Un estudio pionero dirigido por investigadores de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) ha demostrado que beber té puede conducir a una mejor organización interregional del cerebro en comparación con los no consumidores de té.
En colaboración con científicos de las universidades de Essex y Cambridge (Reino Unido), los investigadores utilizaron datos de neuroimágenes para revelar el papel de la bebida de té en la organización cerebral. Los resultados ofrecieron las primeras pruebas de la contribución positiva de la bebida de té a la estructura cerebral, confiriendo un efecto potencialmente protector contra el declive relacionado con la edad.
El novedoso enfoque del estudio difiere de los anteriores trabajos sobre el té que se basaban principalmente en medidas neuropsicológicas, más que en técnicas de neuroimagen, para investigar las conexiones interregionales en el cerebro. Sus conclusiones se publicaron en la revista científica Aging en junio de 2019.
Más evidencia de las propiedades neuroprotectoras del té
El equipo de investigación, dirigido por Feng Lei, un profesor asistente del Departamento de Medicina Psicológica de la NUS, investigó las redes cerebrales funcionales y estructurales en un grupo de 36 participantes adultos. Los voluntarios del estudio estaban sanos, con una edad media de 71 años; la mayoría eran mujeres.
Los participantes fueron agrupados en grupos de «consumidores de té» o «no consumidores de té», con base en su historial de consumo de té durante los 25 años anteriores, con criterios establecidos para el consumo de 4 a 6 tazas por semana o más, en promedio, de té verde, negro u oolong.
Los investigadores trataron de comprender los efectos que tiene el té en la conectividad regional del cerebro, así como los efectos globales o integrales en el cerebro. Se tomaron imágenes estructurales y funcionales para descubrir las diferencias en la conectividad regional y la organización del cerebro entre los grupos que beben té y los que no lo hacen.
Los investigadores también exploraron la conectividad interregional dentro de la red de modo predeterminado (DMN), dado que estudios previos han sugerido que está predominantemente involucrada en las enfermedades cognitivas y el envejecimiento normal del cerebro. Finalmente, los investigadores incluyeron una evaluación de la asimetría hemisférica debido a estudios previos del grupo que demostraron que la asimetría hacia la izquierda en la conectividad estructural está asociada con el envejecimiento cerebral.
Una taza de té diaria mantiene a raya el declive cognitivo
Basándose en investigaciones anteriores de Feng que mostraban los efectos neuroprotectores del té para la enfermedad de Alzheimer, los investigadores formularon la hipótesis de que el consumo habitual de té tiene efectos positivos en la organización y las estructuras del cerebro, reduce la asimetría hacia la izquierda en la conectividad estructural y mejora la fuerza de las conexiones en el DMN.
Los resultados de este estudio validaron sus hipótesis y añadieron más pruebas científicas revisadas por pares en la materia que demostraba los beneficios de los alimentos derivados de las plantas. En las comparaciones de las medidas neuropsicológicas y cognitivas, una de cada 12 medidas, la prueba de Diseño de Bloques, fue significativamente diferente entre los grupos que bebían té y los que no lo hacían.
No se encontraron diferencias significativas entre el grupo que bebía té y el que no lo hacía en las medidas de la red funcional global o regional, sin embargo, seis regiones fueron significativamente diferentes en la red estructural, que reside principalmente en la corteza frontal.
Las asimetrías hemisféricas fueron significativamente diferentes entre los grupos de la red estructural, exhibiendo una mayor asimetría entre los hemisferios en el grupo de los que no beben té.
El análisis de la fuerza de las conexiones dentro de la red de modo predeterminado reveló un aumento constante de la fuerza de la conectividad funcional y la coexistencia de fuerzas mayores y menores para la conectividad estructural en el grupo de consumidores de té en comparación con el grupo de no consumidores de té. Específicamente, 11 conexiones funcionales mostraron un aumento significativo de la fuerza en el grupo de consumidores de té.
En general, los resultados mostraron que el consumo de té dio lugar a una organización estructural más eficiente del cerebro y a la supresión de la asimetría hemisférica en la red de conectividad estructural. Además, la fuerza de la conectividad funcional dentro de la DMN fue mayor para el grupo que bebía té.
«Tomemos como ejemplo la analogía del tráfico rodado ―consideremos las regiones cerebrales como destinos, mientras que las conexiones entre las regiones cerebrales son las carreteras. Cuando un sistema de carreteras está mejor organizado, el movimiento de vehículos y pasajeros es más eficiente y utiliza menos recursos. Del mismo modo, cuando las conexiones entre las regiones cerebrales están más estructuradas, el procesamiento de la información puede realizarse con mayor eficiencia», explicó Feng.
El equipo de investigación se propone aprovechar estos y otros resultados anteriores para seguir examinando las propiedades neuroprotectoras del té, así como los compuestos bioactivos del té, sobre el declive cognitivo.
Medicina basada en alimentos: todos los beneficios, sin efectos secundarios
La medicina integral, como la que se recibe cuando se disfruta de una taza de té, contiene capacidades curativas sinérgicas que son difíciles de aislar en condiciones de laboratorio. Mientras que los componentes individuales del té como la catequina, la L-teanina y la cafeína se han aislado como ingredientes activos, la investigación de Feng apoya la afirmación de que el té de hoja entera es mejor que los extractos de té cuando se trata de beneficios para el cerebro. Así que olvídese de las píldoras de extracto de té verde y disfrute del té orgánico de hoja entera en su forma natural.
El té ha sido validado científicamente como una sustancia terapéutica, con beneficios que van desde la reducción del colesterol sérico hasta la disminución del riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas, entre otros beneficios comprobados. En lo que respecta a la salud del cerebro, el té ha demostrado tener un gran potencial antienvejecimiento, lo que respalda su papel como componente importante dentro de una alimentación general saludable para las personas de edad avanzada.
El Grupo de Investigación de GMI se dedica a investigar los temas de salud y medio ambiente más importantes de la actualidad. Se hace especial hincapié en la salud ambiental. Nuestra enfocada y profunda investigación explora las muchas maneras en que la condición actual del cuerpo humano refleja directamente el verdadero estado del medio ambiente. Este trabajo se reproduce y distribuye con el permiso de GreenMedInfo LLC. Suscríbase al boletín de noticias en www.GreenmedInfo.health
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