Unos padres de Getafe, España, denunciaron en las redes sociales que su hijo de 11 meses de edad se tragó una pastilla de éxtasis que recogió en un parque y fue hospitalizado, por lo que decidieron compartir su experiencia.
El 24 de agosto llevaron al niño al parque al otro lado de la calle en el barrio de Perales del Río y se sentaron en la arena bajo la sombra del tobogán. El bebé rápidamente se quitó el chupete y tomó con las manos algo azul del suelo que le llamó la atención, se lo llevó a la boca y se lo tragó, contó su madre Dee, una vendedora de coches por internet, a El País.
Al darse cuenta Dee dijo que le introdujo los dedos en la boca pero solo logró sacar un rastro de saliva de color azul. El marido, transportista de Mercamadrid, en ese momento estaba en casa subiendo información de internet.
Volvió rapidamente al domicilio desde donde llamó a emergencias para preguntar qué ocurría si el bebé comía tiza, creyendo fuera eso. En ese momento su marido, Mariah, cogió al bebé en brazos y le hizo ver que el niño estaba rígido. Entonces salieron en coche a toda velocidad al Hospital Doce de Octubre, el más cercano.
«Yo gritaba como loca», dijo la madre a El País al recordar la escena llegando al hospital. El personal médico avisó a pediatría y escribió en el parte de ingreso, que su bebé presentaba «un episodio de desconexión del medio, rigidez generalizada y revulsión ocular». Le pusieron una sonda urinaria y medicación intravenosa. Pasó tres días en observación hasta que lo dieron el alta, afortunadamente sin secuelas.
Los análisis descritos en el informe médico indican que se había intoxicado con metanfetamina metildioximetanfetamina, éxtasis.
Pese a que los médicos anotaron que el bebé cumplía el calendario de vacunas y el niño era sano, en el informe de alta alguien anotó en el apartado de otros diagnósticos: «riesgo social». Además señalaba, «Madre: sana. Origen rumano. Padre: sano. Origen rumano”.
El médico apuntó en cambio que «no se aprecian signos de riesgo de exclusión social, se trata de un niño sano y con correcto seguimiento desde el punto de vista sanitario. Se comunica la situación al equipo de trabajo social».
Preocupada por la situación, y siendo una inmigrante, la madre dijo que entabló una denuncia a la policía contra los responsables, pero el texto que escribió el funcionario resultó al inicio perjudicial o acusatorio contra ella, por lo que lo cambiaron dos veces antes de firmarlo.
Como un modo de advertir a sus vecinos, Dee publicó su historia en Facebook y aunque otros padres se lo agradecieron, algunos pidieron que subiera la documentación del hospital y de la policía para demostrar lo que contaba. Así que lo hizo. Además Mariah grabó un vídeo del parque mostrado lo sucio y peligroso que se encontraba.
Cuando eres rumano en este país, opina Dee en el salón de su casa, no solo tienes que ser decente, también debes parecerlo, sobre todo después de algo como lo que les ha ocurrido a ellos (…) Tremendo lo que están pasando estos padres ?? https://t.co/gtb5mQ7TWL
— Carolina Morales (@Carol_MMorales) September 8, 2019
La historia no terminó ahí. Dee y Marian recibieron una visita de los agentes de familia, que los interrogaron y se fueron sin darles explicaciones. Como no los sometieron a un análisis toxicológico para comprobar si no eran drogadictos, y temiendo por la custodia del bebé intentaron hacerse uno ese mismo día en un hospital público, pero no les daban cita hasta dentro de dos semanas.
Si dejaban pasar ese tiempo, no podrían demostrar que no eran drogadictos, así que se presentaron en el hospital La Zarzuela y decidieron pagar por ambos exámenes los 500 euros que pedían.
Los análisis de orina dieron negativo a la metanfetamina que lleva el éxtasis y a otras nueve drogas más usadas. El matrimonio decidió dejar los informes en la comisaría para que los añadieran al expediente.
Dee y Mariah dijeron a El país que siguen preocupados hasta que no eliminen las sospechas de “riesgo social” que apuntaron sobre ellos. La pareja pidió apoyo a sus vecinos y recogieron firmas en caso de que las autoridades envíen una comitiva judicial para llevarse al niño.
Éxtasis en una niña de 3 años
Una niña de nacionalidad rusa fue hospitalizada en Ibiza en estado crítico en julio tras ingerir una pastilla de éxtasis, que, según sus padres, la pequeña tragó en un parque infantil.
Los padres declararon ante la Guardia Civil que mientras estaban en un parque infantil del municipio ibicenco de Santa Eulària, la menor se tomó una pastilla que se encontró en el suelo. Cuando la madre se dio cuenta, la pequeña ya había ingerido la pastilla.
Debido al estado de gravedad, la niña fue trasladada en helicóptero a la Unidad de Cuidados Intensivos pediátrica del Hospital Son Espases, en Mallorca.
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