó lo que, según él, eran intentos de politizar el sistema judicial a través de la aplicación selectiva de la ley por parte de fiscales de Distrito estatales y locales progresistas.
«Se ha puesto de moda argumentar que las decisiones de los fiscales solo son legítimas cuando las toma el fiscal de más bajo nivel que se ocupa de un caso determinado», dijo. «Irónicamente, algunos de esos mismos críticos no ven ningún problema en hacer campaña para que los fiscales de Distrito electos, muy politizados, rehagan las fiscalías estatales y locales a su imagen y semejanza progresista preferida, lo cual a menudo implica anular el criterio ponderado de los fiscales de carrera y de los agentes de policía», añadió.
«Pero aparte de la hipocresía, la noción de que los fiscales adscritos deben tomar las decisiones finales dentro del Departamento de Justicia es completamente errónea y es contraria a los valores básicos que subyacen en nuestro sistema», dijo Barr.
En sus observaciones, el fiscal general también criticó lo que él denominó como «la criminalización de la política», que consiste en que los periodistas especulen con que los funcionarios electos hayan cometido «algún delito esotérico».
«Ahora hay que apodar al adversario como un criminal, y en lugar de criticarlo políticamente, uno trata de meterlo en la cárcel», dijo Barr, añadiendo que este tipo de enfoque se opone al espíritu del Estado de derecho y a los valores democráticos.
El fiscal general también dijo que el papel adecuado de los funcionarios electos es servir como «el control más básico del poder de los fiscales».
«La responsabilidad política —la política— es lo que en última instancia asegura que nuestro sistema haga su trabajo de manera justa, reconociendo adecuadamente los muchos intereses y valores en juego. El poder del gobierno completamente divorciado de la política es una tiranía», insistió.
Barr también reivindicó la autoridad que le corresponde a él como fiscal general para intervenir en los casos con carga política y, más en general, para hacer que los fiscales rindan cuentas ante el público.
«Dejar que los miembros más jóvenes establezcan la agenda puede ser una buena filosofía para un centro preescolar Montessori, pero no es la manera de dirigir una agencia federal», dijo, según The Washington Post.
«En resumen, el fiscal general, los altos funcionarios del Departamento de Justicia y los fiscales de EE.UU. son, de hecho, políticos. Pero son políticos en un sentido bueno y necesario», dijo.
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