Los recientes informes de los medios de comunicación chinos revelaron que Beijing estaba tratando de exportar las vacunas de COVID-19 a precios extremadamente bajos, mientras que las vendía a tasas considerablemente más altas —más de 22.5 veces en un caso— dentro de China.
Mientras los países corren hacia el desarrollo de una vacuna segura, el régimen chino presiona agresivamente para que los fabricantes chinos exporten sus dosis a países extranjeros.
Una compañía farmacéutica china dijo que vendería la vacuna a Brasil por unos USD 2 por dosis. Pero en entrevistas con los medios de comunicación chinos, el director general de la compañía dijo que vendería la vacuna a 300 yuanes (unos USD 44) por dosis en China.
Los USD 2 por dosis son más bajos que los precios de otros fabricantes mundiales.
El 5 de agosto, Johnson & Johnson anunció que llegó a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para suministrar 100 millones de dosis de su vacuna en investigación, Ad26.COV2.S, luego de obtener la aprobación de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos). El gobierno de Estados Unidos financia los costos de fabricación y ofrecerá la vacuna «sin fines de lucro» a USD 10 por dosis.
Otro gigante farmacéutico estadounidense, Moderna, dijo en agosto que los acuerdos de menor volumen para la vacuna experimental de la compañía tendrán un precio entre USD 32 y 37 por dosis. Los acuerdos de mayor volumen tendrán un precio más bajo.
Mientras tanto, AstraZeneca, con sede en Reino Unido, dijo que su vacuna sería distribuida por el Instituto del Suero de la India y otros países en desarrollo en alrededor de USD 3 por dosis.
Pfizer y BioNTech, sin embargo, anunciaron que ofrecerían sus 100 millones de dosis de una vacuna COVID-19 basada en ARNm de forma gratuita, ya que el gobierno de Estados Unidos se ha comprometido a pagarlas.
Las autoridades chinas han animado públicamente a las compañías farmacéuticas chinas a exportar sus vacunas desarrolladas.
El analista de asuntos sobre China con sede en Estados Unidos, Tang Jingyuan, dijo que Beijing busca dominar el mercado mundial con vacunas baratas para poder construir su imagen de salvador mundial en la lucha contra la pandemia.
«Quiere mostrarle al mundo que un sistema de gobierno totalitario es más efectivo», dijo Tang.
El régimen chino también quiere influenciar a otros países para que apoyen su agenda. «Es probable que consiga que los países subdesarrollados confíen en sus vacunas, entonces estos países lo apoyarán en las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales», dijo Tang.
Precio chino
El periódico estatal chino Global Times informó en su sitio web en inglés el 2 de octubre que el gobierno del estado brasileño de Sao Paulo ordenó 46 millones de dosis de la vacuna COVID-19 a la empresa china Sinovac Biotech a un precio de USD 90 millones.
Global Times citó una fuente de la compañía que dijo que el precio unitario del acuerdo sería de alrededor de USD 2 por dosis.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, confirmó el acuerdo el 2 de octubre. Dijo que había pedido al regulador de salud brasileño Anvisa que registrara la vacuna COVID-19 de SinoVac.
Sin embargo, Global Times no informó de este acuerdo en el idioma chino. Tampoco lo hicieron otros medios de comunicación estatales en China continental.
La empresa Phoenix, con sede en Hong Kong, pro-Beijing, informó sobre el acuerdo el 2 de octubre, pero el artículo fue rápidamente eliminado de su sitio web y de sus cuentas en las redes sociales.
Según una versión en caché del artículo, el medio citó al director general y presidente de Sinovac, Yin Weidong, quien dijo que la empresa adoptará un «precio de mercado internacional» para vender su vacuna en China, estimando que el costo en el mercado interno debería ser inferior a 600 yuanes (USD 88.35) por dos dosis.
En cuanto a los posibles compradores en Indonesia y Turquía, Yin dijo que Sinovac les daría un precio bajo, pero no citó ninguna cifra.
El informe señaló que la vacuna podría tener efectos secundarios. «Si los efectos secundarios no son graves o solo una porción relativamente pequeña de las personas inoculadas tienen efectos secundarios, no sería un problema y la vacuna candidata es segura», dijo.
Durante el ensayo clínico de fase III de Sinovac, algunas personas informaron de efectos secundarios como fiebre, sensación de dolor en los brazos u otros lugares donde se inyectó la vacuna, etc., según el informe.
Otras farmacéuticas chinas que están desarrollando vacunas COVID-19 incluyen a la compañía farmacéutica estatal “China National Pharmaceutical Group” (Sinopharm), que está en la fase III de los ensayos.
El 10 de septiembre, Sinopharm anunció en su sitio web oficial que el precio de su vacuna COVID-19 sería inferior a 1000 yuanes (USD 147.26) para dos o tres dosis en el mercado nacional.
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